Expectación y un pabellón abarrotado para el cierre de campaña de Susana Díaz

Todos los ingredientes preparados para un cierre de campaña fuerte como diría la propia Susana Díaz . Desde las siete de la tarde, el pabellón polideportivo de la Universidad Pablo de Olavide , en Sevilla, estaba rodeado de público que había acudido en autobuses fletados por el PSOE y en automóviles particulares.

En total, unas cuatro mil personas (según los datos oficiales de la UPO) y unos cinco mil según las estimaciones del PSOE, se han congregado para dar el último aplauso a Susana Díaz antes de la jornada de reflexión de mañana. Datos numéricos aparte, lo cierto es que el pabellón estaba a rebosar e incluso algunos autobuses procedentes de localidades cercanas a Sevilla, se dieron la vuelta ante la imposibilidad de entrar en el recinto y la incomodidad que suponía tener a personas mayores de pie y en lugares incómodos.

«Más personas fuera que dentro» decía una señora de Nueva Carteya, Córdoba, que había salido a las tres de la tarde de su casa, «sin lavar ni los platos. Como para no verla ahora y no nos dejaban entrar».

Banderas blancas y verdes con el logo del PSOE, aplausos y gritos de «presidenta, presidenta» calentaban un ambiente festivo y optimista. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez , aguardaba en una sala al inicio del acto mientras Susana Díaz también se preparaba para pronunciar su última arenga antes de las elecciones.

Con pocos minutos de retraso sobre la hora prevista, las 8 de la tarde, hicieron su entrada triunfal Susana Díaz (de vaqueros y camisa verde) y Pedro Sánchez (vaqueros y camisa blanca) muy sonrientes pero saludando cada uno por su lado. Ambos daban abrazos y besos a los militantes más cercanos al escenario y posaron una vez ante las cámaras abrazados junto a Juan Espadas y Verónica Pérez.

Con la intervención del candidato a la Alcaldía de Sevilla, Juan Espadas, se inició el mitin que empezó con un tono elevado de música, aplausos y agitar de banderas; la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez , tomó la palabra para defender que con «Susana sí se puede».