La decisión más difícil de Pedrosa

Atraviesa el momento más difícil de su carrera. Dani Pedrosa eclipsó el Gran Premio de Qatar y la victoria de Valentino Rossi cuando comunicó que no podía seguir corriendo con la lesión de su antebrazo derecho. Un síndrome compartimental (las «fundas» que rodean los músculos aprisionan a estos y provocan dolor en los miembros afectados) que arrastra desde hace tiempo y del que ya se operó, sin éxito, en mayo de 2014.

«Estamos buscando una manera de solucionarlo. Lo que me ha quedado claro tras el Gran Premio es que no puedo competir al máximo de mis posibilidades », expresó de palabra y en el blog de su equipo. A las que añadió: «Espero que pronto pueda daros buenas noticias porque tomaré una decisión en los próximos días».

Ya se le buscan sustitutos, y el candidato más lógico sería Hiroshi Aoyama, el probador de Repsol Honda. Sin embargo, el piloto en ningún momento dijo la palabra «retirada». Además, Repsol Honda puede tener su moto en el garaje durante dos grandes premios (GP de Las Américas y GP de Argentina) sin la obligación de que nadie se suba a ellas.

No obstante, en caso de que Pedrosa decida no continuar, el sustituto tendría la misma moto que el 26, y los mismos motores. Y debería mantenerlos en perfectos estado para la vuelta del piloto titular, que firmó su renovación con Repsol Honda hasta 2016 .

Es Pedrosa el que tiene la última palabra, aunque también reconoce que su dolencia no tiene solución fácil. Tampoco los médicos consultados por este periódico informan de que haya muchas más alternativas más allá de otra posible operación. Otros pilotos con la misma dolencia, como Jorge Lorenzo, Nicky Hayden o Julián Simón, sí consiguieron curarse.