Las inversiones extranjeras se disparan en Portugal
Chinos y angolanos protagonizan un duelo para aprovechar los incentivos fiscales del Gobierno de Passos Coelho
La inversión extranjera en Portugal crece en progresión geométrica, con chinos y angolanos en cabeza de una serie de operaciones que retratan el fuerte movimiento producido en el país vecino desde que el Gobierno de Passos Coelho impulsó las reformas.
El poder chino (ver ABC del 29 de marzo de 2015) se ha multiplicado en los sectores bancario, energético y de seguros, entre otros. Y aún queda por dilucidarse la venta de Novo Banco (heredero del Espirito Santo tras su quiebra y rescate por un valor global de 4.900 millones de euros), donde Anbang y Fosun sólo tienen un competidor potente: el fondo norteamericano de capital riesgo Apollo.
Pero el contraataque desde Angola no se ha hecho esperar de la mano de Isabel dos Santos , hija del presidente del país y accionista clave del banco porugués BPI (de hecho, ella es la única que puede marcar la pauta a Caixabank en su intento de OPA sobre la entidad). El nuevo zarpazo de esta mujer educada en Londres y Estados Unidos lo acaba de constituir su asalto al 65% de Efacec , empresa de Oporto concentrada en los equipamientos energéticos y la ingeniería. Un golpe de efecto a través de su firma Winterfell, con sede en Malta y subsidiaria de Niara Holding, localizada en Portugal. 200 millones de euros tienen la ‘culpa’.
Necesidad de liquidez
Antes de este desembarco chino y angolano, España era el principal inversor, con un crecimiento de las exportaciones al otro lado de la frontera en torno al 8,6% en 2014 . La llamada internacional de los portugueses tiene que ver con su necesidad de liquidez y de volver a poner en marcha los engranajes industriales, gravemente afectados por la crisis.
Los sectores de la automoción, aeronáutico, biotecnológico, metalúrgico y papelero ofrecen igualmente oportunidades de inversión, según certifica un informe realizado por Unicaja . Además, Lisboa ejerce como trampolín para desplegarse en las naciones que integran los mercados de habla portuguesa, cuyo tamaño conjunto supera los 250 millones de consumidores.
También deben tenerse en cuenta los incentivos fiscales puestos en marcha por Passos Coelho para beneficiar a los extranjeros: rebaja del impuesto de sociedades, deducciones para pymes por reinversión y medidas para fomentar la creación de empresas foráneas en Portugal.