Tenis

Nadal, del sambódromo a la pista

Después de desfilar a ritmo de samba en el carnaval, el español se estrena este martes ante Thomaz Belluci en la tierra brasileña

Nadal, del sambódromo a la pista EFE

E. Y.

Después de la fiesta, otra vez a empuñar la raqueta. Rafa Nadal, que el domingo por la noche se divirtió junto a David Ferrer y Gustavo Kuerten desfilando bajo la lluvia por el sambódromo de Río de Janeiro durante los carnavales , se estrena este martes en el torneo brasileño. Es su reencuentro con la tierra batida y en primera ronda se mide a Thomaz Belluci (sobre las 22 horas, C+ Deportes).

Para las dudas, nada mejor que volver a la tierra, que viene a ser el paraíso de un Rafa Nadal necesitado de alegrías. Hace tiempo que no celebra títulos y este inicio de 2015 le deja frío, eliminado a las primeras de cambio en Doha y con el único consuelo de llegar a la segunda semana del Abierto de Australia, escaso premio para alguien que suele pensar a lo grande. Sin apenas kilómetros en sus piernas desde el Wimbledon del pasado verano, se enciende ahora que vuelve a la arcilla, doble parada antes de regresar al cemento. Para empezar, esta semana compite en Río de Janeiro y después lo hará en Buenos Aires.

Más allá de los resultados, que también tienen su peso, Nadal persigue sensaciones que se perdieron no se sabe dónde. Sigue siendo un reclamo tremendo y en Brasil se entusiasman con su presencia, tanto que incluso se imbuye el personal de esa euforia desmedida y proclaman que el balear está pletórico. Él, prudente, pisa el freno: «Vengo de perder en cuartos en Australia, fui eliminado en la primera ronda en Doha y llevo siete meses jugando muy pocos partidos. Pletórico está lejos de ser palabra para definir el nivel en el que estoy, pero estoy trabajando fuerte para recuperar mi mejor nivel», comparte.

Más de 40 grados

Lo busca en una ciudad que estos días discute con el termómetro, disparadas las temperaturas más allá de los 40 grados y con sensación térmica de 46. Es Río de Janeiro en su máximo esplendor, semana grande de carnavales con su samba y su color pese a las lluvias. Por el camino, un primer rival de entidad para el martes como Thomaz Bellucci, al que no le hace justicia el ranking (es actualmente el 63 de la lista de la ATP).

En sus últimas prestaciones, Nadal ha evidenciado estar lejos de su pico, muy pobre el balance desde que se atragantó en la hierba de Londres. Primero fue una lesión en la muñeca y luego llegó la tortura de la apendicitis, dos contratiempos que le dejaron sin apenas partidos en la segunda parte de la temporada pasada.

«El físico me ha ayudado mucho en toda mi carrera, me ayudó a estar donde estoy y confío en que me siga acompañando. Si no estás bien físicamente es imposible, porque no tienes la continuidad ni la confianza para competir», asume con naturalidad, algo más tímido su discurso, incluso conformista por momentos.

No baja a la tierra desde que en París amplió su obra maestra con el noveno título en Roland Garros, el último mordisco que se le recuerda. En Río recupera los automatismos de esta superficie que tanto le ha dado, aunque admite, desde esa desconfianza, que ni es el favorito y que todavía le falta adaptación. «Tocará sufrir», vaticina después de confirmar que el calor es insoportable.

Nadal, del sambódromo a la pista

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