Motociclismo | GP Australia
Rossi-Lorenzo, la batalla sin fin
Al italiano y al español les separan 18 puntos en el Mundial y un sinfín de roces desde hace siete años
Con los focos dirigidos a otros pilotos, la relación entre Jorge Lorenzo y Valentino Rossi se mantuvo apaciguada. Cada uno con su trabajo, su pilotaje y su personalidad. A falta de tres carreras, su lucha por el título los ilumina. Con una diferencia de 18 puntos para el italiano , la tensión por ganar y la presión por no perder son chispas que avivan antiguos combates.
Se inició la llama en 2008. Un prometedor Jorge Lorenzo cruzó las puertas de Yamaha , se plantó delante de Rossi y osó disputarle el trono. Para poner coto a las ínfulas del español, Rossi levantó un muro. No hubo cruce de palabras ni informaciones, pero sí agresividad sobre el asfalto. Continuaría en 2009 con un Lorenzo retador. Montmeló recuerda todavía esa última curva en la que Rossi brindó una maniobra de las que dejan heridas: el orgullo de la victoria frente al resquemor de la derrota. «Lo felicito. Ha ganado el zorro viejo, pero es probable que haya llegado a su techo», lanzaba el balear.
Volverían a jugarse el título en 2010, donde la presión pudo con el italiano: se cayó en Mugello y se fracturó la tibia y el peroné . No se recuperó a tiempo para defender la corona, y la cedió en favor del pupilo, con esta dedicatoria: «Jorge lo ha tenido muy fácil, ha disfrutado del trabajo que yo he hecho. El muro no ha sido útil».
La marcha de Rossi a Ducati en 2011 no mejoró la relación y los salvajes adelantamientos se producían en los micrófonos: «Lorenzo pone de acuerdo a todo el mundo: cae antipático a todos. No digo que sea inteligente, es una palabra muy fuerte, diré que es listo». «Bueno, él es el más simpático cuando hay una cámara delante», repelía el español.
La edad pareció serenar los impulsos cuando en 2013 volvieron a encontrarse en el mismo box : «Siempre he querido tener a los mejores pilotos de mi lado», despejaba el balear. «Ahora es Jorge el número 1 y nuestra relación es buena. Sentimos mucho respeto mutuo», acompañaba el italiano. Pero en este 2015, con la presión del título, los viejos resquemores regresan y no hay comentario sin mensaje, «in crescendo» conforme el Mundial se queda sin kilómetros: «Yo soy más rápido», pregonaba Lorenzo en Aragón. «En los entrenamientos, en carrera no siempre», devolvía Rossi. «“Si no hubiera dejado de llover habría ganado, el azar ha hecho que perdiera», se excusaba el español por su tercer puesto en Japón. «“Me parece irrespetuoso echar la culpa a la suerte. Yo también podría decirlo cada vez que quedo atrás»”, afilaba dientes el italiano.
En el GP de Australia , donde los dos se juegan este domingo (7.00 horas, Movistar+) la victoria, los puntos, parte del título y cierto orgullo, la tensión se mantiene al alza: «En 2006 Valentino dijo que tuvo mala suerte porque no ganó el piloto más rápido y más completo. Podría suceder ahora, pero no voy a quitarle méritos a su temporada», mantiene el balear. «Es difícil saber quién es el favorito», contesta el italiano. Sí es seguro que su duelo de orgullos continuará.