Copa de Maestras
Muguruza y la batalla de Singapur
Hasta siete tenistas aspiran al número uno en un torneo trepidante
Con 24 años recién cumplidos (los hizo el 8 de octubre), Garbiñe Muguruza disputará desde mañana su, atención, cuarta Copa de Maestras, que no está nada mal. En 2014 estuvo con Carla Suárez en el cuadro de dobles, eliminadas a las primeras de cambio, y en 2015 y 2016 participó en el de individuales, repitiendo en la presente edición para considerarse una fija entre las mejores. Muguruza, consolidada definitivamente en la élite , empieza en Singapur una semana de infarto, enfrascada en el ya de por sí ilusionante reto de vencer un torneo pata negra y con un objetivo real al final del camino: terminar esta temporada como número uno del mundo.
Se intuye una batalla tremenda estos días en el país asiático, que acoge a las ocho mejores raquetas de un curso muy peculiar. Ante la ausencia de Serena Williams, ganadora del Abierto de Australia estando embarazada y que pretende volver precisamente en Melbourne después de dar a luz (enero del próximo año), no ha habido una clara dominadora en el circuito, voluble e inestable en las alturas como de costumbre. Hasta cinco jugadoras han estado en el trono y son cuatro las que aspiran a terminar este ejercicio en el ático : Simona Halep (6.175 puntos), Muguruza (6.135), Karolina Pliskova (5.605) y Elina Svitolina (5.465). Incluso tienen sus opciones, aunque más remotas, Venus Williams (4.642), Caroline Wozniacki (4.540) y Jelena Ostapenko (4.510).
Como de costumbre, cuesta conceder el favoritismo a alguna de las maestras presentes en Singapur, imprevisible el desenlace de un torneo que seguirá con el formato habitual de una fase de grupos de cuatro, semifinales y final. Hay tres debutantes (Garcia, Ostapenko y Svitolina) y solo una de las tenistas ha logrado este trofeo (Williams). Además, vuelve a estar entre las ocho elegidas Caroline Wozniacki, además de las aspirantes al maillot amarillo presentadas antes.
Tiene Muguruza motivos para convencerse, poderosa en las grandes citas y animada por los buenos resultados del verano . Se coronó en Wimbledon con la exclusividad que concede la hierba británica y arrasó en Cincinnati. Sin embargo, llega después de abandonar la gira por China con mala cara, afectada por un proceso febril que le dejó debilitada y sin competir al máximo. El miércoles llegó a Singapur y desde entonces ha trabajado con aparente normalidad. «Ya no hay nervios u obsesión. Soy una jugadora más experimentada, más completa», advertía. Su techo está en las semifinales de 2015 y cabe destacar que ninguna española ha abrazado este trofeo (Arantxa Sánchez Vicario hizo final en 1993 y perdió contra Steffi Graf).
La Copa de Maestras exige a jugar al límite desde el primer día. Y Muguruza tiene un grupo a prueba de bombas. El sorteo le emparejó con Pliskova, Williams y Ostapenko -contra quien debuta hoy (13.30 horas, Teledeporte y ABC.es)-. Pegadoras de manual, peligrosísimas en pista rápida y, por norma, dispuestas a llevar la iniciativa a base de martillazos. La española tiene perdido el cara a cara con Williams (2-3) y con Pliskova (2-6), y domina a Ostapenko (2-1), pese a que la letona, campeona de Roland Garros , le superó recientemente en el último enfrentamiento. Sirven aquí para poco las estadísticas y Muguruza quiere ser maestra de maestras y, por consiguiente, la reina.