El problema de la dimensión
El tamaño empresarial sí que importa
Reto para el Gobierno: eliminar las trabas que hallan las medianas empresas para crecer y ser más productivas
Las empresas medianas en España son más productivas que sus homólogas europeas. El problema es que «tenemos muy pocas». Por el contrario, las microempresas, con una media de dos empleados, representan casi el 95% de nuestro tejido empresarial. Es una «mala noticia», que se repite, porque «el tamaño sí importa», al menos en la actividad empresarial: fomenta la productividad, la competitividad para abrirse a mercados internacionales, la innovación y contribuye a mantener el talento. Parece prioritario que el futuro Gobierno elimine las trabas que impiden que las pequeñas compañías se hagan más grandes.
Son algunos de los mensajes lanzadas con motivo de la presentación, el martes en Madrid, del informe «La Empresa Mediana Española», correspondiente a 2016, que ha dirigido la presidente de Hispasat, Elena Pisonero, con el aval del presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, y Rafael Domenech, jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research. En el contexto de la UE, llama la atención la reducida dimensión media de nuestras empresas: 4,6 empleados. Un dato inquietante, si bien desde 2013 ha dejado de caer. Y otro apunte que también preocupa a los analistas: durante el periodo 2010-2016 se ha intensificado la dualidad del tejido empresarial, ya que las compañías de mayor tamaño cada vez son más grandes, aunque menos numerosas, y, por el contrario, aumenta el número de las sociedades más pequeñas, que cada vez tienen menor tamaño. De hecho, las sociedades de menos de 10 asalariados acumulan un 94,6% de la participación en el entramado empresarial. Como se ha dicho, en estos momentos tienen una media de dos empleados.
La falta de dimensión se agudiza si se tiene como referencia la cifra de negocios, ya que el 95,2% de las empresas españolas facturan menos de 2 millones de euros anuales. El empleo ha crecido un 6,6% desde 2013 en las compañías grandes, mientras que en las medianas, un 3,9%. De esta forma, las de mayor envergadura están incrementando en los últimos años su aportación al empleo: uno de cada cuatro trabajadores está en una grande, pese a que solo un 0,1% del total de empresas están en este segmento de tamaño.
Se confirma la escasa productividad de las microempresas españolas, que es un 30% inferior a la referencia europe
Así las cosas, se confirma la escasa productividad de las microempresas españolas, que es un 30% inferior a la referencia europea. Por el contrario, nuestras empresas medianas son más productivas que la media europea. «¿Qué pasa? Que tenemos muy pocas», lamentó Elena Pisonero. En opinión de Rafael Domenech, «a medida que ganan tamaño, se hacen más productivas, el empleo es más estable, hay menos temporalidad y los salarios son más altos. Ello contribuye a la creación de empleo de calidad».
Barreras y barreras
¿Cuál es la clave? Abonar el terreno para que las medianas crezcan en número y tamaño. ¿Cómo? Que el futuro Gobierno introduzca reformas para eliminar las barreras a las que se enfrentan aquellas sociedades que a base de esfuerzo sumen 50 trabajadores en su plantilla y una facturación de 6 millones de euros. «El futuro de España está condicionado al crecimiento de la empresa mediana», aseguró Vega de Seoane, para quien, hasta ahora, los políticos «parecen que nos oyen, pero no nos escuchan». Lamentó que una empresa que logra 50 empleados necesita cumplir requisitos laborales, fiscales, administrativos... «Hay muchos que cuando van a cruzar ese umbral, se les complica mucho la vida y no lo pasan». Lo mismo ocurre cuando una compañía llega a facturar 6 millones, ya que encuentra complicaciones fiscales, de tesorería... Propuso, por ejemplo, hacer más asumibles esas barreras. Así, en lugar de 50, cien empleados. Y en vez de 6 millones, 20 millones, porque entonces, «una empresa ya tiene capacidad, e incluso necesidad, para afrontar esos requisitos», comentó el presidente del Círculo de Empresarios.
Pero no toda la responsabilidad recae en la Administración. «Hace falta difundir buenas prácticas empresariales». En su opinión, la productividad y la competitividad de las empresas no deben ir ligadas a los bajos salarios. La estrategia debe estar basada en el talento y la innovación. Y habría que cambiar las reglas laborales, ya que en tiempos de crisis, a la hora de hacer un ERE se prescinde de gente con talento, simplemente porque tenía un contrato temporal. «Si la legislación laboral nos impide tener gente con mayor talento, tenemos un problema», concluyó Pisonero.
Elevada heterogeneidad regional
Las comunidades autónomas con un mayor dinamismo de sus exportaciones sufrieron menos el impacto de la crisis y son las que cuentan con empresas de mayor tamaño medio, como es el caso de Navarra, País Vasco, Madrid o Cataluña, según un análisis monográfico de las diferencias regionales en el tejido empresarial, que se incluye en el estudio.
El informe destaca la elevada heterogeneidad regional, como demuestra por ejemplo el hecho de que el porcentaje de empresas medianas en Navarra sea el doble que el registrado en Extremadura. Además, añade en sus conclusiones, se percibe «una elevada heterogeneidad en una serie de regulaciones que afectan la libre competencia dentro de las comunidades autónomas —apertura comercial de negocios, libertad horaria, barreras a la unidad de mercado...—. Asimismo, distintos factores tecnológicos explican una parte de las diferencias en el tamaño de las empresas a nivel regional. Existen, subraya el estudio, un gran disparidad en el grado de adaptación a las nuevas tecnologías y en cuanto a los esfuerzos realizados para invertir en I+D. De la misma forma, el capital humano es fundamental para impulsar el crecimiento empresarial.
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