Barcelona
Luis Enrique discute el mantra de la posesión
Desde la llegada del técnico asturiano el Barça ha mutado hacia un estilo más directo y donde el control del balón no es un fin, sino un medio
El Barcelona resolvió con solvencia el partido frente al Leganés en Butarque (1-5). De inicio, sorprendió la innovación táctica de Luis Enrique en la alineación introduciendo una defensa de tres e incorporando a Umtiti en el equipo titular, aunque la explicación está en que las próximas semanas el calendario será muy exhaustivo, con encuentros de mucha exigencia. «Son cinco partidos en veintitrés días. Todos los entrenadores tenemos que ir gestionando las cargas, a nuestros jugadores sabiendo que tenemos la obligación de ganar y luego ser competitivos a la vez». Además, se mostró «contento» en la rueda de prensa posterior al partido por la participación de todos los jugadores y «por su rendimiento».
No obstante, hay algo que llama poderosamente la atención y es que el técnico asturiano empieza a discutir el mantra de la posesión. No le vale el toque sin profundidad y se empieza a distanciar del estilo que le imprimió Guardiola al conjunto azulgrana durante cuatro temporadas, y que fue santo y seña del fútbol de salón, de ese juego vistoso de posesiones interminables. En 2012, el Barça consiguió terminar el encuentro con la estadística de posesión más larga de la historia (89%) en un encuentro ante el Celtic de Glasgow.
Lejos de aquellos días, Luis Enrique está imprimiendo un planteamiento renovado, donde el «tiki-taka» está dando pase a la verticalidad y un juego más directo, adaptado a cada contrincante. «Los partidos presentan sus complicaciones en función de lo que haga el rival. En este tipo de partidos la posesión interesa muy poco, no tiene ningún interés », aseguró el entrenador del Barça que, pese a lo dicho, logró mantener el control del esférico gran parte del duelo en Leganés.
La plantilla de Luis Enrique continúa dominando los partidos por su calidad, pero el técnico no quiere vivir del control del balón, sino de los resultados. «La posesión de la pelota es un medio, no un fin» , reconoció ya la pasada temporada. Desde que llegó el asturiano a Barcelona el juego se ha transformado, abandonando una filosofía que les llevó a cosechar los mayores éxitos. Un estilo diferente, pero muy práctico.