Abengoa, todo se pega menos la hermosura

¿Modelo a seguir? Esperemos que no. Esperemos, y recemos, para que ninguna otra empresa se haya fijado en el pasado

REUTERS

MARÍA JESÚS PÉREZ

Le crecen los enanos a una de las empresas más emblemáticas de este país. Abengoa. Desde que entrara «voluntariamente» en preconcurso de acreedores, las malas noticias no paran de lloverle. Más bien de caerle encima cual pedradas de granizo . El pasado viernes otro buen jarro de agua fría sobre las espaldas de dos de sus máximos exdirectivos. Su ya excúpula. El expresidente Felipe Benjumea y el exconsejero delegado Manuel Sánchez Ortega. La jueza Carmen Lamela decidía admitir a trámite la querella presentada por dos bonistas de la energética por un presunto delito de administración desleal contra ambos ejecutivos. Y en el caso de Sánchez Ortega, también ha sido acusado de un posible delito de información privilegiada tras su salida de la empresa y su posterior fichaje por la gestora de fondos norteamericana Blackrock .

Para más inri, la Audiencia Nacional también investigará las indemnizaciones que percibieron ambos directivos tras su salida de la compañía. Por ello, como paso previo, la jueza les ha exigido que abonen fianzas , en un plazo de 24 horas, por importe de 11,5 y 4,5 millones de euros , respectivamente, cuantías que ¡oh sorpresa! coinciden con las compensaciones que recibieron tras abandonar la multinacional andaluza.

Así se da al traste con una de las empresas españolas, de origen andaluz, considerada modelo a seguir por prestigiosos estudiosos españoles. Incluso «allende los mares». Ahora, tras el escándalo de unas cuentas mal llevadas y tremendamente endeudadas, aflora una gestión nefasta y una reputación corporativa puesta más que en cuestión.

¿Modelo a seguir? Esperemos que no. Esperemos, y recemos, para que ninguna otra empresa se haya fijado en el pasado -por si ahora le pesase- en esa «especial» manera de gestionar negocio con tanto endeudamiento detrás. Y menos aún por aproximación geográfica, a semejanza del «dos que duermen en el mismo colchón...». Porque, si bien es verdad que ha habido otros casos de gestión puesta en entredicho entre empresas andaluzas, también con prestigio demostrado, éstas han sabido ganarse de nuevo la confianza de sus acreedores. De esa banca que muchos tachan de «culpable» si no te da más dinero para seguir « malgastando ». Quizás, esos casos ahora sirvan de modelo a seguir a los nuevos directivos de Abengoa. Si bien, ¡cuán complicado lo tienen! Se me vienen a la cabeza casos como los de Deoleo, Carbures, Sando... ¡Hasta Mercasevilla! (la empresa pública andaluza recién metida también en preconcurso de acreedores, para ganar tiempo, dicen, aunque esa es otra larga historia que, hoy, no voy a tratar...). Pero todas (a excepción de la pública, claro) supieron reponerse , y tras renegociar sus deudas con los bancos prestadores han ido cumpliendo con lo pactado. Así, sí. Así se recupera el prestigio, la reputación y... la liquidez. Aunque ya saben aquello de «todo se pega... menos la hermosura».

Porque ojito con las deudas de otros, con los impagos que otras empresas te hacen a ti -proveedores, particulares, la propia Administración... En definitiva, esos terceros en discordia que pueden hacer que una empresa que cumple con sus pagos no pueda afrontar compromisos «pactados» con el acreedor. Algunos ya ponen en su punto de mira a la c onstructora malagueña Sando , que tan religiosamente está cumpliendo con la banca acreedora desde que en 2012 reestructurara su deuda. Ahora, la bancadicen, vuelven a negociar la situación. Y, de momento, siguen confiando en su buena fe. Y buen hacer. Eso es lo que se premia. ¿Un modelo a seguir?

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