Tenis | Copa Davis
Suiza, a un punto de la Davis
Federer se contagia de un espléndido Wawrinka para derrotar a la pareja francesa Benneteau-Gasquet y quedar a un triunfo de la Ensaladera
Suiza lo tiene a tiro, a un pasito de conquistar la Copa Davis después de apuntarse el punto de dobles ante Francia. Para la causa, y exigido por la amenaza del precipicio, Roger Federer y Stanislas Wawrinka se han juntado para derrotar a Julien Benneteau y a Richard Gasquet (6-3, 7-5 y 6-4), un triunfo que vale por dos y que deja a los helvéticos a las puertas de la gloria.
Después de un viernes aciago, con Federer por los suelos después del varapalo que sufrió ante Gael Monfils , el campeón de 17 grandes escuchó a su cuerpo y asumió el reto. Ahí está la espalda, que le va mandando avisos, pero nunca ha estado tan cerca de la Copa Davis y entiende que es ahora o nunca, que es el momento de completar un palmarés maravilloso. De ahí que alzara el brazo y se alistara para un partido seguramente decisivo en esta final.
Ante 27.432 espectadores , ensordecedor el pabellón de Lille, Federer no ofreció síntomas de dolor, nada que pudiera entenderse como una molestia . Se movió bien en la red, alcanzó bolas imposibles y se mostró contundente con el saque, una garantía de éxito cuando la salud le respeta. Si está en buen estado, Suiza se garantiza casi siempre todos los puntos en los que está en juego, líder natural de un país que ha soñado muchísimo con esta Ensaladera.
Y además tiene a Stanislas Wawrinka como pareja, aparcadas las disputas y los enredos que nacieron en las semifinales de la Copa de Maestros. Ahora, al menos en estos días de patriotismo, no interesa airear los problemas y los dos vuelven a unirse para defender bandera, una relación idílica que derivó en el oro durante los Juegos Olímpicos de Pekín.
Ese fue el único título que lograron juntos, en 2008. Desde entonces, pocas alegrías y los últimos cuatro encuentros como tándem acabaron en derrota. Pero revirtieron la tendencia ante Benneteau y Gasquet y ganaron por la vía rápida, un triunfo de un valor incalculable.
Wawrinka estuvo inmenso durante los primeros compases de la tarde. Atormentó con sus golpes desde el fondo de la pista, trabajó con inteligencia y activó a un Federer funcionarial, pero igual de efectivo. En el bando francés, una cojera evidente por el lado de Gasquet, que no estaba a la misma altura que Benneteau. Aunque luego reaccionó, por ahí se esfumó la ilusión del público local, que ahora se pregunta por qué Roger-Vasselin no formó con Benneteau. Son pareja habitual en el circuito, han participado en la Copa de Maestros y este año han ganado en Roland Garros.
Benneteau, cinco del mundo en la disciplina y 25 en individuales, era el que tiraba del carro, espídico en todos sus festejos, agitador de masas cuando la situación se torcía. Pese a que el primer set se decidió después de una pérdida en su servicio, reaccionó en el segundo y Francia estuvo cerquísima de nivelar el pulso. De hecho, tuvo cinco pelotas de break y no aprovechó ninguna, mientras que Suiza quebró en el undécimo juego.
Federer fue a más porque se contagió de Wawrinka, maravilloso en todo, protagonista de puntos espléndidos para ver una y otra vez. Suiza ganó en confianza y se escapó definitivamente en el quinto juego de la tercera manga, aunque Francia aguantó con orgullo e incluso salvó una bola de partido. A la postre sirvió para poco y los locales tiene una montaña que escalar este domingo.
De entrada, Roger Federer se medirá a Jo-Wilfried Tsonga (13 horas) y después, si fuera necesario, Gael Monfils jugaría el quinto encuentro de la serie ante Stanislas Wawrinka. A la Suiza de Federer le basta con un punto.
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