Cuatro razones que respaldan la subida de tipos de la Fed en septiembre
Los ajustes monetarios implican un riesgo de caída de los mercados emergentes
Nadie puede negar que la economía estadounidense no haya vuelvo a su estado previo al año 2007 . Los principales indicadores que confirman que estamos ante un crecimiento económico más lento y frágil en Estados Unidos se basan en las presiones sobre los salarios , el descenso de la tasa de participación laboral de 440 puntos básicos frente al nivel previo a la crisis y un crecimiento económico más débil del que vimos durante las últimas fases de recuperación (cuando EE.UU. podía registrar un crecimiento del PIB del 4%, incluso del 5%).
Ante lo que es posiblemente un aumento del PIB más débil de lo esperado (2% para 2015-2025 frente al 3% de 2000-2007), EE.UU. se está adentrando en una forma de estancamiento económico. Este escenario no se trata únicamente de una consecuencia ante la destrucción de las capacidades de producción durante la crisis de 2007, sino que es un fenómeno mundial.
En última instancia, la ralentización refleja el envejecimiento de la población , la caída en la productividad asociada y los cambios estructurales que remodelan la economía (la "Uberización" del mercado laboral, la automatización industrial, las innovaciones de bajo nivel sin saltos significativos...).
La política monetaria tocó techo y llegó al límite de poder manejar esta situación, por lo que nos encontramos ante el momento clave para que la política presupuestaria coja el mando. Los ajustes monetarios implican un riesgo de caída de los mercados emergentes.
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