MotoGp | GP de españa
Rossi y el elixir de la eterna juventud
A sus 36 años, suma dos victorias en este 2015 y busca en Jerez un hecho único para hacerse más leyenda: su podio número 200
Por experiencia, por veteranía, por talento, por motivación, por ilusión, por… Rossi. El piloto italiano vive en 2015 un principio de curso de ensueño. En tres Grandes Premios, dos victorias y un segundo puesto que lo elevan a lo alto de la clasificación del Mundial diez años después. Icono dentro y fuera de los circuitos, mueve a millones de seguidores por todo el mundo, nadie le discute su calidad encima de la moto ni le tose en las luchas cuerpo a cuerpo. Lo probaron Biaggi, Gibernau y Lorenzo. También Marc Márquez, en Argentina. Rossi no solo está de vuelta, regresa agresivo y convencido.
La gallina vieja (36 años) ofrece un caldo excepcional que a punto está de hacerse histórico. Hoy, en Jerez ( 14.00 horas, Telecinco y MovistarTV ), «Il dottore» puede lograr su podio número 200. Un registro único, como Rossi, en los 67 años de Mundial. Entiende que se le pregunte por su segunda, tercera o cuarta juventud y solo puede contestar una cosa:«Sin problemas físicos, la diferencia la da la motivación. Y yo amo la vida que tengo: los viajes, trabajar con mi equipo, disfrutar en la moto». Sigue siendo el rey para todos sus súbditos, que se postran ante su rejuvenecer esta temporada. «Es el más grande. Todos los demás lo hemos visto correr desde pequeñitos. Es increíble verlo hoy después de tantos años, con tanta pasión y con esa mentalidad de querer seguir ganando. Eso te demuestra lo que ama las motos», se rinde Jonas Folger . «Me acuerdo que cuando mi padre tenía el equipo en MotoGP intentaba animar a sus pilotos para que lo ganaran, pero me di cuenta de que la verdadera estrella era él y era al que había que apoyar. Desde entonces fue mi ídolo. Es incansable y lo hace ser digno de admiración. Ojalá consiga otro campeonato», lo anima Áxel Pons .
Pero también los rivales con los que se pelea cada domingo saben que tienen a un piloto de otra galaxia. «Pocos tienen tantas ganas de aprender como él, y de aspirar a todas las victorias», le piropea su compañero de equipo, Jorge Lorenzo , a pesar de un pasado oscuro con muros en el garaje de por medio. O el propio Márquez, a quien acogió como su pupilo desde su llegada al Mundial, aunque un poco menos desde el incidente de Argentina . «Le daré menos besos, pero todo seguirá igual en la cama», bromeaba sobre su relación a partir de ahora. Risas intencionadas.
En Jerez, el italiano comenzó con problemas. «No está saliendo nada de lo que habíamos planeado», se resignaba el viernes. Vio algo de luz ayer, en el sábado de clasificación, al atrapar una quinta plaza que le devuelve la confianza. Es líder del Mundial, con 6 puntos de ventaja sobre Andrea Dovizioso, 26 sobre Iannone y 30 sobre Márquez. Ese saberse en lo más alto le otorga un extra de gasolina que siempre aprovecha en carrera. En Qatar, su primera victoria de 2015, salió desde la octava posición, la misma que en Argentina, donde también se coronó. Tiene nueve títulos mundiales, siete en MotoGP, pero su comienzo de curso confirma que nadie se aburre de ganar. Y él, dotaría menos: «El sabor de la victoria es... (pausa). Es un placer trabajar para conseguir ese sabor. Y engancha». Elixir de eterna juventud.
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