Salvador Gabarró, la energía que ha movido a Gas Natural Fenosa
«Muchas gracias por haber compartido conmigo muchos de los mejores años de mi vida profesional». Así culmina su despedida, por carta, a sus ya exempleados, el que ha sido durante casi doce años presidente de la que hoy es Gas Natural Fenosa
«Muchas gracias por haber compartido conmigo muchos de los mejores años de mi vida profesional». Así culmina su despedida, por carta, a sus ya exempleados, el que ha sido durante casi doce años presidente de la que hoy es Gas Natural Fenosa. Salvador Gabarró Serra (1935) ha presidido la gasista durante casi doce años, en una etapa del grupo que se ha caracterizado por el crecimiento y la consolidación internacional. Sobre todo, agradecido por el apoyo y trabajo que siempre ha sentido de todas y cada una de las personas que forman parte de la organización de la gasista. Ahora, cuando todo el mundo centra su atención en el nuevo «boss», Isidro Fainé -el ya expresidente de Caixabank, pero también presidente de la Fundación de la Caixa- se va sin hacer ruido...
Pero... por la puerta grande. Y con la seguridad del trabajo bien hecho. Porque el presidente de Gas Natural Fenosa, hasta ayer mismo como quien dice, no en vano ha liderado con habilidad las relaciones y la gestión que han permitido el gran salto hacia delante de la multinacional energética. «Tras varios meses como consejero -explica Gabarró a sus empleados durante esa docena de años-, fui nombrado presidente en un momento crucial para el futuro de la compañía. La creciente competitividad y globalización de los mercados energéticos nos empujaba a emprender un camino de crecimiento sin retorno, para hacer frente a los nuevos retos de este singular mercado que ocupa nuestro quehacer diario. Durante todo este tiempo, hemos logrado grandes resultados, hemos ampliado nuestra actividad y hemos mantenido el espíritu de innovación que siempre ha caracterizado a una compañía pionera como la nuestra».
Y es que la creación de la actual Gas Natural Fenosa fue la culminación de un objetivo largamente buscado por Gabarró. Permitió crear la principal empresa integrada de gas y electricidad en España y una de las principales compañías energéticas de Iberoamérica, además de reforzar su liderazgo en los mercados internacionales de gas natural licuado. Hoy, la compañía está presente en más de 30 países y da servicio a más de 23 millones de clientes. «Y todo lo hemos logrado durante una de las peores crisis económicas de la historia reciente, que nos ha obligado a redoblar la eficiencia en el trabajo y a poner en marcha iniciativas imaginativas para hacer frente a los retos de un mercado cada vez más exigente», escribe Gabarró en el adiós a sus empleados.
De trato afable, prudente, dotes diplomáticas y excelente relación en las distancias cortas -doy fe-, Gabarró ha basado sus relaciones profesionales en la cercanía con los trabajadores. Bajando al barro. No en vano, como muchos recordarán aún en el seno dela gasista, una de las primeras cosas que hizo cuando fue nombrado presidente de la entonces Gas Natural «a secas» fue visitar todos los centros de trabajo y saludar personalmente a los empleados, interesándose por lo que hacían. Algo que repetiría de nuevo en 2009, en los primeros meses tras la fusión con Unión Fenosa, uno de los hitos más destacados del grupo bajo su liderazgo.
«A mi el trato personal siempre me ha funcionado muy bien, me he entendido con la gente y, precisamente, creo que esa es una de las cosas que más me han gustado y me han funcionado para reforzar mi larga carrera empresarial», ha explicado el propio Gabarro. «Hay que delegar mucho y dar autonomía. Y así puedes tener a mucha gente por debajo de ti, pero a base de no molestarlos, de decirles: Espabila y no vengas a verme hasta que tengas un problema».
Muchos de los trabajadores del edificio sede de Gas Natural Fenosa en Barcelona, donde Gabarró ha acudido cada mañana -siempre que no estuviera de viaje- durante estos últimos doce años, han coincidido en algún momento con él en el vestíbulo o en el ascensor. Pues Don Salvador, aunque acudía en coche al despacho, se bajaba dos o tres manzanas antes -ya lloviera, ya le «achicharrara» el sol-, caminaba hasta el edificio y se «mezclaba» con los empleados con los que charlaba en cualquier lugar del edificio. Eran esos algunos de los momentos que aprovechaba para preguntarles a qué se dedicaban dentro de la empresa o a qué área pertenecían.
«La ilusión en una empresa no se acaba nunca, siempre tienes metas nuevas. Es más, yo le diría que esto se lleva con más serenidad cuando uno se hace mayor que cuando se es más joven. Te quemas más al principio que cuando tienes más experiencia», decía el ya expresidente de Gas Natural Fenosa en el libro «Conversaciones empresariales con Salvador Gabarró» (Esade y Mobibooks), en 2002.
También tiene palabras de agradecimiento para accionistas y consejo de administración, por la confianza recibida, «al comité de dirección» por su inestimable trabajo; «y a mi más estrecho colaborador, Rafael Villaseca, por su trabajo perseverante durante todos estos años». Gas Natural Fenosa inicia ya, con un nuevo presidente al frente -«que conoce muy bien nuestra organización y que pondrá su gran profesionalidad a vuestro servicio»-, una nueva etapa, junto a un nuevo socio, Global Infraestructure Partners, que, en palabras del propio Gabarró, «ayudará a consolidar la estrategia de la organización».
«Pero de lo que me siento más orgulloso es del equipo que ha hecho posible lo que hoy significa hablar de Gas Natural Fenosa. Sin tu esfuerzo, no hubiéramos llegado donde estamos hoy. Siempre he creído que las empresas no crecen sólo por la tecnología, los recursos o las infraestructuras de que disponen. Las empresas crecen gracias a las personas que, como tú, ponen su talento, compromiso e ilusión al servicio de un objetivo común».
Lo dicho... por la puerta grande.
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