La banca ya «cambia» las cláusulas suelos por otros productos
Ofrece a sus clientes una carencia de pago de la claúsula a cambio de que estos contraten otros productos como domicialización de nóminas, tarjetas o seguros
Electoralista o no, la «recomendación» está ahí, y la banca ha cogido el testigo. Pero desde hace tiempo. Porque «algo» se olían. Era cuestión de saber el momento elegido por el Ejecutivo de Mariano Rajoy para tener constancia oficial. Ayer lo adelantó ABC: «El Gobierno insta a la banca a eliminar todas las cláusulas suelo de las hipotecas». Y si bien es verdad que el panorama ha cambiado mucho tras la sentencia del Tribunal Supremo de mayo de 2013 –que condenaba a BBVA (que las eliminó de todos sus contratos), Cajamar y Novagalicia por tener cláusulas suelo abusivas–, siguen existiendo, pero en un porcentaje bajo.
Según ha podido saber ABC, las entidades financieras españolas que aún tienen contratos hipotecarios con este tipo de cláusula ofrecen a sus clientes, a cambio de estudiar su eliminación, otras opciones. Entre ellas, la mayor, la carencia de pago, de hasta tres años –para esperar tipos de interés más altos, y volver a negocair pasado este periodo–, y/o una vinculación mayor del mismo cliente con la firma de otros productos del mismo banco. Así, se están cerrando acuerdos banco-cliente en el que éste domicilie su nómina –si aún no la tiene con el banco, caso extraño puesto que es una de las condiciones que se pide cuando firmas una hipoteca–, en segundo lugar, seguros (de vida y de hogar, o algún plan de pensiones) y, por último, nuevas tarjetas.
No obstante, cabe recordar que se trata de contratos que se mantienen porque aún no ha acabado el periodo de pago de la hipoteca, ya que las que se han formalizado nuevas desde la sentencia del Supremo en 2013 no han vuelto a incluir cláusulas suelo.
Desde entonces, ha habido un auténtico «chorreo» de demandas contra la banca que tiene este tipo de contrato. Ante esta situación, las entidades financieras se han impuesto la negociación individual y el pacto con el cliente, con el objetivo también del menor impacto en sus cuentas. Además se plantean no perder tiempo y dinero (en muchos casos, si bien cada vez menos, el banco es condenado a costas); evitar el daño reputacional en los medios sobre condenas judiciales; y, esquivar un efecto llamada de los clientes que no reclaman.
Otras fuentes financieras coinciden al señalar que efectivamente las cláusulas que permanecen aún no son ilegales, si bien cuando se denuncian, como depende del juez que lleve el caso, éste se inclinará a favor de demandante o denunciado, incluso con casos que sean casos idénticos.
Noticias relacionadas