Arias Cañete: «O logramos crecer y crear empleo o Europa se volverá más populista»
Adelanta que se va a crear un marco para poner en marcha ya la unión energética, con un plan a cinco años
Su vida ha cambiado radicalmente. La entrevista se realizó en su despacho del edificio Berlaymont, en una pausa entre un viaje a Washington y otro a Riga. Miguel Arias Cañete se ha integrado en su nuevo papel de comisario europeo de Energía y Cambio Climático, hasta el punto que mira la política española casi con una distancia sideral. Aunque en esta Comisión le tocó ser el blanco de todos los ataques en el periodo de audiencias parlamentarias, ha pasado página y en esta primera entrevista a un medio español, recuerda aquel trámite como uno de los momentos más duros. «Fui objeto de ataques y descalificaciones, que si no hubiéramos estado en una audiencia, a lo mejor hubieran tenido otro tipo de respuesta, pero cuando se está en sede parlamentaria lo mejor es no perder la calma, contestar a todas las preguntas y no alterarse.
-Los socialistas españoles fueron especialmente duros.
-A mí me extraño su actitud, porque en Europa siempre se ha apoyado a los comisarios españoles, nosotros siempre lo hicimos así cuando se presentaba Manuel Marin, le apoyábamos, si venía Solbes se le apoyaba, si venía Joquín Almunia se apoyaba a Almunia y no se abría una caza de comisarios. Los socialistas españoles han roto con esa práctica, pero además han perdido la batalla, porque han cosechado un fracaso estrepitoso ya que ni siquiera en el grupo socialista europeo les siguieron. Por eso creo que deberían reflexionar sobre eso y sobre el no haber apoyado a la comisión Juncker cuando había una gran alianza en el parlamento de la que se han quedado fuera y se han alineado con fuerzas que no son razonables. Es verdad que había un sector de las críticas que tenían otro objetivo y era que no querían que se fusionasen las dos carteras de clima y de energía porque quieren un escenario en el que no haya nadie que pueda hacer arbitrajes entre las dos políticas de protección de clima y de desarrollo energético. Y yo creo que es bueno que las dos carteras estén fusionadas porque permite una política mas ambiciosa en ambos sectores. Tal vez eso justificaba que hubiera un sector que quería ver caer a un comisario para que luego hubiera una distribución de carteras por parte de Juncker. Pero la audiencia pasó, y el trabajo en esta comisión vale la pena.
-Juncker ha hecho una Comisión innovadora, muy política. ¿Cómo es trabajar con esta Comisión tan marcadamente política?
-Es agradable trabajar con Juncker. Primero porque tiene una gran legitimidad democrática. Su candidatura ganó las elecciones europeas, ha sido votado por el Parlamento por una amplia mayoría y la comisión que ha propuesto tiene una amplia mayoría. Eso le da una gran independencia. En segundo lugar, él se ha presentado con un programa político con diez prioridades muy claras y las está desarrollando. Es una comisión más política en el sentido en que en las reuniones del Colegio de Comisarios no se pierde el tiempo en temas burocráticos, que se resuelven a nivel de jefes de Gabinete, y participan todos los comisarios, lo que le da mucho dinamismo. Luego ha puesto un sistema de trabajo complicado, porque tenemos que coordinarnos entre los vicepresidentes y los comisarios, pero todo eso da mucha colegialidad al trabajo y mucha fuerza, porque las iniciativas llevan el respaldo de toda la comisión. Creo que es una comisión que tiene mucha ambición política, porque creo que el momento no está para bromas; o logramos volver al crecimiento económico y a la creación de empleo o los europeos se orientarán cada vez más hacia movimientos populistas.
-Juncker quiere resultados concretos y rápidos, pero en el campo, la unión energética y cambio climático es muy difícil.
-En el cambio climático estamos trabajando yo creo que bien. La UE hizo un buen esfuerzo en Lima para preparar la reunión de Paris este año, que queremos que sea un gran éxito para que por primera vez haya un acuerdo vinculante con objetivos para todos los países del mundo lo bastante ambicioso para frenar el crecimiento de las temperaturas hasta un máximo de dos grados, como recomiendan los paneles científicos de la ONU. El 25 de febrero contaremos cuáles son nuestros planes hasta la reunión de París y hemos lanzado una iniciativa diplomática para que en todos los acontecimientos internacionales y viajes de los comisarios el tema climático esté siempre presente para forjar alianzas y buscar compromisos. Pero el campo de la energía es más complicado, porque vamos a presentar un marco para poner en marcha la unión energética, pero con un plan de trabajo de cinco años y se va a explicar año por año lo que vamos a hacer. No es un plan que tenga solo cinco prioridades, la seguridad de abastecimiento, el desarrollo del mercado interior, renovables, eficiencia energética, innovación, es un plan que tiene cinco años de trabajo y unas cosas irán antes y otras después. Por ejemplo, en los temas de abastecimiento estamos trabajando a gran velocidad, puesto que las decisiones rusas nos han alterado los planes tradicionales.
-¿Vamos a tener que cambiar otra vez el trazado de los proyectos de gasoductos debido a la situación entre Rusia y Ucrania?
-Los rusos nos han dicho que el gas que venía a través de Ucrania nos los van a colocar en la frontera de Turquía con la URSS y que hagamos las conexiones para traerlo al mercado de Europa central. Lo que vamos a hacer es desarrollar nuestra propia estrategia, construyendo un nuevo gasoducto para conectarnos con los yacimientos de Azerbaiyán y eventualmente Turkmenistán. Ese conducto hasta Italia está ya en marcha y vamos a diseñar los que unirán Bulgaria, Grecia, Rumanía y Serbia, junto a un desarrollo del uso del gas natural licuado, que con la baja de los precios se ha convertido en una alternativa muy atractiva.
-Para España las interconexiones son esenciales
-España ha sido una isla energética y uno de mis objetivos es conectar a nuestro país con los mercados europeos, imprescindible para desarrollar el mercado único europeo y para consolidar las renovables en España, es necesario llegar al nivel de interconexión que ha pedido el Consejo, un 10% en 2020 y el 15% en 2030. Afortunadamente ya empezamos a avanzar en esta materia. Se va a inaugurar el 20 de febrero la interconexión eléctrica en Cataluña entre Santa Llogaia y Bescanó, por parte del presidente Mariano Rajoy, y el primer ministro francés, Manuel Valls, que es un primer paso muy significativo. Y en estos momentos se está estudiando la viabilidad de la interconexión submarina entre el golfo de Vizcaya y Aquitania en Francia, un cable submarino de unos 400 kilómetros que puede costar entre 1.600 a 1.900 millones de euros y que cuando se complete aumentará la interconexión de la península ibérica, que subiría a casi un 8%. Y se están viendo los estudios de otros proyectos en Navarra y en los Pirineos Centrales. Posiblemente a primeros de marzo habrá una cumbre en Madrid a la que asistirán el presidente Francés, François Hollande, y el primer ministro portugués, Pasos Coelho, en la que se dará un nuevo impulso a las interconexiones y no solo las eléctricas sino las de gas, que es algo en lo que España tiene gran interés.
-Muchos de estos proyectos entrarán dentro del Plan Juncker de inversiones. En España se sigue pensando que es como los fondos estructurales.
-No. Ahora son inversiones esencialmente privadas con un apoyo público que sirve para eliminar el componente del riesgo, para hacerlas más atractivas. Es decir, que no son como los fondos estructrurales. Las inversiones financiarán proyectos que un comité considere que son viables y sostenibles, pero se tendrá que atraer la financiación privada. Sin embargo, en los proyectos de integración energética, cualquier proyecto es bueno para todos los ciudadanos porque eso aumenta la capacidad de competencia y es imprescindible para el desarrollo de las energías renovables.