Federer levanta por fin el título en Shanghái

La rapidez y la finura que exhibió ante Novak Djokovic la perdió en la noche previa a la final. Un Roger Federer lento y sin chispa amaneció en la pista del Masters 1.000 de Shanghái, pero hizo valer su experiencia y sus recursos en los momentos más difíciles para superar para Gilles Simon y conseguir el título en el torneo asiático que nunca había ganado. (7-6 (6) y 7-6 (2).

Se quita una espinita Roger Federer en su tremendo palmarés. Por fin dominó de principio a fin el Masters 1.000 de Shanghái. Después de la final perdida en 2010 ante Andy Murray, por fin podrá exhibir el trofeo asiático en su estantería. Todavía tiene dos inéditos: Montecarlo y Roma, pero en pista rápida ya ha demostrado su potencial y su buena forma en este fin de temporada donde ya levantó el título de Cincinnati.

Pero comenzó mal, muy mal. Después de haber brillado ante Djokovic en la semifinal , perdió su servicio en el primer juego del partido y le costó muchísimo calentar los motores. Simon, a lo suyo, consiguió que el partido se adaptara a su juego letal desde el fondo de la pista. Federer le ayudó con subidas a la red impropias y muy lejanas a las demostradas en el día anterior. El francés se mantuvo muy cómodo en la pista con ese break inicial a su favor y trató de hacer más grande la herida de su rival. El suizo, aletargado pero con cientos de recursos aprendidos por la experiencia, aguantó y trató de revertir la situación. Solo en el décimo juego, al límite del set, pudo sorprender a Simon al que le pesó algo la presión. Recuperada la rotuda, Federer aún desaprovechó dos opciones de cerrar el parcial al resto, por lo que la muerte súbita tomó la decisión.

Ambos tenistas tuvieron sus opciones, las voleas del suizo ya no eran tan definitivas, y falló una muy fácil que puso en bandeja el set al francés. Sin embargo, a Simon también le tembló más el pulso desde el fondo y fue el número 2 del mundo -desde el lunes- quien celebró con gritos de alivio llevarse la primera manga.

La igualdad, pero también en errores, fue la tónica del segundo set. Nadie esta vez cedió su servicio, pero era difícil mantenerlo. También el tie break tuvo que hacer acto de presencia después de que Simon desaprovechara dos bolas de set en el undécimo juego. También la experiencia y la veteranía impulsaron a un Federer que celebró como nunca la victoria sobre la pista de Shanghái. Es el cuarto título del año, el 23 Masters 1.000 de su carrera, 81 en total, y un trofeo que no estaba todavía en su inmensa colección.