El BBVA asegura que despide a quien hace un uso indebido de su tarjeta de empresa
La entidad llama a hacer «frente común» de la sociedad contra la corrupción
El sector privado se suma a la exigencia ciudadana de «tolerancia cero» contra la corrupción tras los escándalos destapados en los últimos días. Y también el financiero, cuya imagen, muy dañada por la crisis, recibió otro revés a raíz del caso de las tarjetas «B» de Caja Madrid. «Todos tenemos que hacer un frente común para desterrar definitivamente la corrupción en este país . Más aún después del esfuerzo, en mucho casos con sufrimiento, que están haciendo las familias y las empresas para salir adelante», urgió ayer el consejero delegado de BBVA, Ángel Cano.
No es la primera vez que la entidad se pronuncia en esta línea. Su presidente, Francisco González, ya venía criticando con dureza a lo largo del último año los episodios de fraude y advirtiendo de la necesidad de combatirlos para que no se conviertan en un lastre incluso para economía nacional y su recuperación. Ayer, su «número dos» llamó a los ciudadanos, las empresas, los políticos y el conjunto de la sociedad a erradicarla «no mirando para otro lado». «Esto era conocido por mucha gente y se veía como algo normal. No podemos permitir que se acepte como algo normal», dijo.
«Espero que todo lo que está ocurriendo estos días, muchas cosas lamentables, sea el principio del fin de la corrupción, que se acabe de una vez por todas, porque un país como España no merece este tipo de situaciones» , añadió al respecto en la rueda de prensa de presentación de las últimas cuentas del banco, durante la cual se le pidió reiteradamente una valoración delas corruptelas conocidas esta semana y las visas opacas de Caja Madrid.
«En una entidad como BBVA por su puesto este tipo de casos no ocurren», zanjó repecto a la operativa en negro de la antigua caja madrileña. «Tenemos procesos específicos de auditoría interna que repasan tarjeta a tarjeta corporativa para asegurarnos que se destinan para el uso y el destino para el que estaban diseñadas. De hecho, no es infrecuente que veamos despidos por el uso incorrecto, aunque sean pequeñas cantidades de plantilla haciendo un uso indebido de las tarjetas», dijo.
Respecto al modelo de tarjetas de crédito corporativas que concede BBVA a sus trabajadores, Cano detalló que «sirven para pagar una comida con clientes o los gastos en Argentina si un empleado viaja allí por trabajo, pero no para gastar en fin de semana, pagarse la gasolina o invitar a comer a la familia». Y relató cómo la entidad ha llegado a despedir a algunos empleados tras detectar y comprobar que habían hecho un uso indebido de su tarjeta. Cano llegó a desvelar despidos de trabajadores que no pudieron justificar cargos irregulares inferiores a 100 euros.
El Gobierno ya ha garantizado que el caso de la antigua Bankia es una excepción y que en el resto de entidades financieras nacionalizadas esa operactiva no se ha producido. A diferencia de las tarjetas de los exdirectivos de Caja Madrid, que usaban sus visas para gastos personales y cuyos cargos eran opacos a ojos de Hacienda y de las cuentas del grupo, las práctica habitual en el resto de empresas es la legal: que esas tarjetas sigan un riguroso control, sus gastos estén debidamente justificados y únicamente se usen para gastos de trabajo. En todo caso, el Ministerio de Hacienda aseguró que vigilará de cerca que las grandes empresas no usen tarjetas «B».
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