escándalo en caja madrid
Los ejecutivos podían gastar hasta 50.000 euros al año sin control con las tarjetas opacas
El límite fijado para el resto del consejo y comité de dirección era de 25.000
La visa «black a efectos fiscales» de la que disponían varios consejeros con límites de gastos de representación en la antigua Caja Madrid y después en Bankia podía llegar hasta los 50.000 euros anuales. Según ha podido saber ABC de ejecutivos de la entidad madrileña que recibieron dicha tarjeta entre los años 2003 a 2012, el límite de gasto de hasta 50.000 al año, más de 4.000 al mes, estaba estipulado para los consejeros ejecutivos, presidentes y vicepresidentes de la entidad y de su comisión de control, y la mitad, hasta 25.000 euros, para el resto de consejeros y miembros del comité de dirección.
Noticias relacionadas
Ahora bien, en las conclusiones del informe de auditoría interna, al que ha tenido acceso este periódico, y con el que Bankia ha descubierto el escándalo, no se incluye ninguna cifra. «Se ha detectado que existieron tarjetas de crédito emitidas al margen del circuito establecido con carácter general y ordinario en el banco, pertenecientes a consejeros y determinados directivos de Caja Madrid gestionadas por D. Ildefonso Sánchez Barcoj. Se desconocen los criterios de asignación de tarjetas, límites, gastos autorizados, etc», apunta el documento.
«Nos dijeron que se podía comprar ropa, libros o viaje. Que todo era legal»
Exdirectivos consultados por este periódico aseguran que no recibieron explicación alguna adicional, ni papel que justificase la entrega de este producto «fantasma». «Nada más ser nombrados en el puesto correspondiente, éramos llamados por el entonces director general Sánchez-Barcoj, con el consentimiento del presidente de la entidad, del que recibíamos de forma verbal una tarjeta visa cuyas únicas condiciones de uso eran no sobrepasar el límite correspondiente y no realizar gastos inadecuados».
Una vez cesados en el cargo, o tras abandonar el puesto en cuestión, el ejecutivo o directivo tenía que devolver la tarjeta. Un extremo que en muchos casos no se cumplía, ya que, tal y como recoge el informe de auditoría remitido al FROB y a la Fiscalía «según la información disponible, 28 consejeros han realizado movimientos con posterioridad al cese en el cargo. El periodo durante el que se han realizado movimientos varía entre uno y ocho meses».
Varios consejeros y directivos consultados que figuran en la lista de los que gastaron dinero con cargo a las tarjetas de Caja Madrid han mostrado su sorpresa por esta investigación ya que todos estaban convencidos de estar dentro de la legalidad, «porque así nos lo dijeron en algunas reuniones del consejo de las que hay actas que lo testimonian». Algunos cuentan a ABC que incluso se llegó a hacer la pregunta en alguna de estas reuniones de si se podía comprar ropa, libros de texto o viajes, «y la respuesta fue no hay problema, todo es legal. No hay que tributar por ello, ya lo hace la entidad».
No se exigían facturas para asegurarse de que los gastos que se cargaban en estas tarjetas tenían que ver con labores de representación. «La tarjeta –que sufragaba Caja Madrid– no solo es opaca tributariamente: también permitía utilizar recursos para gastos personales», concluye uno de estos directivos.