La banca española hace un lavado de imagen en los nuevos test de estrés
En el examen de 2011 suspendieron ocho entidades en toda Europa, de las que cinco eran españolas
Los esperados y recién anunciados resultados de los test de estrés a la banca europea dejan a las entidades españolas en un buen lugar, certificando su solvencia y solidez, en definitiva que el sistema bancario de nuestro país es sano. Pero en el anterior examen, que se llevó a cabo en 2011, las cosas no sucedieron de la misma manera . De los noventa bancos y cajas de ahorros examinados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), suspendieron en total ocho, de los cuales cinco eran españoles. «La foto fija final deja a las entidades españolas a los pies de los caballos», contaba ABC sobre dichos test.
En los resultados conocidos hoy, hasta 25 bancos, de 130 analizados, tuvieron déficit de capital. De ellos nueve son italianos, tres griegos, tres chipriotas, dos belgas, dos eslovenos, y uno en España, Francia, Alemania, Irlanda, Austria y Portugal. Y de este total de suspensos, una docena de ellos ya han cubierto 15.000 millones de déficit durante los primeros meses de 2014 y no deben tomar nuevas medidas, como es el caso del español Liberbank, cuyo déficit de capital detectado era de 30 millones de euros, que se ha cubierto con 640 millones. En la anterior ocasión, la CAM, Banco Pastor, Caja3, Unnim y CaixaCatalunya, más dos griegas y una austriaca, sacaron un «cate».
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha destacado que el buen resultado que ha obtenido la banca española en las pruebas «no es causalidad», sino que se explica por el «fortísimo» saneamiento que se llevó a cabo en 2012 y por el impacto positivo del programa de recapitalización del sector financiero español, que implicó una revisión de los balances exhaustiva y un ejercicio de test de estrés «muy severo».
Y es que los involucrados coinciden en afirmar que estos nuevos test realizados a la banca europea son incomparables al anterior de 2011 puesto que incluyen más pruebas, son más exhaustivos y rigurosos. En el caso español, además, se introduce un cambio mayor puesto que las entidades ya no son las que eran, tras el proceso de absorciones y fusiones llevado a cabo tras la reestructuración del sector.