¿Es posible que el dinero de los bancos centrales acelere la deflación?
El crédito ultra barato para las empresas podría traducirse en una agresiva competencia de precios
Las autoridades de las principales regiones parecen c onfiar en que las perspectivas económicas son favorables . En este artículo, el estratega de Newton (una de las gestoras especialistas de BNT Mellon) Peter Hensman pone en duda esta confianza. Para ello explora las distorsiones provocadas por las políticas formuladas a partir de la crisis financiera global y su posible efecto acelerador en las tendencias de desinflación, que a su vez podrían exacerbar los desafíos a los que se enfrentan las economías más endeudadas.
La incapacidad de los modelos económicos empleados por las autoridades antes de la crisis financiera a la hora de predecir tanto el bajón de las economías posterior a la crisis como el letargo de la recuperación, no ha alterado la confianza de las autoridades en las proyecciones emitidas por dichos modelos. Dado que en los últimos tiempos los ciclos económicos solo han llegado a su fin cuando los bancos centrales han subido los tipos de interés al afrontar una contracción de la capacidad ociosa, se asume que el ciclo actual terminará conforme a esta misma dinámica.
La mayoría de los bancos centrales tiene la mirada puesta en la tasa de paro, y de no producirse una aceleración inaceptable de las presiones salariales, se prevé que los "espíritus animales" seguirán apuntalando el crecimiento. Para muchos inversores, esto significa que la única causa posible de debilidad en los mercados financieros sería la reanudación de una configuración "normal" en la política de los bancos centrales.
El crédito ultra barato para las empresas podría traducirse en una agresiva competencia de precios, a su vez susceptible de erosionar el crecimiento del PIB nominal y la rentabilidad corporativa.
En lugar de tener un ciclo en que el aumento de la confianza y la actividad se retroalimentan, parece que la sobreexpansión amenaza con socavar los precios y la rentabilidad, en tanto el exceso de confianza fomenta una expansión más agresiva de la capacidad. Por ejemplo, varias operadoras de aerolíneas se han sumado a las advertencias de Lufthansa de que la rentabilidad podría verse reducida por la expansión de la capacidad en una serie de rutas. Peor aún, el ritmo de cambio tecnológico está obligando a las empresas a invertir si no quieren correr el riesgo de quedarse rezagadas, mientras un número cada vez mayor de consumidores accede a sitios web minoristas a través de sus teléfonos móviles. Y no son solo las empresas de la "vieja economía" las que se han visto afectadas.
Lee la noticia completa en Finanzas.com