Roland Garros
Muguruza, a dar el salto
La española se mide este martes a Lucie Safarova por una plaza en semifinales de Roland Garros, su mejor ronda en un grande
Garbiñe Muguruza controla la situación con maestría, a gusto ante el foco de las cámaras. Con 21 años, se planta por segundo curso consecutivo en los cuartos de final de Roland Garros y el cuadro se le abre relativamente, pues evita a Maria Sharapova y se mide este martes a Lucie Safarova (14 horas) en la antesala de una ronda desconocida. Muguruza busca dar el gran salto.
No hay precedentes con Safarova, pero es una zurda peligrosa que demostró su potencia contra Sharapova, que defendía corona. Sin embargo, Muguruza se anima con la tierra de de París, que tiene algo especial para ella y a la que le dedica un corazón después de tumbar a Flavia Pennetta en octavos. «Los que hemos jugado en tierra, esa sensación de cuando eres pequeño, que sufres, que pasas bolas... Los españoles llevamos dentro la tierra».
Y lo dice ella, que tiene un estilo diferente, agresiva desde que la bola está en juego porque busca resolver por la vía rápida. Tiene tenis y talento para ello, pero ha aprendido a gestionar esta superficie. «En la tierra has de tener paciencia. Si no, te pones histérica», sostiene. Garbiñe conoce la receta: «Ser tú siempre la que intente dominar el punto, que tú mandes el partido. Tomarte tu tiempo, pensar, intentar no despistarse y jugar cada punto a conciencia».
Con prudencia, Muguruza piensa en la oportunidad que se le presenta, consciente de que en semifinales jugaría ante la ganadora del duelo entre Svitolina e Ivanovic. De hecho, no lo sabía hasta que se le recordó el camino en sala de prensa. «El cuadro lo dejé de mirar hace dos años y medio porque no vale la pena. Cada vez está todo más igualado. Si la número 25 gana a la cuarta es porque está jugando bien».
Y ella lo está haciendo, a la espera del remate. Está en Roland Garros, en la arcilla más importante del mundo, y por los vestuarios recibe los consejos de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, mitos por alcanzar. Están lejos, sí, pero cada día un poco más cerca.
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