El yuan chino se deprecia por segundo día y desata el miedo en los mercados
Pekín vuelve a rebajar su cambio con respecto al dólar un 1,6% para fomentar sus exportaciones e impulsar la economía, lo que amenaza con una guerra de divisas
![El yuan chino se deprecia por segundo día y desata el miedo en los mercados](https://s1.abcstatics.com/Media/201508/12/yuan-chino--644x362.jpg)
Por segundo día consecutivo, el yuan chino ha vuelto a depreciarse este miércoles después de que el Banco Central lo devaluara ayer un 1,9%, casi el máximo posible del 2% , y lo volviera a rebajar esta mañana un 1,6% con respecto a su cotización sobre el dólar estadounidense.
A su nivel más bajo desde agosto de 2011, el Banco Central de China ha fijado la base su cambio diario en 6,33 yuanes por cada dólar, incluso por debajo de la devaluación del martes. Aunque el organismo emisor chino insistió en un comunicado en que «mirando a la situación económica internacional y doméstica , actualmente no hay razones para una tendencia sostenida de depreciación del yuan », la medida ha desatado el miedo en los mercados, cuyas Bolsas cayeron el martes. El principal riesgo es que este movimiento, que el Banco Central chino aseguraba que iba a ser de «una sola vez» pero ha continuado hoy, abra una guerra de divisas con otros países que minaría la recuperación global tras la crisis .
Con el fin de revitalizar su economía, ralentizada a su ritmo más bajo desde 1990, el autoritario régimen de Pekín ha optado por rebajar el yuan para fomentar las exportaciones , que en julio cayeron de forma inesperada más de un 8 %. Sin embargo, la medida puede llevar a otras potencias exportadoras de Asia, como Japón y Corea del Sur , a devaluar también sus propias monedas para no perder competitividad con China.
Durante estos dos últimos días, la moneda china ha perdido un 3,5% de su valor, su mayor caída desde la drástica devaluación que sufrió en 1994 para adaptarse a su posición real en el mercado . Como consecuencia, otras divisas de Asia y el Pacífico que dependen en gran manera del yuan también se han depreciado, entre ellas la rupia de Indonesia y el «ringgit» de Malasia, que alcanzaron su mínimo de los últimos 17 años, así como el dólar de Nueva Zelanda , en su nivel más bajo de los últimos seis.
Además de la inestabilidad que traería una hipotética guerra de divisas, la devaluación del yuan hace sospechar a muchos expertos que la economía china va en realidad peor de lo que se pensaba , lo que genera más incertidumbre en los mercados y afecta a los precios de las materias primas, ya de por sí bastante bajos.
A pesar de las críticas de Estados Unidos , que acusa a Pekín de mantener el yuan artificialmente bajo para facilitar sus exportaciones, el régimen chino insiste en que estas depreciaciones solo persiguen adaptarlo a su valor real en el mercado . De seguir así, el asunto enturbiará sus siempre complicadas relaciones comerciales y empañará la visita que el presidente chino, Xi Jinping, efectuará a Washington el próximo mes.
«Más flexibilidad»
Por otra parte, China también intenta convencer al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que estas devaluaciones responden a la realidad del mercado para que el yuan sea incluido en sus Derechos Especiales de Giro , como se conoce a las divisas que componen sus reservas para préstamos, donde ya figuran el dólar estadounidense, el euro, la libra esterlina y el yen japonés. Como todas estas divisas se pueden utilizar en las operaciones auspiciadas por el FMI , el régimen de Pekín aspira a la inclusión del yuan para potenciar su uso internacional como moneda de referencia. «Una mayor flexibilidad del tipo de cambio del yuan es importante para China mientras intenta darle a las fuerzas del mercado un papel decisivo en la economía, así como integrarse en las finanzas globales», alabó el FMI.
Pero otros analistas, como Anthony Doyle, director de inversiones en renta fija de M&G, alertan de que «la caída del yuan significará que el poder adquisitivo de empresas y hogares chinos se resentirá» y «encarecerá los precios de las materias primas», ya que «un yuan más débil sugiere una demanda más baja y podría desembocar en un menor crecimiento de las economías que exportan a China , así como de la región asiática».
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