Los hispanos de Nevada, el «estado termómetro», rechazarán a Trump
Las amenazas del magnate generan 38.000 nuevos votantes latinos, hasta 194.000, un tercio más que en a 2012
![Miembros de la organización Mi Familia Vota](https://s1.abcstatics.com/media/internacional/2016/10/24/LATINOS-EEUU-k5K--1190x800@abc.jpg)
No sorprende que Nevada sea un estado con peso hispano, pero sí el rápido crecimiento que este grupo de población ha tenido en los últimos veinte años. Al igual que en los vecinos sureños, California, Arizona y (algo más al este) Nuevo México, la cercanía del país azteca ha modificado la estructura del territorio que los pobladores españoles bautizaron contemplando el paisaje nevado de las montañas en invierno. Aunque, como en los demás, la participación latina en las elecciones estadounidenses seguirá estando lejos de la media el 8 de noviembre , en Nevada organizaciones hispanas están logrando darle un notable impulso. El complejo y lento proceso de nacionalización y la falta de integración en el sistema mantienen a los latinos tan lejos de los centros de decisión que sólo intensas campañas permiten revertir la situación. Mi Familia Vota , la principal de esas iniciativas, contribuye a que este año unos 38.000 hispanos más vayan a estar en las urnas, hasta alcanzar los 194.000 en todo el estado, según cálculos aproximados. No es un dato menor. Supone un aumento de un 31% con respecto a la convocatoria de 2012 , y refuerza la tendencia al alza de la participación hispana. Con 4,5 puntos más, el peso en el cuerpo electoral será ya del 18%.
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Tras las frías estadísticas, emergen personas que hacen posible que el creciente aumento de población hispana en Estados Unidos se traduzca en influencia real. Francisco Heredia, director nacional de Mi Familia Vota, que tiene a su cargo otros cinco estados más con presencia latina, nos cuenta con orgullo el resultado de ese esfuerzo: «Desde junio, hemos conseguido que 13.000 hispanos más se registren en el censo para vota r». Heredia se ciñe a Nevada, pero añade que son 90.000 en total si suma el resto del territorio que gestiona (Florida, Texas, Colorado, Arizona y California).
Estado simbólico
En el estado nevado, la importancia de la movilización hispana es mayor. Aunque sólo aporte seis delegados al colegio electoral encargado de elegir al presidente de Estados Unidos (el candidato necesita sumar 270), el resultado de su votación se ha convertido en simbólico. Desde que Bill Clinton derrotara a George H. W. Bush (Bush padre) en 1992, todos los candidatos que han vencido en Nevada se han convertido en presidentes de Estados Unidos (Clinton en el 96, George W. Bush en 2000 y 2004 y Obama en 2008 y 2012). Es decir, no es sólo un estado swing (oscilante entre un partido y otro), sino también un termómetro para medir quién será el comandante en jefe. Un caso muy similar al de Ohio, con la diferencia de que en el estado industrial del este, la presencia hispana allí es muy reducida. Con las encuestas hoy en un puño entre Hillary y Trump, los hispanos pueden resultar determinantes.
Heredia reconoce que aunque todas las citas electorales suponen un empujón a la cifra de registrados y votantes, la que llama «retórica de Trump», con insultos y amenazas de deportaciones , esta vez ha supuesto la mayor movilización en muchos años, con «una presencia muy mayoritaria de los ciudadanos de origen mexicano». Aunque rehúsa opinar sobre la tendencia de los nuevos votantes, alegando que la organización a la que representa es «no partidista», reconoce implícitamente que la mayoría de los que se han inscrito votarán a Hillary Clinton. Hasta este año, los sondeos que lleva a cabo periódicamente NALEO, la principal organización dedicada al registro de los hispanos, aportan conclusiones significativas: el 55% de los hispanos que se registran con preferencias ideológicas (quien quiera puede hacerlo también como independiente), lo hacen como demócratas, frente a una media nacional del 37%. En cuanto a los registrados como republicanos, entre los hispanos sólo alcanzan el 17%, frente a una media nacional del 36%.
A quienes preguntamos por qué cuesta tanto movilizar a los latinos para votar, el directivo de Mi Familia Vota aclara que «sólo el proceso de naturalización (nacionalización) lleva un mínimo de cinco meses », razón por la cual la campaña central este año empezó en enero. «A partir de ahí, hay que ayudarles a registrarse». Heredia explica que en todo el proceso la información es fundamental, pero va mucho más allá cuando habla de «crear una cultura de la participación».
En el estado donde nos encontramos, donde Las Vegas es la principal población, con algo más de medio millón de los casi tres millones de habitantes, el plazo para registrarse en el censo culminó el 8 de octubre. El sábado mismo comenzó el llamado «early voting» (voto anticipado), que ya generó colas en torno a las urnas cuando todavía quedan más de dos semanas para el Election Day.
Nuevos votantes
Entre los nuevos votantes se encuentra Arturo González, nacionalizado estadounidense por ser nacido en Las Vegas. Sus padres son salvadoreños. De veinte años, es la primera vez que va a votar en las elecciones presidenciales. Arturo reconoce que hasta ahora no entendía «el mensaje de tu voto es tu voz», pero asegura haberse dado cuenta cuando Trump ha cuestionado la presencia de los inmigrantes en Estados Unidos: «Nosotros ayudamos a construir este país», declara a ABC, antes de afirmar que siente que «es grande ver qué se puede hacer con el voto por los hispanos». Se decantará por Hillary Clinton. Preguntado por si en su familia habrá votantes de Trump, nos explica que unos tíos suyos tienen «simpatías republicanas, pero cuando le han escuchado, no les gusta mucho».
Michael González, también de veinte años y originario de El Salvador, es consciente de la importancia de la elección para el futuro de los suyos: « Tengo muy en cuenta cómo va a afectar a mi familia». Entre otras cosas porque él sí es nacido en Estados Unidos, pero sus padres son aún simples residentes, a la espera de que avance el proceso de su nacionalización definitiva. Michael también se decanta por votar a la candidata demócrata, aunque lo resuma sin grandes manifestaciones de apoyo: «Hillary tampoco es una buena candidata, pero al menos espero más de ella que de Trump con respecto a los hispanos».