Sólo queda una española

Las raquetas femeninas coparon casi todo el protagonismo de la Caja Mágica durante las primeras jornadas. La danesa Caroline Wozniacki, número 5 de la WTA, venció a la estadounidense Christina McHale y se enfrentará en octavos a Agnieszka Radwanska, novena del mundo. Dos de los partidos más esperados del día son los de Petra Kvitova y Maria Sharapova –contra Vandeweghe y Duque-Mariño, respectivamente–, cuyo objetivo es evitar la decepción de otras favoritas ya eliminadas. Como Simona Halep y Caroline Bouchard, que dijeron adiós tras su derrota en la primera ronda . La misma suerte corrió la española Garbiñe Muguruza, que cayó ante Svetlana Kuznetsova en un sufrido pulso. Una sensación agridulce, pues sigue en dobles junto a Carla Suárez tras la victoria en la cita de ayer.

Casualmente la canaria, actualmente 12 de la WTA, es la única esperanza de España en el cuadro femenino. De las seis raquetas nacionales que comenzaron el torneo, tan solo ella se mantiene con vida. El alto nivel en el que compite actualmente y la potencia de los golpes de sus rivales, de mayor envergadura, le han obligado a exprimir su juego y a buscar alternativas a su sensacional revés a una mano. El objetivo de la canaria es revalidar su mejor actuación en el MMO, cuando en octavos de final del pasado año cayó frente a Serena Williams. La estadounidense, pletórica ante Stephens (6-4 y 6-0), es la rival a batir y si Suárez derrota hoy a la alemana Julia Goerges podría enfrentarse a la número uno en unos hipotéticos cuartos de final.

Pero antes le espera un arduo camino, en el que Ana Ivanovic (siete del mundo) podría acabar con el sueño de «La Armada». La española no suele tener fortuna en los sorteos de Madrid ya que en tres ocasiones tuvo que medirse a una campeona de Grand Slam. Na Li (2009), Samantha Stosur (2013) y Serena Williams (2014) frustraron unos buenos resultados en los que ni el calor de su gente fue suficiente para impulsar a la canaria. A pesar de repetir en el lado del cuadro de Serena, la madurez y el progreso de Suárez hacen que afronte esta edición de Madrid con optimismo. De ganar, la única representante nacional que aguanta en la Caja Mágica podría hacer historia. Sería la primera española en alzar el trofeo en la capital, un reto pendiente para la canaria después del alcanzado en 2015 al convertirse en la tercera española que consigue colarse en el top 10 de la WTA.