Abengoa construirá la primera biorrefinería de Estados Unidos
Esta planta tendrá una tecnología pionera para convertir basura en biocombustibles
Abengoa acaba de lograr el primer contrato relevante para desarrollar a escala industrial su tecnología «wate to biofuels» (W2B), que consiste en transformar la basura en bioetanol. Tras probar en los dos últimos años diversos procesos en su planta de demostración en Babilafuente (Salamanca), el grupo presidido por Felipe Benjumea ha logrado un contrato valorado en 200 millones de dólares (unos 185 millones de euros ) para levantar una biorrefinería con estas características en Nevada que será pionera en todo el mundo. Aunque el objetivo inicial de la compañía era construir la primera factoría de esta clase en Sevilla, ha sido finalmente en EEUU donde ha encontrado la mejor oportunidad.
En concreto, la firma andaluza ha sido seleccionada por el fondo Fulcrum Bioenergy para construir una planta que «utilizará tecnología de gasificación para convertir residuos sólidos urbanos en crudo sintético, que será transformado a su vez en combustible para la aviación». Abengoa será responsable de la ejecución llave en mano de la planta, incluida la ingeniería, el diseño y la construcción.
La biorrefinería se encuentra ubicada en el C entro Industrial Tahoe-Reno , a unos 20 kilómetros al Este de Reno, en Nevada. «La iniciativa proporcionará una alternativa sostenible a las grandes cantidades de residuos que se generan cada año en la zona y que, de otro modo, acabarían en un vertedero», indicó ayer el grupo. «El proceso de convertir los residuos en combustibles renovables para transporte reducirá significativamente el número de vertederos, que cada vez preocupan más en EEUU debido a los contaminantes químicos que emiten al aire y que se filtran a las aguas subterráneas».
Proyecto en Sevilla
Frente al éxito de esta iniciativa al otro lado del Atlántico, el proyecto de Abengoa en Sevilla está en este momento paralizado. El grupo quería ubicar en la capital andaluza una planta de bioenergía a partir de residuos sólidos urbanos, en unas instalaciones que tratarían unas 5 00.000 toneladas de residuos anuales y produciría unos 28 millones de litros de biocombustible.
La planta se ubicaría en la Dársena del Cuarto (junto a unos depósitos de graneles líquidos en del Puerto de Sevilla ). Esta iniciativa requiere la colaboración del consistorio hispalense, dado que debería dar luz verde a la instalación. Uno de los aspectos más importantes es que la administración local debería abrir un concurso público para la gestión de los residuos sólidos urbanos de la ciudad, a la que podrían acudir otras compañías.
El atractivo de la tecnología «wate to biofuels» es que el aumento de la población urbana en el mundo hace que se incremente proporcionalmente la cantidad de la basura acumulada en vertederos . La generación de este combustible sostenible plantea una solución a este problema y reduce la dependencia energética de cada país, así como su huella de carbono.