José Viñals: «El FMI pone a España como ejemplo de país que ha hecho reformas con éxito»

El único representante español en el Fondo asegura que la banca nacional ha «aprobado con nota» los últimos test de estrés europeos

José Viñals: «El FMI pone a España como ejemplo de país que ha hecho reformas con éxito» josé ramón ladra

yolanda gómez y | moncho veloso

Las pruebas con que se ha evaluado la solvencia de la banca parecen garantizar que ahora sí la salud del sector financiero europeo es de hierro y que hoy está en mejor situación para contribuir con crédito a la recuperación cuando incluso se habla de una tercera recesión. José Viñals, que la semana pasada participó en la asamblea anual de antiguos alumnos del IESE en Madrid, da a ABC la visión del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre un momento económico en el que España es, según él, referente reformista.

- ¿Los test de estrés del BCE han sido esta vez un examen fiable sobre la salud de los bancos europeos?

-Hay una diferencia importante respecto a los test anteriores. Tanto el proceso de revisión de la calidad de los activos de los balances bancarios como las pruebas de esfuerzo en su conjunto son un ejercicio riguroso, creíble, que aumenta notablemente la transparencia de la banca europea y que va a contribuir a mejorar la confianza que inversores y mercados tienen en los bancos. Y por tanto es un ejercicio que se ha coronado con éxito.

-¿Comparte la opinión del BCE y la EBA de que el test es una foto fija y hay que seguir reforzando capital?

-El supervisor bancario europeo comienza a funcionar ahora, y este es el inicio de un camino y no el final, y será labor del BCE mantener la vigilancia sobre la situación de los bancos porque las circunstancias van cambiando a lo largo del tiempo y según esa evolución deberán tomarse las medidas necesarias. Ese es el papel de los supervisores: identificar posibles dificultades con antelación para que los bancos puedan hacerles frente antes de que sucedan, y si se diera el caso de que han sucedido, ponerles remedio lo antes posible.

-¿Cómo salen en esa foto los bancos españoles? ¿Tan bien como dicen el Gobierno y el Banco de España?

-Los resultados confirman que el proceso de reforma y reestructuración del sistema financiero español hecho en estos últimos años en el marco del programa de asistencia suscrito con la UE ha sido un éxito.

-Los ciudadanos se preguntan por qué, con una banca tan sana, el crédito sigue sin llegar a la economía. ¿Lo hará a partir de ahora?

-Es verdad que en Europa el crédito no está fluyendo, e incluso que sigue cayendo en las economías que han atravesado por una situación más difícil en los últimos años. Es necesario que el crédito se recupere, pero para eso se necesitan dos cosas:que haya una demanda de crédito solvente, y eso aún no se ve en muchos casos; y que los bancos tengan el vigor necesario para conceder crédito. Y estas pruebas, en la medida que han servido para que preventivamente muchos bancos europeos hicieran un esfuerzo para aumentar sus niveles de capital, coloca ahora a las entidades en mejor situación para dar crédito en el futuro. Pero aún falta otra cosa y no me refiero tanto a la banca española, que ha hecho una importante reestructuración: muchos bancos europeos aún deben adaptar sus modelos de negocio para que tengan mayor capacidad para apoyar la economía con crédito en el futuro.

-¿A qué países se refiere?

-Hablo en general, digamos que la suerte está muy repartida. En la banca europea todavía existen bancos que probablemente tendrán que salir de la escena, tendrán que ser resueltos o liquidados, pero es una tarea que le queda al nuevo supervisor europeo.

-¿Augura una oleada de fusiones?

-Eso lo tendrán que decidir las entidades. Pero es importante que, caso de producirse, esas fusiones sirvan para conseguir sinergias y mejorar los resultados empresariales. Es cierto que ahora, al haber un supervisor único europeo, ya no existirán los sesgos de los supervisores nacionales que en el pasado, en algunos países, pudieron haber impedido fusiones o adquisiciones transfronterizas. Ese obstáculo a las fusiones transnacionales será menor. A su vez, junto al mecanismo único de supervisión, se va a establecer a nivel europeo un mecanismo único de resolución de crisis de bancos con un fondo único de resolución, lo que va a hacer más fácil la salida del terreno de juego de aquellas entidades más débiles, que están en condiciones menos ventajosas para seguir jugando el partido. Las entidades que subsistan se tendrán que adaptar a un entorno regulatorio que entraña una banca más segura, lo que significa que tendrá menos rentabilidad que antes de la crisis, pero menos riesgo.

-¿Cómo se ve desde el FMI la actual situación económica? ¿Estamos ante una tercera recesión en Europa y ante un frenazo de la economía mundial?

-Mantenemos nuestra previsión de que continúe la recuperación económica, con un crecimiento mundial del 3,3% para este año y del 3,8% para el próximo, pero estos ritmos de crecimiento son menores de los que preveíamos hace seis meses. Por tanto, la recuperación continúa pero es menos vigorosa de lo que a todos nos gustaría. En el caso de Europa, y en concreto de la zona euro, prevemos que se mantenga la recuperación, que la economía crezca ligeramente por debajo del 1% este año y unas décimas por encima del 1% el próximo. Pero es cierto que, en la zona euro, la recuperación es también más lenta de lo que habíamos previsto hace seis meses.

-¿Pero descartan otra recesión?

-Lo que vemos es que, siendo el escenario central de recuperación, existe un riesgo de recesión que nosotros ciframos ligeramente por encima del 30%. Lo importante es que las autoridades europeas tomen las medidas que permitan, no solo evitar un recesión, sino que se supere el escenario central, aplicando políticas más vigorosas de las que hasta ahora se han implantado. Y dentro de ese tipo de políticas, las reformas estructurales son fundamentales porque hay que incrementar el bajo potencial de crecimiento que existe en Europa. Y al mismo tiempo, algunos países como Alemania, que tiene un superávit de balanza por cuenta corriente muy importante, podrían llevar a cabo mayores inversiones en infraestructuras, lo que sería bueno para Alemania e, indirectamente, favorecería la demanda en el resto de Europa.

Francia e Italia aún tienen un gran camino por recorrer

-¿Qué países tienen que hacer más reformas?

-Prácticamente todos los países de la UE tienen reformas pendientes, pero fundamentalmente estamos hablando de países como Francia e Italia que aún tienen un gran camino por recorrer.

-¿Y España?

-Es verdad lo que se ha dicho de que en las asambleas anuales del Fondo de hace unas semanas España se utilizó como ejemplo de un país en el que las reformas, básicamente la del mercado de trabajo y la financiera, se han llevado a cabo con notable éxito y esto ha servido para mejorar la confianza y la situación económica. Luego España es un ejemplo claro de que las reformas no solo rinden dividendos en el largo plazo, sino que también repercuten positivamente en el corto plazo sobre la actividad económica. España es ahora mismo un país que está recogiendo los beneficios de las reformas en términos de mayor crecimiento. De hecho, es uno de los pocos países de la zona euro en donde hemos mejorado nuestra previsión de crecimiento en relación con la que teníamos hace seis meses. Fuera de España querría poner el ejemplo de México, como un país de economía emergente en el que las reformas del nuevo Gobierno están mejorando las estructuras productivas del país, alimentando la confianza, la inversión, y esto se está traduciendo en más crecimiento. Como contrapunto tenemos el caso de Brasil, en el que el proceso de reformas ha sido muy débil en los últimos años y eso se ha reflejado en menores ritmos de crecimiento de lo deseable.

-¿Y los riesgos para la economía española vienen de dentro -corrupción, fragmentación política, auge del separatismo catalán- o del frenazo europeo y mundial?

-La economía española está integrada en Europa y en el entorno económico global. En la medida en que las decisiones que se adopten en nuestro país contribuyan a aumentar la confianza y el potencial productivo de la economía, será beneficioso. Pero, la marcha de la economía española no solo dependerá de lo que haga España sino de lo que haga Europa y el resto del mundo. Si Europa aprueba las reformas estructurales necesarias y la política monetaria del BCE tiene éxito, eso, sin duda, beneficiará a España. También es importante cómo evolucione la situación geopolítica en el conflicto Ucrania-Rusia y en Oriente Medio así como cual será el impacto de la reducción de los estímulos monetarios por parte de la Reserva Federal, que dependerá de sí finalmente es un proceso suave o más abrupto de lo esperado.

-La Reserva Federal de Estados Unidos acaba de poner fin a su programa de compra de bonos. ¿La posición del FMI es también la de volver a una política monetaria menos laxa?

-La política monetaria en distintas áreas del mundo tiene que adaptarse a las circunstancias económicas de cada una. Y por tanto, es lógico que en economías que están yendo mejor como la de EE.UU. la Fed trate de normalizar su política monetaria. Es lógico también que en Japón, donde las cosas deberían ir mejor de lo que van, el banco central haya reforzado en estos días sus estímulos monetarios. Y ante el riesgo de que Europa quede atrapada en un entorno de muy baja inflación y muy bajo crecimiento, nos parece muy bien lo que está haciendo el BCE para alimentar la demanda. El BCE está haciendo su trabajo, pero necesita la colaboración de las políticas económicas, fundamentalmente de las reformas de los mercados de servicios, productos y trabajo, y de políticas de inversión en infraestructuras en aquellos países con margen de maniobra presupuestario y donde la demanda sea insuficiente y haya deficiencias en infraestructuras.

-¿Esto último es una enmienda a la política de consolidación fiscal?

-La política de consolidación fiscal es necesaria para restrablecer la confianza en las finanzas públicas. Cuando se pierde esa confianza las economías tienen problemas gravísimos. Pero la consolidación de las finanzas públicas debe ser un maratón y no un sprint, y debe acondicionarse en su ritmo a las condiciones de la situación fiscal de partida y a la evolución económica de cada país.

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