Deutsche Bank ofreció capitalizar con 2.000 millones de euros a Banco Popular

La propuesta coincidió, en volumen y tiempo, con la presentada por Barclays tres días antes de la resolución de la entidad presidida por Emilio Saracho

Una oficina del Popular en Madrid ABC

MARÍA JESÚS PÉREZ

No hubo tiempo. O, quizás, no hubo oportunidad para estudiar otras opciones. Sobre todo, las ofertas recibidas para poder lanzar una nueva ampliación de capital que diera oxígeno –o no, eso ya no se sabrá– a una entidad abocada a cambiar de manos tarde o temprano. Hablamos de Banco Popul ar. Ahora bien, el caso es que había inversores dispuestos a respaldar tal operación si finalmente fuese anunciada a mediados del mes de junio. Según ha podido saber ABC, Deutsche Bank, a través de su filial española, envió una carta a Miguel Escrig, el entonces director general adjunto al presidente de Popular, Emilio Saracho , el fin de semana anterior al día en el que la entidad financiera fue intervenida por Europa. En dicha carta, el banco presidido en nuestro país por Antonio Rodríguez-Pina, expresaba su interés en asegurar el 50% de una posible ampliación de capital de 4.000 millones de euros.

Así, la propuesta de Deutsche Bank España se unía a la realizada también por Barclays , –noticia desvelada por ABC el pasado 31 de octubre–, con la que, por cierto, coincidía en tiempo y volumen. Tanto la entidad de origen británico como la alemana confiaban entonces en que con esa operación y cantidad de dinero Popular se sanearía y el negocio subyacente sería rentable, si bien, fuentes financieras coinciden en su apreciación de que la situación de Popular estaba ya muy deteriorada y sacar adelante una ampliación de capital que en aquel momento era ya complicadísima. Más factible era la alternativa de una venta al mejor postor.

Carta del 5 de junio

En otra misiva, a la que ha tenido acceso este periódico, y fechada el 5 de junio de 2017, apenas dos días antes de que la Junta Única de Resolución europea (JUR) decidiera intervenir el Popular y venderlo por un euro a Banco Santander, el propio Rodríguez-Pina explicaba a Emilio Saracho que habían informado por escrito a Escrig mostrándole su interés por asegurar una posible ampliación de capital, y con los términos de la misma.

Obviamente, apunta Rodríguez-Pina, «la carta se basa en nuestra creencia de que concurriendo circunstancias que pensamos pueden darse de una forma realista, se podría hacer una ampliación que estabilizara el banco».

Desvela en dicha carta el presidente de Deutsche Bank en España que la entidad financiera llevaba varias semanas planteando los términos de dicha ampliación de capital a los directivos del Popular, si bien, puntualiza «que siempre pensamos que requeriría el apoyo de un grupo significativo de ‘inversores ancla’ que garantizasen idealmente en torno al 50% de la ampliación».

Contacto con inversores

Para ello, el banco de origen alemán reconoce haber mantenido contacto con muchos inversores, incluidos tanto grandes patrimonios como alguno de los principales institucionales (tanto accionistas como bonistas de Banco Popular en aquel entonces como otros nuevos) y, «pensamos que (obviamente sin certezas absolutas) contamos a día de hoy con elementos que podrían hacer funcionar una ampliación de capital en la línea descrita en nuestra carta» dirigida a Escrig.

Según fuentes financieras, días antes de la resolución, mientras el Popular sufría un descenso prolongado de su valor en Bolsa y de salidas paulatinas de depósitos –por la incertidumbre en los mercados que rodeaba su viabilidad futura– tanto Rodríguez-Pina como el financiero colombiano Jaime Gilinski, exaccionista de Banco Sabadell, se habrían reunido con la directiva de Banco Popular para intercambiar pareceres sobre dicha posible operación

«Mañana nos sentaremos con Miguel Escrig para comentar en detalle nuestras conversaciones con inversores y nuestro plan para una ampliación», dijo Rodríguez-Pina a Saracho ese 5 de junio por carta. Pero no hubo tiempo. Ese lunes la suerte de Popular estaba echada. La posible ampliación de capital respaldada por Barclays y por Deutsche Bank no llegaría siquiera a tratarse en consejo . La fuga masiva de depósitos, más de 14.000 millones entre abril y mayo, dio pie a que Europa decidiera intervenir y vender el banco mejor que una ampliación, en la madrugada del 6 al 7 de junio.

Giro judicial

Las propuestas de Barclays y Deutsche Bank desveladas por ABC pueden provocar un giro judicial, sobre todo, en aquellas demandas presentadas contra la resolución dictada por la JUR del BCE y ejecutada por el fondo de rescate español (FROB). De hecho, y según ha podido saber este periódico, algunos fondos de inversión que tenían bonos del Popular y perdieron su inversión usarán la existencia de estas ofertas desconocidas hasta ahora como argumento en sus demandas contra el órgano dependiente del BCE.

«Son buenas noticias para los litigantes, pero malas para la directiva de resolución bancaria», resumen los analistas de HSBC en una nota de seguimiento de la noticia publicada por ABC el 31 de octubre, en la que consideran que pone en entredicho la transparencia del proceso de resolución ejecutado por las autoridades europeas.

Recordar que uno de los criterios que debe seguirse para ordenar la resolución de un banco es su inviabilidad, que se define entre otras cosas por su incapacidad para acceder al capital privado. Si había esas ofertas, «se pone en tela de juicio al menos la transparencia y estandarización del proceso de resolución bajo esa directiva», indica HSBC, que apunta que «en el peor de los casos las autoridades de resolución habrían hecho un completo desprecio de la jerarquía de los acreedores».

Deutsche Bank ofreció capitalizar con 2.000 millones de euros a Banco Popular

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