Mutua Madrid Open
Federer: «He pasado por lo de Nadal, no hay que alarmarse»
El suizo, después 302 semanas como número uno, mantiene a los 33 años la misma pasión de siempre por volver a la cima
De la leyenda al ser humano tampoco hay tanta diferencia, cordial y generoso el personaje en el cara a cara. Roger Federer (Basilea, 8 de agosto de 1981) aterriza en Madrid por la mañana y poco después se sienta para charlar con ABC de su vida y de su carrera, endulzada con una familia numerosa (mujer y cuatro hijos) y 85 títulos. El último trofeo llegó el domingo en Estambul, otra plaza conquistada para seguir cabalgando hasta el infinito con sus 33 primaveras. Habla en inglés con una perfecta nitidez y admite que hace lo que puede para equilibrar su agitada vida en la pistas con la paternidad, que precisamente le privó de acudir el año pasado a la Caja Mágica porque su mujer dio a luz durante el Mutua Madrid Open. Lo ha conquistado en tres ocasiones y es el principal favorito ante la ausencia de Novak Djokovic, pero por el camino está Rafa Nadal , con quien tantas batallas ha librado. De ahí la admiración del genio suizo cuando habla de él.
–Acaba de aterrizar en Madrid después de conquistar el Estambul el título 85 de su carrera, no está mal...
–No está mal no, ¡es genial! Cuando ganas torneos siempre estás feliz, y yo lo estoy mucho. En Turquía había grandes jugadores. Una buena semana, sí, una semana que me da confianza y más para seguir mejorando en tierra batida. Durante un montón de meses apenas había competido en esta superficie con la excepción de los cuartos días de la final de la Copa Davis en noviembre y recientemente en Montecarlo, así que perfecto. Esta temporada, o mejor dicho, los últimos nueve meses, han sido magníficos y espero seguir creciendo.
–¿Cómo se siente a sus 33 años?
–Sin problemas, me siento muy bien. Sin lesiones, sin dolor en mi cuerpo, sin problemas en mis entrenamientos... Estuve cansado el lunes después del torneo de Estambul, pero llego a Madrid muchísimo mejor y mañana (por hoy) estaré en plenas condiciones para jugar (se mide a Nick Kyrgios, uno de los tenistas con mayor proyección del circuito).
–Acabó Estambul y se fue a Suiza a pasar un día con su familia en vez de entrenarse en Madrid. ¿Su vida actual le ha alterado demasiado la agenda?
–Sí, y eso es bueno. En el tenis, todo el mundo puede decidir su agenda y eso me gusta. Esto no es como el fútbol en el que tienes un entrenador que te dice cuándo tienes que jugar y cuándo entrenarte. En el tenis, puedes hablar con tu preparador y llegar a un acuerdo para decidir sobre tus horarios, sobre lo que te conviene... Y, desde luego, tengo muchísimas cosas que hacer en mi vida. Quiero ver a mis hijos crecer, a mi mujer siempre que pueda y a su vez quiero jugar todo el tiempo que sea posible al tenis. Y de momento todo está saliendo como me gusta, todo está en su sitio. La semana pasada estuve en Estambul y ahora ya me ve, estoy en Madrid. Y claro que los echo de menos, pero es una semana corta porque he llegado esta misma mañana y me concentro en lo que tengo que hacer estos días, que es jugar a tenis.
–¿Cómo lo hace para mantener la misma pasión?
–Es diferente, todo es muy diferente ahora. Al principio, cuando te adentras en el circuito, todo es nuevo, todo te emociona muchísimo porque hay muchas cosas por descubrir. Y ahora es otro tipo de sentimiento, pero me sigue gustando muchísimo. Ahora sé lo que es jugar en una pista central, he jugado en tierra roja, en tierra azul, en pistas cubiertas, abiertas... Y me encanta ganar en cualquier sitio. Es una buena vida y siempre intento estar motivado.
–¿Puede que ahora disfrute más que nunca por ese momento de su vida?
–Mmmm... Diferente, creo. Estaba bien, cuando empecé, jugar contra los tenistas a los que seguía por televisión. Moyá, Bruguera, Henman, Agassi, Sampras, Kuerten... También fue una época buena, preciosa. Ahí todo es nuevo, no tienes nada que perder. Y crecí con la presión que conlleva coincidir con una gran generación como la de Safin, Ferrero... Quieres ser mejor cuanto antes. Ahora sí creo que puedo disfrutar más en según que sentido porque no tengo pánico, me siento relajado, me siento feliz. Ahora sé quién soy, sé los resultados que he conseguido y están ahí. Y todo lo que haga de aquí en adelante es como un bonus, como un premio extra. Sé que puedo conseguir más cosas. Hoy en día juego porque realmente disfruto, no porque no haya disfrutado antes. Antes jugaba porque era un sueño y ahora lo hago porque me encanta, adoro seguir en la competición. Son motivos distintos, pero sigo pasándomelo genial y me costaría decir que ahora es mejor que antes.
–¿Ha cambiado su perspectiva siendo padre de cuatro hijos?
–Sinceramente no creo que haya cambiado demasiado. Obviamente, en lo personal siento mucha más presión. Tengo que educar a mis hijos y quiero ser un buen modelo para ellos. Y debo tener una comunicación fluida con mi mujer para contrastar que todo está bien, que ella está bien. Charlamos mucho. Y, claro, todavía estoy aprendiendo muchas cosas, pero trato de relajarme. El tenis es mucho más que golpear a la bola y ahora tengo una buena familia con Mirka. Lo que tenemos es la mejor cosa del mundo y no lo cambiaría jamás. Estoy muy feliz de poder disfrutar de las dos cosas a la vez, del deporte y de mi familia, y si no quisieran que fuera así, pararía mañana mismo. Es muy sencillo, pero mi mujer está feliz con la vida que tenemos y con la que ella lleva, a los críos les gusta viajar... Me encantaría que estuvieran aquí, pero entiendo que es mejor en un caso así que se queden en Suiza, que descansen después de tanto movimiento...
–¿Y los objetivos son los mismos? ¿Aspira de verdad a ser número uno?
–Siempre se quiere ganar los mejores torneos y ser número uno. Pero sin Grand Slams, no hay número uno. Son demasiados puntos los que se reparten en esos torneos, es lo que hay, ese es el problema. Quizá con uno no sea suficiente. Tal y como estoy jugando en estos últimos meses puedo conseguir uno. Pero no sé si será suficiente porque he ganado ocho torneos en los últimos doce meses y si te llevas un grande cambian las cosas rápidamente, pero es posible que necesites dos. Sigo muy lejos ahora mismo de Novak Djokovic (5.210 puntos). El año pasado no me podía creer que estuviera tan cerca después de los buenos resultados de Wimbledon, Toronto, Cincinnati, Shanghái y Londres, fue un gran aliciente para mí. De aquí a Wimbledon tengo un camino muy importante que recorrer y por supuesto mi objetivo es volver a ganar ahí.
–Mucha gente dice que usted ya no está para ganar un grande porque se juega a cinco sets y durante dos semanas.
–Sí, lo he oído varias veces, pero no estoy nada de acuerdo. Yo me siento bien, me siento en plena forma como demostré la semana pasada. No eran top 10 en Estambul, pero todos los partidos son duros. Sé que todavía puedo ganar Grand Slams, la gente que dice eso es que no me conoce. Desde luego que me toca a mí demostrarlo y sé que eso no es fácil, nunca es fácil. Pero no lo es para nadie. Ni para Rafa Nadal, ni para Novak Djokovic ni para cualquier otro jugador. Y no puede ganar siempre uno. A veces pierdes porque el otro ha jugado mejor que tú y otras porque simplemente no es tu día. Yo he de encontrar el camino, la mejor vía y seguir siendo profesional, incluso más, para volver a ganar.
–Habrá visto que aquí hay cierta preocupación por el estado de Nadal.
–Pues no hay que alarmarse demasiado por él. Cualquier semana puede ser su semana, especialmente en tierra, todo el mundo lo sabe. Así que, hablemos en una semana. Es un grandísimo jugador que seguro que encontrará el camino para ganar otra vez. Es un campeón increíble. Cualquier resultado que no sea un título o una final será un desastre para los medios de comunicación. Yo he estado ahí, he estado en esa situación, sé lo que significa y no es tan malo como dice la gente, no hay que preocuparse.
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