La CE y el BCE creen que la reforma fiscal española es en parte una «oportunidad perdida»

Bruselas ha insistido en numerosas ocasiones en la importancia de que España traslade la carga fiscal del trabajo a impuestos indirectos

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La Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) han lamentado este jueves la falta de ambición de la reforma fiscal del Gobierno español al considerar que supone una "oportunidad parcialmente perdida" para subsanar las deficiencias del sistema tributario. "La reforma fiscal se centra en recortes en el IRPF y el impuesto de sociedades y no es, por tanto, tan amplia o ambiciosa como podría haber sido", señalan las dos instituciones en el informe completo de la segunda supervisión posterior al rescate a la banca.

"Es una oportunidad parcialmente perdida para simplificar de manera significante y subsanar las deficiencias del sistema fiscal, y para reducir de manera sostenible la carga impositiva sobre el trabajo", añadieron.

Bruselas ha insistido en numerosas ocasiones en la importancia de que España traslade la carga fiscal del trabajo a impuestos indirectos, como el consumo y los medioambientales, o a impuestos sobre la propiedad recurrentes, con el objetivo de fomentar la creación de empleo y el crecimiento.

La propia Comisión ya lanzó este mensaje a España en términos muy simulares en su reciente opinión sobre el proyecto presupuestario del país para 2015, en el que detectaba además el riesgo de que incumpla con las normas europeas de disciplina fiscal.

Dificultará cumplir con el déficit

En el informe publicado, tanto la Comisión como el BCE insisten en que, además, la reforma fiscal no tendrá un impacto neutro sobre las arcas españolas, por lo que "hace la consolidación presupuestaria más difícil".

Ambas instituciones consideran que el país logrará cumplir con su objetivo de reducir el déficit por debajo del 5,8% del PIB este año, pese a que ponen en duda que las Comunidades Autónomas cumplan con su meta de contener el desvío por debajo del 1%.

No obstante, advierten de que las necesidades de consolidación fiscal "siguen siendo sustanciales" para 2015 y 2016. Insisten en que "algunas medidas estructurales fiscales no se han aplicado aún completamente" y vuelven a apuntar a las regiones, al señalar que se ha reducido la presión sobre aquellas que no han cumplido o se arriesgan a no cumplir los objetivos fiscales, respecto al año pasado.

El informe también constata la mejoría de la economía española, que crecerá a un mayor ritmo que la media de la Eurozona el próximo año, pero advierte de los "riesgos" que siguen suponiendo el alto nivel de endeudamiento tanto del sector privado como el público.

La CE y el BCE también destacan el progreso en la situación en el sector financiero español, cuyo deterioro llevó al Gobierno español a solicitar en 2012 un rescate financiero a sus socios europeos para sanearlo, aunque advierte de que es necesario mantenerse "vigilante" y continuar su reforma, dado que el país "sigue siendo vulnerable a cambios repentinos en el sentimiento de los inversiones globales"..

La CE y el BCE también advierten de que "la aplicación de medidas para hacer las políticas activas de empleo más efectivas a la hora de su contribución a la reducción del desempleo está avanzando solo de manera gradual".

También recuerda que no se han hecho progresos en la reforma de los servicios y asociaciones profesionales, exigida desde hace tiempo por Bruselas, y considera que las reformas del mercado eléctrico y gasístico están contribuyendo a contener el abultado déficit tarifario.

La CE y el BCE creen que la reforma fiscal española es en parte una «oportunidad perdida»

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