MotoGP | GP España
Viñales: «A todos nos gusta que nos ofrezcan una moto campeona del mundo»
El piloto de Suzuki, que vive por y para las motos, se deja querer por las grandes marcas

Pendiente del teléfono, como cualquier otro muchacho de su edad (Roses, 1995); lo guarda en el bolsillo cuando se enfrenta a la entrevista, la profesionalidad por encima de todo. Maverick Viñales sabe que es su momento. Su sonrisa de medio lado delata que le gusta dónde ha llegado. Se siente querido por su marca, Suzuki, y pretendido por todas las demás. Es el futuro en el presente, al que llega después de haber trabajado mucho, muchísimo, en el pasado.
Se inició en el motocross, al que recurre siempre que no puede subirse a la MotoGP. De la mano de su padre, Ángel, recorrió los circuitos y se esforzó por alcanzar el lugar que pretendía: en la parrilla del Mundial, abriéndose paso entre los mejores. Aún le queda un paso: ser campeón. Desde fuera podría parecer que ha renunciado a una vida más o menos normal. Pero para él nada hay mejor que salir a entrenarse, bien con la moto, bien al gimnasio, para ir avanzando hacia su meta final. Por el camino se ha dejado hasta trozos de dedo: en la pretemporada de 2013 la moto le atrapó la mano derecha y tuvieron que amputarle una falange del deo anular. Terminó el año como campeón de Moto3 . Una certera definición de quién es Maverick Viñales.
Su nombre resuena por todo el paddock y está apuntado a muchas quinielas para suceder a Jorge Lorenzo en Yamaha después de que este decidiera unir su futuro a la Ducati. Precavido, Viñales espera, con calma qué le depara un próximo año que lleva construyendo desde la infancia.
- ¿Cómo llega a Jerez?
- Por fin estamos en Europa, así que más tranquilo. Al tema de los horarios nunca te acostumbras, y aquí es más cómodo: correr en casa, con los aficionados. Estoy con muchas ganas y Jerez se adapta a mi estilo de pilotaje. Funciono bien aquí, incluso he ganado.
- Fue campeón del mundo de Moto3 en 2013 y ya se planta en batallas por el podio en 2016. ¿Es el camino que se marcó o se ha saltado algún paso?
- Nadie me aseguraba que estaría ahora aquí, en esta posición, cuando decidí pasar a MotoGP con solo un año en Moto2. Pero viendo cómo han salido las cosas, el paso fue el acertado. Me sentía muy preparado. Si me hubiera quedado un año más en Moto2 seguro que hubiera peleado por el título porque me veía muy bien. Pero el salto a MotoGP me ha enseñado más que todo lo que aprendí antes. Es un año que gané de ventaja.
- ¿Qué aprendió en el curso de su estreno?
- En el primer año desde luego era la moto la que me llevaba a mí. Pero aprendí muchos trucos y ahora ya puedo dirigirla donde yo quiero. Ya en la pretemporada vimos que podía hacerlo bien. Pero podemos dar más de nosotros mismos y no estoy del todo satisfecho con la puesta a punto. Creo que podemos hacerlo mejor.
- Un sexto puesto en Qatar, un cuarto en Austin y una caída en Argentina. ¿Para aprender a ganar, hay que caerse primero?
- Por supuesto. Fue una decepción porque estaba muy cerca del objetivo por el que luché todo el año pasado, el podio. Pero luego me di cuenta de la parte positiva: podía estar ahí delante. Si lo conseguí en Argentina lo puedo hacer en cualquier otra carrera. Me dio confianza y la oportunidad de ver que soy capaz. Y también me enseñó a que hay que ir tranquilo, que no me puedan esas ganas. Porque fui por encima del límite.
- ¿Qué se dice uno cuando ve que esa caída lo aleja a uno del sueño?
- Cuando te caes retumba el mundo. Y te entra una rabia inimaginable. Pero estaba dando mi cien por cien, por eso no hay tampoco que lamentarse demasiado. Lo estaba haciendo bien y ahora ya sé que tengo que controlar las ganas.
- Son 45 minutos de carrera, ¿no es mucho tiempo para no dejar que la mente vuele a otro sitio?
- Yo siempre pienso en la carrera. Parece que solo estemos dando vueltas, pero se te hacen duros porque no te puedes despistar ni un solo minuto o te vas al suelo. También hay que leer bien la pizarra, las órdenes y las informaciones que te da el equipo porque ven la carrera desde fuera y te indican mejor. Durante la vuelta ya eres tú, centrándote en cada curva para ir lo más rápido posible y no malgastar las gomas. Por eso es muy difícil que puedas pensar en otra cosa.
- ¿Cuánto hay de responsabilidad en la confianza con el equipo?
- Mucha. Para mí es lo más importante. Sobre todo los que te arropan día a día. Está bien tener una buena relación con tu compañero de equipo, por supuesto, porque estás trabajando para la misma fábrica, pero no te tienes que casar con él. Cada uno hace su trabajo.
- ¿Ni para pensar en las marcas que lo pretenden?
- Para mí es muy gratificante porque significa que lo estoy haciendo bien. Y que se fijan en mi pilotaje. Que me quieran equipos grandes me tranquiliza.
- ¿Qué le parece la decisión de Jorge Lorenzo de irse a Ducati?
- A mí me abre muchas puertas, así que me parece bien. Si Jorge lo ha hecho tendrá sus motivos.
- Si estuviera en su lugar, ¿hubiera aceptado también ese reto?
- Para mí sería muy difícil porque cuando estoy tanto tiempo con un equipo me es casi imposible cambiar. Me gusta estar en mi equipo. Tengo aprecio y confianza con los que me han dado tanto. No pilotas solo, hay que buscar el mejor equipo técnico, no quizá el mejor del mundo, pero sí para mí. Cuando hablo de mí, yo hablo de mi equipo también. Al final es amistad. Pero a lo mejor él tiene ganas de nuevos retos, y por qué no batir algún record personal. Creo que es una buena motivación.
- ¿Qué significa Ducati?
- Es la moto más rápida. Suzuki, Ducati, Honda y Yamaha son el nivel top, con un soporte económico y de ingeniería muy, muy alto. Una moto puede ir mejor un año, y la otra el siguiente, pero son las que van a estar siempre arriba. Si Jorge ha ido es porque, sobre todo, tendrán un buen plan de futuro. Y además tiene una historia muy clara: Rossi no pudo hacerlo, y puede tener un gran significado para él. No tiene tanto palmarés como Yamaha o como Honda, pero la moto ha cambiado mucho, no es la que cogió Valentino. Ahora es otra dimensión.
- Lo sitúan ya en Yamaha, como sustituto de Lorenzo.
- Cuando te ofrecen una moto campeona del mundo... a todos nos gustaría. Es una oportunidad muy buena. Hay que valorar la confianza que me da Suzuki y la oportunidad que me da Yamaha.
- ¿Sería otro sueño cumplido compartir escenario con Rossi?
- Más que por compartir equipo es por la opción que te dan para luchar por el título. Es lo que siempre he trabajado, desde pequeño.
- Parece muy serio, ¿qué le hace disfrutar?
- Entrenarme. Es mi hobby. No sé otros pilotos pero para mí salir a entrenar, ver las mejorías que tengo, es lo que más me divierte. Me preparo lo mejor que puedo. Me doy caprichos, aunque realmente no tengo problemas con la comida, como siempre lo que quiero porque sé que entreno duro y tampoco soy de pasarme. Sí, siempre hay gominolas en el hospitality, pero no me convencen.
- ¿De qué se siente más orgulloso?
- Siempre he pensado que yo mismo soy la persona que más confía en mí. Y más que en el talento, pienso en la dedicación que he puesto para estar aquí.