Putin y Rusia prefieren a Donald Trump

Los sondeos muestran que la mayoría de los rusos creen que llegarían mejor a acuerdos con los republicanos que con los demócratas

El magnate neoyorquino ya ha recibido varios elogios del presidente ruso, que, como la sociedad rusa, valora la firmeza

Donald Trump, en un acto de campaña en Burlingame, California AFP

RAFAEL M. MAÑUECO

Rusia considera una vez más que sería mejor para sus intereses tener a un republicano en la Casa Blanca que a un demócrata. Sobre todo si se trata de Donald Trump , un político histriónico muy parecido al ultranacionalista ruso, Vladímir Yirinovski, y con puntos de vista parecidos en muchas cosas a los del presidente Vladímir Putin.

Un reciente sondeo efectuado por el grupo analítico YouGov, por encargo de la publicación alemana Handelsblatt, revela que Rusia es el único país del G20 que prefiere a Trump antes que a la demócrata Hillary Clinton para hacerse cargo de la Presidencia de Estados Unidos. Todos los demás países, salvo EEUU que no fue incluido en la encuesta, se decantaron por Clinton.

De los 20.000 adultos entre los que se llevó a cabo el sondeo en cada país, en Rusia el 31% se mostraron favorables a Trump mientras que Clinton obtuvo solamente un 10% de apoyo. Ted Cruz y Bernie Sanders se quedaron cada uno con un 1%. No es la primera vez que los rusos se muestran más proclives a los candidatos republicanos. Por lo general, esta actitud se repite con mucha frecuencia.

La élite política del país suele compartir también este estado de opinión general. Y es que en Rusia domina la creencia de que los republicanos acostumbran a mostrar una mayor firmeza y determinación a la hora de actuar que los demócratas, algo que entronca con la admiración de los rusos hacia todo lo que signifique fuerza y poder. Consideran también más pragmáticos a los del partido del elefante.

Putin le ha dirigido ya varios elogios a Trump. A mediados del pasado mes de diciembre, el jefe del Kremlin dijo del candidato republicano que «sin ninguna duda, es un hombre brillante y con talento. Claro que no nos corresponde a nosotros valorar sus cualidades, eso lo deberán hacer los electores norteamericanos, pero es evidente que es el líder absoluto de la actual carrera hacia la Presidencia» de EEUU. El máximo dirigente ruso subrayaba que Trump «quiere lograr otro nivel en las relaciones con Rusia, más profundo y cercano (...), por supuesto, damos la bienvenida a esa idea». Pocos días después, Trump respondía asegurando que «siempre es un gran honor recibir alabanzas tan agradables de un hombre tan respetado en su país y fuera de él».

Es cierto, sin embargo, que, en marzo, el equipo de Trump difundió en Instagram un vídeo para, según ellos, evidenciar la «debilidad» ante las bravuconadas y excesos de Putin demostrada por los demócratas y por Clinton en concreto, que ocupó el cargo de Secretaria de Estado en la Administración de Barack Obama. En el Kremlin salieron chispas y su portavoz, Dmitri Peskov, denunció que los políticos estadounidenses se dedican a «demonizar» a su país. Peskov, no obstante, quitó hierro al asunto afirmando que «es como obligatorio que en una campaña electoral en Estados Unidos se demonice a Rusia».

Según un estudio entre los países del G20, los rusos son los únicos que preferirían ver a Trump en la Casa Blanca

«Putin es más fuerte que Obama»

Trump volvió a dirigir las críticas contra los demócratas por su supuesta impotencia ante el presidente ruso también en marzo al señalar que «Putin es un líder fuerte, mucho más fuerte que nuestro presidente (Obama)». En esta ocasión, lógicamente, no hubo reacción de protesta de Moscú. A pesar de todo, los demócratas son bastante beligerantes con el Kremlin, a cuyo líder acusan de haber «violado la legalidad internacional» por anexionarse Crimea y ayudar militarmente a los separatistas del este de Ucrania. De hecho, Washington, al igual que la UE, mantiene contra Moscú un estricto régimen de sanciones.

Clinton mantuvo mano dura con Rusia durante su etapa como jefa de la Diplomacia estadounidense. A Putin llegó a llamarle «matón». Por eso en Moscú no cae nada bien la candidata demócrata y mucho menos sus constantes reproches sobre el «déficit de democracia en Rusia» o los «atropellos» a los Derechos Humanos. Las relaciones entre Putin y Obama fueron frías desde el principio.

El pasado miércoles, Trump volvió a tender puentes con Moscú al abogar por mejorar las relaciones. A juicio del magnate, «el sentido común indica que este ciclo de hostilidad tiene que terminar, y si todo va bien, acabará pronto».

Putin tuvo muy buenas relaciones con el último presidente republicano, George W. Bush. Hasta el punto de que, en octubre de 2004, en plena campaña electoral de Bush para la reelección contra el demócrata John Kerry , actual secretario de Estado, el líder ruso le apoyó sin ambages llegando a decir que los terroristas se había confabulado contra él para impedir que siguiera en la Casa Blanca.

«El terrorismo internacional se ha marcado el objetivo de hacer el mayor daño posible a Bush e impedir su reelección», aseguró entonces Putin. Según la palabras que pronunció en aquella ocasión, si los terroristas se salen con la suya, «celebrarán una victoria sobre América y también sobre todos los demás países de la coalición antiterrorista», creada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

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