La economía española: más opciones de crecimiento que riesgos de recaída
La élite empresarial española certifica la solidez de la recuperación, pero reclama al Gobierno una agenda reformista exigente que permita consolidar el crecimiento económico
Más seguros que nunca. Las opciones de que España crezca por encima de lo esperado son ahora mayores que los riesgos de recaída, y todo pese a las turbulencias que llegan de fuera, a las dudas sobre países vecinos como Francia o Italia, economías que con sus reticencias al cambio amenazan a Europa y a su estabilidad, también a la de España, sufridora de una crisis que se ha llevado por delante sin miramientos 3,5 millones de puestos de trabajo.
Pero ya toca decir adiós a las cifras en rojo y a los gráficos descendentes. La economía española lleva cinco trimestres consecutivos creciendo, ha comenzado a crear empleo y hasta parece que el crédito vuelve a fluir hacia familias y empresas, aunque los datos de paro siguen siendo insostenibles, el dolor de cabeza de España, de miles de familias, a las que la terrible crisis no termina de dar tregua, a las que el desempleo no deja levantar cabeza.
España despega y las perspectivas son alentadoras , también para el empleo si se siguen haciendo los deberes. En ello coinciden los empresarios y banqueros que participan en este número para celebrar el VI Aniversario de ABC Empresa, la «creme de la creme». César Alierta, Ignacio S. Galán, Antonio Brufau, Isidro Fainé, José Ignacio Goirigolzarri, Ángel Ron, Juan-Miguel Villar Mir, Luis Gallego, Rosa García, José Oliu, Ignacio Garralda, Gabriel Escarrer... y un largo etcétera de primeros espadas de todos los sectores punteros y representativos de la economía española.
Muchas opiniones, pero un solo diagnóstico: el avance de España es un hecho, pese al retroceso de algunas economías europeas. Porque las reformas estructurales puestas en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy están dando sus primeros frutos, aunque no hay que acomodarse, es necesario continuar con el impulso reformista para dar solidez al crecimiento y con ello a la creación de empleo, el principal problema de la economía española, al igual que la abultada deuda, que superará el cien por cien del PIB el año próximo.
De forma global, los empresarios dan un voto de confianza a la política emprendida desde el año 2011 por el equipo económico que, a su vez, tiene el respaldo de los organismos internacionales.
Hace unos días, el club de los países más industrializados del mundo, la OCDE, revisaba al alza las perspectivas sobre la economía española tanto para este año (1,3%, en lugar del 1% hace seis meses) como para el próximo (1,7% frente al 1,5%), y espera que el ritmo se sitúe en el 1,9% en 2016. En su informe semestral de perspectivas, la OCDE se alineó así con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este ejercicio y el próximo, y se acerca a las del Ejecutivo, que en los Presupuestos augura un alza del 1,3% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2014 y del 2% en 2015. Las cifras del PIB que ofrece para España son mejores que las de los tres grandes países de la moneda única europea (Alemania, Francia e Italia) y también más positivas que las de la zona del euro en su conjunto, cuya actividad progresará únicamente un 0,8% en 2014, un 1,1% en 2015 y un 1,7% en 2016.
El aumento de la actividad en España, gracias al consumo privado, ha permitido compensar la ralentización de las exportaciones y ha dado lugar a un crecimiento del empleo más fuerte de lo anticipado. La Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre apuntaba que en el último año se habían creado 274.000 puestos de trabajo y la tasa de paro se había reducido hasta el 23,67% frente al 25,65% de hace un año. Pero a pesar de su disminución, la tasa de desempleo va a continuar siendo la segunda más elevada de los 34 países miembros de la OCDE, solo por debajo de la de Grecia: del pico superior al 26% que se alcanzó en 2013 se va a pasar al 23,9% en este último trimestre de 2014; al 22,6% al terminar 2015, y al 21,6% al concluir 2016, según las previsiones.
El incremento de la actividad (a un ritmo anual del 2% constatado en la segunda parte de este año) tiene mucho que agradecer al consumo privado, lo que ha permitido compensar la ralentización de las exportaciones y ha dado lugar a un crecimiento del empleo más fuerte de lo anticipado. Pero a pesar de este crecimiento, el club de los países más industrializados del mundo avisa de que la tasa de desempleo va a continuar siendo la segunda más elevada de los 34 países miembros de la OCDE, solo por debajo de la de Grecia: del pico superior al 26% que se alcanzó en 2013 se va a pasar al 23,9% en este último trimestre de 2014; al 22,6% al terminar 2015, y al 21,6% al concluir 2016.
«El paro debe ser nuestra mayor preocupación y donde tendremos que concentrar los mayores esfuerzos para conseguir una sustancial creación de empleo a medio plazo», asegura el presidente de Iberdrola. Una reflexión que comparte también el presidente de Telefónica. Para César Alierta es fundamental continuar con «una agenda reformista exigente». Aprovecha estas páginas para reclamar medidas orientadas a mejorar el marco institucional para facilitar un mayor tamaño de empresa. «Hacer a nuestras pymes más grandes, más sólidas y más internacionales», afirma.
Antonio Brufau, presidente de Repsol, también echa un capote a las empresas y dice que «están dejando constancia de su buen hacer, consolidándose en nuevos mercados de exportación, diversificando el destino de sus productos y, con ello, haciéndose menos vulnerables a la coyuntura de una región particular».
Las iniciativas que se han puesto en marcha desde que comenzara la crisis económica están «permitiendo que la economía española pueda resistir con mayores garantías los episodios temporales de debilidad externa de la Eurozona, su principal socio comercial», según apunta Isidro Fainé, presidente de La Caixa.
El peligro de un contagio europeo, de que la mala salud de Francia e Italia salpique a España, es otra de las reflexiones que comparten los ejecutivos consultados para este número extraordinario de ABC Empresa. «España no es inmune, cuando uno mira lo que queda de año y el que viene, tendremos un crecimiento cercano al 2% que puede ser algo inferior por las turbulencias europeas», dice el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.
Sopesa el banquero la posibilidad de que Europa entre en una tercera recesión y los efectos negativos que podría tener sobre la economía española, aunque también insiste en la importancia que tiene que las empresas españolas hayan hecho un esfuerzo por diversificar mercados.
La élite, con ABC Empresa
Cincuenta grandes directivos que aparecen a lo largo de las 52 páginas de este número especial bajo tres criterios. Primero, las empresas que presiden los ejecutivos, de mayor a menor, por capitalización bursátil en el selectivo español -Ibex 35-, seguidas por las compañías que cotizan en el mercado continuo (en el caso de las extranjeras, representadas por sus filiales en España, como Iberia, E.ON, Vodafone, General Electric o Siemens), también teniendo en cuenta su capitalización bursátil (en el caso de Campofrío Food Group, se trataría de su valor en su último día de cotización, el pasado 15 de septiembre); seguida por las empresas que no cotizan, por orden igualmente de mayor a menor facturación (en el caso de la banca, su margen bruto, Unicaja y Banco Madrid). Y, por último, algunos representantes del sector docente español (como ESIC, CEF o Universidad Europea) y de los mercados (CMC Markets o IG Markets).
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