La crisis china paraliza la venta de Novo Banco
El Banco de Portugal negocia en exclusiva con Anbang, la mastodóntica aseguradora del país asiático, muy afectada por la desvalorización bursátil
La beligerante crisis que sufre China extiende sus tentáculos a Portugal y afecta directamente al proceso de venta de Novo Banco, heredero de los activos del extinto Banco Espirito Santo, que fue objeto de un rescate público por valor de 4.900 millones de euros. Las negociaciones exclusivas con el gigante de aquel país Anbang , líder en el sector de las aseguradoras, se encuentran completamente paralizadas. El conglomerado empresarial se ha visto atrapado por el azote de la repentina desvalorización de acciones que castiga a la primera economía mundial , pues su estratosférico volumen de operaciones financieras y solidez empresarial ya ha superado a Estados Unidos.
Esta circunstancia hace que los asiáticos se hayan replanteado su estrategia en el país vecino, donde no han hecho más que incrementarse las inversiones procedentes de allí.
Su oferta convencía al Banco de Portugal por encima de las presentadas por sus compatriotas de Fonsun y por el fondo norteamericano de capital riesgo Apollo . Pero ahora sus 3.500 millones de euros, más otros mil para una recapitalización, se encuentran en el aire.
Anbang ha endurecido su postura y dice que, en total, su perjuicio por el crac bursátil puede ascender incluso a 2.000 millones. Como la fecha tope para culminar el proceso de venta de Novo Banco se aproxima de forma inminente, el 31 de agosto, se ven con más fuerza para cerrar un posible acuerdo.
Los chinos piden ahora que se aligeren las condiciones para la capitalización añadida , mientras que por el lado portugués se insiste en que deben pasar en toda regla los ‘tests’ de estrés económico impuestos por la Unión Europea.
Las espadas están en alto. Un tira y afloja que puede resultar dramático para el bolsillo de los ciudadanos lusos. Si la operación no se concreta, el Estado deberá recurrir al Fondo de Resolución, lo que implicaría que el peso total de esos 4.900 millones de euros recaería sobre los portugueses a través de sobretasas o más recortes.
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