Los empresarios señalan la política como su principal inquietud de futuro
El 59% de las compañías aún percibe la situación económica como regular, pero el 50% cree que mejorará en 2016 a pesar de la incertidumbre. Menos burocracia y mayor esfuerzo en innovación y educación, grandes exigencias al futuro Gobierno
Se mueve, pero avanza a tientas y con extrema precaución en un entorno repleto de amenazas externas y endógenas (a veces el peor enemigo se atrinchera en casa). Esa es la visión, moderadamente optimista pero profundamente cautelosa, que los empresarios españoles tienen sobre la economía española y su evolución a corto plazo. Según los datos de la XII Edición del informe «Perspectivas España 2016» , elaborado por la consultora KPMG , exactamente la mitad mantienen la convicción de que el engranaje económico estará más engrasado en 2017 y la situación será mejor que la actual, frente al 44% que considera que la realidad no conocerá variaciones significativas y un reducido 5% que vaticina aún más nubarrones en el horizonte. No parece un pronóstico agorero, pero el informe subraya que los líderes de nuestro tejido empresarial aún parten de una valoración muy conservadora del escenario economómico actual : un 59% de los encuestados la califica de «regular» y sólo un 32% se suma a la opción «buena».
«En un mundo global y cada vez más interconectado, la evolución de la economía española estará claramente influenciada por lo que suceda más allá de nuestras fronteras. Pese a que las proyecciones son positivas, el escenario global obliga a ser cautos», asegura John Scott, presidente de KPMG en España y vicepresidente de la firma a nivel global. Desde la atalaya de la prudencia, las cifras hablan en cualquier caso de cambio de tendencia: hasta finales de 2013, más del 80% de los consultados tenía una visión negativa de la economía española. Y el año pasado, sólo un 5% decía que la situación era buena o excelente.
Tensiones internas
La encuesta, que se realizó a más de 1.300 directivos y empresarios entre noviembre de 2015 y enero de 2016, ya anticipaba una de las grandes inquietudes que se ha confirmado con el embarullado devenir de los acontecimientos: el marasmo político. De hecho, el 31% de los encuestados señalaban, antes incluso de que se confirmara que la formación del Gobierno era una misión imposible, que la incertidumbre política y legal es el principal peligro al que se enfrenta la economía española, muy por encima de las tensiones geopolíticas o el debilitamiento de la Eurozona (ambas con un 20%).
Preguntados sobre las principales amenazas para su propio negocio, el diagnóstico vuelve a ser el mismo: un 25% señala el factor político y legal como el gran freno a la vista. La excesiva carga regulatoria (24%) y la falta de flexibilidad en las relaciones laborales son los otros dos escollos mencionados en más ocasiones (13%).
A dos años vista esa inquietud por el impacto de la deriva política en la economía y en la actividad de sus empresas se rebaja ligeramente hasta el 23% y el 24%, respectivamente, pero el presente institucional no parece invitar a una barra libre de optimismo. Y si finalmente nuestros «mayores» políticos terminan por entenderse y consiguen formar un Gobierno más o menos estable, los empresarios y directivos tienen claro cuáles son las peticiones que le trasladarían: la primera, señalada por un 22% de los encuestados, la reducción de la burocracia, lo que permitiría simplificar sus relación con las distintas administraciones y poder enfocarse en su actividad y en los aspectos estratégicos de su negocio. En segundo lugar de la lista de deseos (21%) se sitúa la razonable petición de dedicar mayores esfuerzos a fomentar la educación, la formación y el desarrollo de competencias para poder disponer de una fuerza laboral altamente cualificada. En tercera y cuarta posición, una de cada cinco empresas también pide al Gobierno que establezca medidas para fomentar la innovación, además de ver necesaria una reforma fiscal.
Tareas pendientes
La empresa española parece tener claro lo que el Gobierno puede hacer por ella, pero también las prioridades estratégicas que debe afrontar para responder a un contexto en permanente cambio. La transformación de la compañía, referida a los cambios en la estructura, procesos, funciones y personas, es señalada por el 23% de los encuestados como la mayor prioridad en los próximos 12 meses. Le siguen la apuesta por la innovación y la tecnología (apuntada por un 20%), el desarrollo de nuevos productos y servicios (19%) y la expansión y crecimiento internacional (un 16%).
Referencias que hablan de armarse frente a novedosos competidores que aparecen en escena con modelos inéditos y aupados en tecnologías disruptivas . «La adecuada utilización del Big Data será un factor clave a la hora de marcar la supervivencia de las empresas en un entorno donde los datos son información y la información, poder», explica Hilario Albarracín, consejero delegado de KPMG en España, sobre esta carrera por la innnovación en el fondo y las formas de la gestión empresarial y en la relación con los consumidores.
Otro dato ratifica que las empresas españolas han comprendido que no se puede recoger sin sembrar en este contexto de continua mutación: tan sólo el 3% de los negocios españoles está planeando realizar desinversiones este año, frente a un 66% que invertirá en nuevas tecnologías, innovación o digitalización.
Sobre el acceso a la financiación, convertido en no pocas ocasiones en inabordable Everest, no se advierte un cambio de estrategia en las empresas españolas. El crédito bancario , al que hasta ahora han recurrido la mitad de las empresas para conseguir liquidez, continuará en esos niveles en los próximos doce meses. El porcentaje que recurrirá a la emisión de deuda permanecerá inalterable en un 12%, seguida por las líneas del ICO , elegidas por el 11%. Sólo un 9% logró crecer a pulmón con autofinanciación, porcentaje que caerá hasta el 7% este año.
Turismo y Motor
Aplicando la lupa en los distintos sectres productivos, se advierten disparidades tan significativas como llamativas. Uno de las industrias más optimistas sobre la situación actual es la de Ocio y Turismo (un 58% cree que el momento es «bueno» y un 8% se atreve ya con el «excelente»). « España ha sobrepasado por tercer año consecutivo su máximo histórico de visitantes extranjeros, sumando 68,1 millones tras un alza del 4,9%, y se espera que con la recuperación del turismo nacional las cifras del sector se vean incrementadas durante el ejercicio 2016.», explica Tomás López de la Torre, cocio responsable del sector Turismo y Ocio de la consultora, obre este «prudente optimismo».
Al mismo nivel de percepción positiva se encuentra el sector Automoción, donde las respuestas positivas superan también el umbral de los dos tercios (67%). Francisco Roger , socio responsable del sector Automoción de la auditora en España, explica que la percepción encaja perfectamente con los datos: «La fabricación de vehículos ha superado los 2,7 millones (13,7% más que en 2014), mientras que las matriculaciones han excedido el millón (20,9% más) y se espera superar los 3 millones de unidades fabricadas en 2017» , señala.
Solo un sector, el de las Infraestructuras presenta un mayor número de respuestas negativas que positivas, aunque algo más de la mitad califica de «regular» la situación actual. Jesús de Isidro, socio responsable del sector Infraestructuras de KPMG en nuestro país, explica que «es importante tener en cuenta que en España se ha producido un acusado descenso de la inversión en obra pública en los últimos años, lo que, entre otros motivos, ha llevado a las grandes compañías españolas a intensificar su expansión internacional y diversificación en nuevos sectores». A su juicio, «la obtención de financiación para proyectos y la curva de aprendizaje en las nuevas geografías no ha sido sencilla en algunos casos», aunque matiza que «hay elementos suficientes para ser optimistas».
Otro de los sectores que atisba menos despejado el horizonte es el financiero. Su visión sobre la situación actual también es menos positiva que la media (32% frente a 40%), aunque predominan las respuestas neutras (54% del total). Los encuestados del sector son también menos optimistas que la media al pronosticar su evolución en el plazo de un año (38% frente a 43%). Francisco Uría, socio responsable del sector Financiero de la consultora, justifica esta mirada menos esperanzada del sector: «Se enfrenta a un panorama complejo, en el que debe compaginar los retos derivados de la implementación de la nueva regulación aprobada en estos años, la recuperación de su rentabilidad y la transformación digital».
Para el próximo ejercicio, las industrias y empresas que ven un camino más transitable son las de Telecomunicaciones y Medios. Tres de cada cinco de estas compañías apuestan por una mejoría en su actividad, seguido de cerca por el de Tecnología (55%). En cambio, sólo un 29% de los encuestados del Sector Público es optimista respecto al próximo año, un sector que también valora su situación actual por debajo de la media (33% frente a 40% de respuestas positivas). De nuevo la incertidumbre política y «las dificultades financieras y presupuestarias que, a pesar de la recuperación económica, persisten en las finanzas públicas», están detrás de esta desconfianza, explica Cándido Pérez, socio responsable de Sector Público de KPMG.
También el sector de Energía y Recursos Naturales tiene un menor porcentaje de optimistas que la media a un año vista (30% frente a 43%), y queda ligeramente por debajo de la misma en cuanto a situación actual. Alberto Martín Rivals, socio responsable del sector Energía de la consultora, considera que esa visión puede explicarse en parte por los bajos precios del petróleo, «que están influyendo negativamente en determinados negocios como el upstream o el trading de gas».
El optimismo va por barrios
Quizás impulsado por el sector turístico, el sol del optimismo brilla más en Baleares . Las Islas son la Comunidad que mejor puntúa la situación económica de su región: un 57% la califica de «buena». Madrid (55%) y País Vasco (43%) copan el podio las buenas perspectivas. Sin embargo, a un año vista, los porcentajes más alto de empresas que creen que la situación será «mejor» o «mucho mejor» están en Extremadura (76%), Canarias (69%) y Cantabria (60%). La botella medio vacía se percibe en Asturias, Andalucía y Extremadura: un 35%, 29% y 32%, respectivamente, de las empresas califican de «malo» o «muy malo» el futuro económico de sus comunidades de origen.
En definitiva, el informe recoge esa sensación de optimismo expectante que combina los motivos para creer con las incertidumbres que temer y configura una gran incógnita que sólo despejará el tiempo (incluido el que se tomen nuestro políticos en entenderse).