Los españoles profesionalizan su ahorro con los fondos de inversión
Las emociones del ahorrador determinan la rentabilidad final de su inversión
La caída del precio de la vivienda y la dificultad para hacerla líquida, los tipos de interés bajos de los depósitos y el aumento de la esperanza de vida y de la precariedad, han provocado un cambio de tendencia en el ahorrador español, que ahora busca otro tipo de productos, como los fondos de inversión, con mejores rentabilidades pero también con mayor tranquilidad que la inversión directa en acciones.
Según Miguel Ángel Bernal, coordinador del departamento de investigación del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), «ha caducado lo que antes era válido y hacían los españoles por si acaso necesitaban el dinero para una emergencia, porque ahora, además de preocuparnos por tener un colchón de liquidez, que es lo que supone un depósito, hay que pensar en ahorrar para la educación de los hijos y, a largo plazo, para complementar la pensión, especialmente los autónomos y mujeres, que viven más y cotizan menos».
Este cambio de paradigma obliga a los ahorradores a plantearse dónde poner su dinero. «La gente está desorientada » , asegura Antonio Salido, portavoz de la gestora de fondos de inversión Fidelity. Su opinión coincide con la de del experto del IEB en que la clave es el asesoramiento financiero, porque «hoy en día es difícil entender lo que pasa en los mercados y se suele confundir invertir con especular». Salido señala que con el dinero «hay que construir tus propios escalones de riesgo », de forma que «si ingreso cien y gasto 99, ese 1 que me queda hay que tenerlo en una cuenta corriente y no en Bolsa». Y si se puede ahorrar más, el experto aconseja que lo mejor es repartirlo según el horizonte temporal, de modo que lo destinado a largo plazo se puede invertir en Bolsa.
Un estudio del IEB plantea que los vehículos más apropiados para el nuevo tipo de ahorro «no son solo los planes de pensiones» . Y apuesta por la inversión a través de fondos como la mejor manera «para una diversificación eficiente de las carteras». Así es como están reaccionando los españoles. La inversión colectiva en nuestro país ha recuperado en septiembre el nivel de febrero de 2008, con un patrimonio de 303.570 millones de euros, sobre todo después del rally alcista de los últimos trimestres, que ha supuesto un 49% de incremento respecto a finales de 2012.
El cambio de escenario implica también un cambio de mentalidad . Bernal indica que las nuevas circunstancias obligan a que «los individuos tengan que asumir el control de su propio destino y empezar a planificar y ahorrar con una visión de largo plazo». Pero falta formación financiera. «Conozco grandes médicos y cirujanos que no tienen ni idea de cómo gestionar su propio dinero», asegura Vittorio Colussi, consejero delegado de Banco Mediolanum en España. «Por eso –añade-, además de formación se necesita un asesor, ya que la satisfacción no depende sólo de la rentabilidad, sino en mayor medida de la atención y dedicación de su asesor».
«Los españoles están aprendiendo a diversificar », afirma Colussi. No solo en España y en la zona euro, sino en todo el mundo a través de los fondos de inversión, «porque eso da tranquilidad». Aunque la rentabilidad es importante, la tranquilidad cada vez pesa más en las decisiones del ahorrador. Un modelo que en su opinión no lo permite el sistema financiero español «porque se basa en una red de oficinas muy pequeñas que carecen de asesores y sólo tienen a personas que ejecutan operaciones», asegura Colussi.
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