España da por superado el abismo en 2015
Nuestro país ha comenzado a crecer y, lo más importante, a crear empleo tras años de fortísima destrucción de puestos de trabajo
Dicen los economistas que la confianza es clave para la estabilidad de una economía, que solo si se tiene un país puede atraer inversión exterior y generar puestos de trabajo. Y dicen los economistas que todos estos ingredientes ya se dan en España, después de la puesta en marcha de duras reformas y de poner orden en las cuentas públicas, las heredadas en 2012 por el Gobierno de Rajoy con un agujero incorporado de 70.000 millones de euros.
Hoy, recuperada la solvencia internacional, España ha comenzado a crecer y, lo más importante, a crear empleo tras años de fortísima destrucción de puestos de trabajo (3,9 millones se han quedado en el camino). La última EPA, del tercer trimestre, apuntó una caída del paro de 195.200 personas, lo que dejó la tasa de paro en el 23,7%, el porcentaje más bajo del mandato del PP. La mejora laboral llegó al empleo y se crearon 151.000 puestos de trabajo, lo que convirtió a este trimestre en el mejor desde que ha comenzado la crisis. En seis seis meses se han creado más de medio millón de puestos de trabajo.
Pero la mejora laboral va más allá de los datos trimestrales. Los cifras desestacionalizadas -en las que se eliminan con fórmulas matemáticas los efectos de temporadas altas o bajas- arrojan una ligera creación de empleo del 0,36%. Y otros apartados de la EPA muestran que ya no solo crece el empleo precario. Los contratos indefinidos han subido en los últimos doce meses en 134.600 efectivos. Los trabajos a jornada completa suponen 263.200 más que hace un año. Y entre los autónomos y empresarios aumenta la cifra de los que tienen empleados a su cargo y baja la de quienes se convierten en autónomos porque no tienen otra alternativa a la que recurrir.
La última encuesta del INE refleja lo que ya había anticipado el sector de la automoción, uno de los indicadores de la recuperación económica. Tras varios años de crisis, con cierre de concesionarios y disminución en el número de ventas de vehículos, la curva se invierte y ha entrado ya en una tendencia positiva. Hasta noviembre se han vendido 781.868 coches, un 18,1% más que en 2013.
Lo mismo ha ocurrido con el sector inmobiliario. El sector no residencial recibe ya cifras de inversión previas a la crisis: 9.000 millones. Los 265 millones invertidos en la compra del edificio España en Madrid por parte del hombre más rico de China Wang Jialin y los 2.000 millones invertidos por las cuatro Socimis de la Bolsa representan algunas de las 236 operaciones de compras de activos inmobiliarios cerradas durante los nueve primeros meses del año en nuestro país.
De ser diana, a recibir elogios
España ha pasado de estar en la diana de todas las críticas a ser ejemplo del buen hacer. Bruselas, OCDE, el FMI. La directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, aseguraba ayer que el descenso del paro en España ha tenido lugar en los últimos meses «es el principio de un proceso» y que no es más que la consecuencias de los «enormes sacrificios» de los españoles.
La confianza también ha permitido reducir notablemente la presión sobre la deuda española. España empieza a recoger los primeros frutos de los sacrificios realizados y las reformas emprendidas. Probablemente el más palpable es la reducción de la prima de riesgo y el recorte del coste de emisión de la deuda. De estar al borde del precipicio, con una prima de riesgo por encima de los 600 puntos, se ha pasado a superar por poco los 100 puntos. En junio de 2012, mientras España pedía ayuda para reflotar la banca, el Tesoro se veía obligado a pagar más de un 5% por sus letras a un año. Ahora le basta con ofrecer un interés mucho más bajo e inferior al 1% para colocar estos mismos títulos de deuda, lo que no se había dado desde antes de que se desbordaran los problemas de Grecia en mayo de 2010.
Algo se mueve en la economía y eso también se nota en la confianza de los consumidores. En septiembre aumentó 1,6 puntos en relación al mes anterior, hasta situarse en 89,3 puntos, gracias a la mejora de las expectativas, según el último Índice de Confianza del Consumidor publicado por el CIS. Con este repunte del indicador, que se produjo tras dos meses de ligeros retrocesos, la confianza del consumidor volvió a situarse en valores que no se observaban desde antes de la crisis.
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