Djokovic defiende el trono

Se batía en duelo con Roger Federer por el bastión de la ATP . El suizo era el único que podía arrebatarle el trono a final de esta temporada, pero Novak Djokovic no ha querido ni verlo peligrar. Con su aplastante victoria sobre Tomas Berdych en la Copa de Maestros, el serbio terminará 2014 en lo más alto de la clasificación mundial. Sus seis títulos (Indian Wells, Miami, Roma, Wimbledon, Pekín y París), su tenis, su hambre y su fantástico torneo londinense le han valido para defender su corona. Pero aspira a revalidar el triunfo en Londres, y muestras da para darle la etiqueta de favorito.

La grada empezó a murmurar cuando Tomas Berdych perdió el juego inicial del partido con su saque. No están disfrutando de la mejor edición de la Copa de Maestros, con palizas tremendas, como el 6-0 y 6-1 de Roger Federer a Andy Murray , y sin epaneas emoción. Honrosa excepción fue el partido de David Ferrer contra Kei Nishikori , pero el O2 necesitaba más calidad en un torneo que, a priori, van los ocho mejores del mundo. Por eso volvieron los rumores cuando el checo volvió a ceder su saque en el tercer juego. Pero es que al otro lado estaba Novak Djokovic, que despliega su mejor versión en la pista rápida londinense.

Potencia, colocación, maestría, sutilezas... El número 1 demostró su calidad en el último torneo del año, una advertencia para los rivales y un trampolín de confianza para irse a descansar con garantías de que 2015 puede ser otra gran temporada. En apenas catorce minutos, el serbio había encarrilado el encuentro con un 4-0 que escondía un tenis descomunal. Por eso la grada reaccionó con agrado y efusividad que Berdych lograra cortar la racha de su rival con el primer juego en su marcador. Le dio cierto alivio y empuje, pero la ventaja del serbio era ya demasiada amplia como para luchar por el empate. En media hora, Djokovic se anotó el primer parcial por 6-2.

El serbio recuperó las energías y los golpes magistrales en el descanso. Rapidez de piernas, mentalidad ganadora y ángulos imposibles martillearon la moral de Berdych, que no encontró modo de frenar a su rival. La sonrisa de resignación surgió en su rostro cuando pudo sumar su primer juego, cuando ya el segundo parcial reflejaba otro 4-0. El checo volvió a sonreír cuando logró su segundo juego, pero no tuvo más y Djokovic zanjó el partido al servicio con su enésima derecha prodigiosa. Lanzó su alegría al aire del O2 y alzó los brazos porque la corona de la ATP sigue sobre su cabeza. Y con un tenis que da miedo para 2015.