El BCE empieza con el Santander la supervisión de los consejos de los bancos
Miembros del ente presenciaron la última reunión de este mes de la cúpula de la entidad
El supervisor bancario único ha desplegado gran parte de sus competencias de vigilancia del sector financiero comunitario sólo siete meses después de su puesta en marcha. Entre ellas, la de inspeccionar el funcionamiento de los consejos de administración de las entidades financieras de la Eurozona, incluidas las españolas. Según ha podido saber ABC, representantes del Banco Central Europeo (BCE) presenciaron la última reunión que este mes ha celebrado el órgano de máximo dirección del Banco Santander. Se trata del primer consejo de administración de un banco español en que miembros del organismo presidido por Mario Draghi participan como observadores.
El objetivo del el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) es ver cómo se desarrolla la reunión de los consejeros, cómo toman las decisiones y si esos vocales son conscientes de los riesgos que asumen en su gestión, entre otras cosas. En definitiva, su tarea es chequear el funcionamiento de los grupos bancarios y la preparación y profesionalidad de sus principales dirigentes. Para ello, y según las fuentes consultadas, los técnicos del BCE presenciarán una vez al año el consejo de administración de los bancos bajo su paraguas.
El banco central comunitario, a raíz de la creación de la unión bancaria europea, asumió el pasado mes de noviembre la supervisión directa de los 120 grupos bancarios más grandes de la zona euro, 15 de ellos españoles: Santander, BBVA, Caixabank, BFA-Bankia, Sabadell, Popular, Bankinter, BMN, Ibercaja, Kutxabank, Liberbank, Catalunya Banc –ahora parte de BBVA–, Abanca, Unicaja y BCC-Cajamar, hasta entonces bajo vigilancia del Banco de España. Los bancos centrales nacionales, por su parte, ayudan al BCE en su labor y mantienen además la supervisión de las entidades financieras de menor tamaño.
Reuniones informativas
En la misma línea, los inspectores del organismo con sede en Fráncfort están manteniendo también encuentros informativos con los consejeros de las entidades. Así, por ejemplo, se han reunido con las cúpulas de las antiguas cajas de ahorros, como Ibercaja, Kutxabank, Unicaja, Abanca, Liberbank Y BMN, para conocer al detalle su modelo societario y funcionamiento tras su transformación, por ley, en fundaciones bancarias.
Con esto se evidencia que la supervisión de los balances y estados financieros de los grupos bancarios no es la única preocupación del nuevo supervisor único, que ha puesto también bajo lupa el funcionamiento del gobierno corporativo y los procesos de toma de decisiones en el seno de las entidades, consciente de que los fallos de gobernanza están detrás de parte del origen de la crisis bancaria. De hecho, y como ya informó ABC, el organismo podrá exigir responsabilidades a los miembros del órgano de máxima dirección de una entidad en caso de detectar políticas –comerciales y retributivas, por ejemplo– que puedan resultar insostenibles para el banco.
Fuentes del sector financiero consultadas por ABC admiten que los representantes del BCE están ya por todas partes y que su supervisión es latente en todos los procesos. Aún así, y a pesar de la novedad y el esfuerzo de adaptación, su presencia y trabajo es vista en general con buenos ojos por los financieros españoles.
Esto difiere de la opinión de los banqueros de otros países europeos, que ven en algunos aspectos de estas prácticas de supervisión única un excesivo intervencionismo del Banco Central en el funcionamiento de las entidades. A fin de cuentas, y como recuerdan en una entidad, el supervisor único, dirigido por la francesa Danièle Nouy, ha asumido poderes totales de vigilancia.
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