Mutua Madrid Open

David Ferrer: «El tenis es más fácil cuando creces»

El alicantino, una de las atracciones en el Mutua Madrid Open, vuelve a destacar en 2015, todavía con mucha gasolina a los 33 años

David Ferrer: «El tenis es más fácil cuando creces» De San Bernardo

Enrique Yunta

Es más que probable que David Ferrer (Jávea, 1 de abril de 1982) sea el tenista más querido en el vestuario de la ATP. Es educado, agradable y un jugador enorme que cada año parece más bueno. En este 2015 ha vuelto a levantar el vuelo después de una temporada, la anterior, algo extraña por los cambios de entrenadores, empeñado en seguir buscando alicientes a un deporte del que ahora disfruta más que nunca. Ha ganado ya Doha, Río de Janeiro y Acapulco y aterriza en la Caja Mágica con la mochila llena de optimismo, esperanzado porque siempre le motiva jugar en la Caja Mágica. La gente también le venera.

—Parece que ha vuelto a recuperar esa pasión que no lució tanto en 2014.

–Sí, sin duda. Más allá de los resultados, me encuentro bien. La verdad es que tengo ilusión y motivación, el día a día ya no se me hace pesado. Quizá en 2014 hubo momentos que fueron complicados. Y aún así fue un año bueno. A nivel personal me costó asimilar más ciertas cosas que tenía antes. Ahora vuelvo a recuperar esa sensación.

–¿Llegó a hartarse el año pasado?

–No, no, harto no. No me fue tan mal. Pero sí que perdía más la concentración y tuve entrenamientos que se me hacían más monótonos. Pierdes un poco ese compromiso.

–¿Y cómo se regenera?

–Es un proceso que vas viendo durante el año. Yo siempre intento luchar y abstraerme cuando estoy en la pista, pero el día a día te cuesta más. Ya tenía claro lo que quería para 2015, estaba contento conmigo mismo.

–¿Qué se dijo a sí mismo?

–Cuando cambias, siempre sabes que es para mejorar, a todos los niveles. Y quise verlo con optimismo. Las personas que me conocen me dan siempre su opinión y, a partir de ahí, yo decido. Las personas cercanas se preocupan mucho por mí y he decidido apurar con ellas este tramo de mi carrera, he de aprovecharlo.

–¿Y ahora disfruta?

–Sí, sin lugar a dudas, disfruto más que nunca, he aprendido a hacerlo. Ahora no juego con tanta presión, ahora disfruto de las pistas centrales. Sé que no estaré muchos años con esas opciones de jugar en las centrales. Pienso en ser competitivo y en estar bien con mi gente y con mi tenis. Tengo una cierta edad y en el tenis todo es más fácil cuando creces. Es un premio estar todas las semanas jugando.

–¿Ve el deporte de otro modo?

–Intento mejorar en el aspecto tenístico y personal, pero sí que con los años lo ves de otra manera. Es verdad que cada año es lo mismo, que hay momentos mejores y peores... He tenido una carrera muy larga y sólo puedo estar agradecido.

–Tiene 33 años ya. ¿Un tenista intuye el final?

–Creo que sí, pero no estoy en ese momento. Me veo competitivo, con opciones de estar arriba, pero el tenista ve cuándo las cosas se ponen cuesta arriba. A todos les pasa, hay que aceptarlo.

–¿Cuánto le queda?

–Cuando vea que no soy competitivo y ya no estoy entre los mejores, o cuando ya no me divierta, será el momento de irse.

–Su evolución en el tenis es notoria. Antes tenía un temperamento difícil y ahora es mucho más sereno. ¿Cuándo cambia?

–Todos tenemos nuestros prontos en la pista. Pero sí que es cierto que la diferencia la marca el saber controlar y el saber aceptar esos momentos. La inmadurez o la inexperiencia es lo que te hace perder el control. Y hay que aprender de ello, hay que crecer mentalmente. Yo lo hice.

–¿Ha crecido a base de palos?

–De palos, no. He crecido a base de saber escuchar, de sentarme a escuchar a la gente y de aprender de todo el mundo. Siempre he intentado escuchar en todos los ámbitos.

–¿Le gusta o le molesta que se le ponga siempre como ejemplo de coraje aunque no gane?

–No, no molesta. Es un buen ejemplo. No creo, de todos modos, que se ejemplo de nada ni de nadie. Al final, todos buscamos dar nuestro máximo. Pero es bonito que me vean así, para nada es negativo. Para poder llegar aquí, no hay solo físico, hay mucho más. Para ser tres del mundo, ser un fijo en el top 10 y ganar torneos, no vale el coraje o la lucha. Hay que tener algo, hay muchas más cosas como el compromiso, la pasión, algo de suerte...

–¿Y le falta precisamente eso a los jóvenes de ahora?

–Cuando haces cualquier cosa, hay que persistir y tener motivación. Los jóvenes creo que ahora maduran más tarde porque tienen las cosas más fáciles, hay muchas personas alrededor de los niños. Con 14 ó 15 años pueden conseguir muchas más cosas y con facilidad. Se les da mucho de más y son niños que están todavía pendientes de crecer. Y llegan a entrar en el top 100 más tarde... Además, ahora los tenistas aguantamos más físicamente que en otra época y damos guerra durante muchos años.

David Ferrer: «El tenis es más fácil cuando creces»

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