Tenis | Valencia Open 500
Murray tortura a Robredo
Se proclama campeón en Valencia después de levantar cinco bolas de partido (3-6, 7-6 y 7-6), repitiendo la gesta de hace un mes en Shenzen
Mayúscula, exigente, dura y en muchos momentos brillante final la del Valencia Open 500 entre Andy Murray y Tommy Robredo que acabó adjudicándose el tenista escocés por 3-6, 7-6 y 7-6. Se vaciaron sobre la pista del Ágora en un duelo intenso con sufridos momentos para ambos y fases de gran tenis y puntos mágicos, que duró 3 horas y 20 minutos.
En el recuerdo de estos, sólo un mes atrás, la final de Shenzen. Murray levantó cinco bolas de partido al catalán para acabar ganando. El británico, rotundo en lo que significa su figura en el circuito ATP, volvió a tumbar al español, que lo dio todo. Murray, que perdió el primer set, levantó luego un doble «tie break». Y a su zurrón, los 500 puntos en el camino hacia la Copa de Maestros de Londres. Murray ganó en 2009 en la primera edición del torneo valenciano como 500 ante Mikhail Youzhny. El escocés suma otro título tras un partido, el de ambos, magnífico.
Murray, coronado ya, dijo: «Tommy ha sido un gran partido, increíble, y te tengo un gran respeto. He pasado grandes días en Valencia y ahora haré lo posible por estar en Londres». «Cómo jode perder así; la próxima vez estaré mejor en los match points. Andy tiene más vidas que un gato, pero he disfrutado muchísimo», dijo Tommy Robredo tras el partido, al tiempo que trasladó su agradecimiento a Juan Carlos Ferrero por garantizar la continuidad del torneo dos años más.
Marcó terreno con su saque Andy Murray desde el principio del primer set. Precisó bien y dificultó la réplica a Robredo. Sin embargo, el español forzó puntos largos ante el favorito para campeonar en Valencia. Con todo, se mantuvo el equilibrio en los primeros compases del partido y ambos defendieron su servicio.
Llegó el sexto juego, el más disputado hasta el momento, y Robredo, serio y concentrado, respondía a los ataques del escocés. Un juego muy físico, en el que se constató la igualdad en el marcador cuando se había consumido 31 minutos de partido y empataban a tres el primer set.
A los 37 minutos, la grada del Ágora rindió honores con un gran aplauso a los tenistas tras un punto trufado de físico y golpes geniales, que se apuntó Robredo. Se notó en el escocés el desgaste y Tommy acabó concretando la ruptura del servicio de Murray para colocarse 3-4.
El británico, físicamente, se mostró más débil en esos momentos. Y, de hecho, se llevó la mano en un par de ocasiones a la rodilla izquierda. Sufrió los puntos largos, pero se mantenía con los errores no forzados de Robredo, quien acabó por imponerse en su servicio. Murray necesitaba aire e ideas claras. Robredo rompió de nuevo el servicio de un rival fundido para apuntarse el primer set por 3-6 en 57 minutos.
Pese a las muestras de cansancio y las aparentes molestias, Murray arrancó el segundo set con una ruptura del servicio de Robredo. Aprovechó su saque el británico para ampliar la ventaja y obligar a Robredo a remontar. Por lo pronto, el tenista español, que ante la ausencia de David Ferrer en la final tuvo el calor local para sí, replicó con un juego en el que dejó en blanco a Murray. Con un ace fue el escocés el que dejó en blanco en el siguiente juego para ponerse 3-1.
Defendieron luego ambos sus servicios. Se equilibraban las fuerzas, sin embargo se tiraba la mano a la rodilla. Tenía molestias, pero seguía en pie el escocés. En el octavo juego, con 1 hora y 32 minutos de partido, Robredo lograba equilibrar el marcador 4-4 con una ruptura del servicio de Murray.
Pletórico el jugador catalán, le endosó un juego en blanco al escocés logrando el 4-5 a su favor y ante la posibilidad de proclamarse campeón si ganaba el siguiente juego. Pero el británico no bajó los brazos y quería más partido. El asunto, de hecho, se fue al tie break. Se llegó a poner 2-4 Robredo, pero le traicionaron los nervios en la precisión y el escocés igualó. De infarto los siguientes puntos hasta alcanzar el 6-6 en la muerte súbita. Murray se rehizo, salvó dos bolas de partido y se metió de nuevo en la final con un tanteo de 9-7, forzando el tercer set.
Llegaron a la última manga del partido con las fuerzas justas pero equilibradas. Un encuentro exigente que mermaba a los tenistas, quienes andaron parejos en los primeros juegos del tercer set. Cada uno defendió su servicio. Pero en el séptimo juego Robredo logró un break en blanco. Mazazo para el escocés, que replicó devolviendo la ruptura. En esos momentos, cada uno recurría entre cada punto a buscar aire, estirar o apoyarse en la raqueta para restar al cansancio acumulado de una semana de tenis y una final intensa.
En el noveno juego, Murray daba un paso firme hacia la victoria al colocar el 5-4 en el marcador. Robredo no tenía otro camino que acabar de vaciarse y arriesgar. En un décimo juego largo, con puntos disputados y una controvertida decisión técnica del árbitro Carlos Bernardes, que llevó a la discusión a Robredo, el tenista español igualó a 5. Con una serie de golpes certeros, Murray se colocaba 6-5. El asunto, de nuevo, al tie break. El tanteo, cocinado en unos puntos trabajados y sufridos, se saldó por 10-8 y el triunfo final de Murray.
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