Entrevista
Carlo Ancelotti: «No hay nada de malo en salir de copas con los jugadores»
El entrenador del Bayern detalla su metodología de trabajo en una entrevista con ABC en la que reflexiona sobre el fútbol y la vida
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Cocinero, amante de la siesta y maniático del orden, su otra gran pasión deportiva, aparte del fútbol, es el tenis, aunque su refugio favorito es el cine. «La vida es bella», hermoso filme del genio italiano Roberto Begnini , es una de sus películas de cabecera, pero su admiración por Robert de Niro hace que «El cazador» y «El Padrino II» sean sus dos largometrajes favoritos. Así es el lado más íntimo de Carlo Ancelotti (Reggiolo, 10 de junio de 1959), una persona especial y entrañable. De las pocas que hay en el fútbol que no generan antipatía ninguna. Todo corazón, el exentrenador del Real Madrid y hoy técnico del Bayern presenta su nueva publicación, «Liderazgo tranquilo» . El técnico italiano se sienta en el diván de ABC para hablar sobre su libro, un escrito didáctico y divertido donde explica su brillante metodología de trabajo en sus más de veinte años como entrenador, y sobre otros muchos asuntos del fútbol… y de la vida.
-Tras su salida del Real Madrid en junio de 2015, una de las grandes razones para tomarse un año sabático fue una estenosis cervical que le tenía muy preocupado. ¿Cómo está su cuello ahora?
-Muy bien. Hace ya un año y medio de la operación y estoy muy contento. Como un chaval, listo para salir a jugar cada domingo (risas).
«Cuando no tienes nada no sabes lo pobre que eres. Pero mi niñez en Reggiolo fue rica en felicidad»
-Usted creció en una familia muy humilde y trabajadora. ¿Qué recuerda de su infancia?
-Fue muy bonita. Éramos una familia que no teníamos apenas dinero, pero sí que éramos ricos en felicidad. Cuando no tienes nada no sabes lo pobre que eres. Yo no conocí la playa hasta los 15 años, pero me dio igual.
-Su padre, Giuseppe, fue un superhéroe.
-Así es. Junto a mi abuelo, trabajaba de cuatro de la mañana a ocho de la tarde en una granja que teníamos en Reggiolo. 16 horas cuidando y alimentando a diez vacas para luego vender queso parmesano. Mi padre era un hombre muy trabajador, pero también muy tranquilo. Me enseñó cómo tenía que comportarme en la vida. Me inculcó a fuego los valores de respeto y lealtad. Y, sobre todo, el de la paciencia. Pero también mi madre fue clave en mi educación. Tenía mucho carácter y era muy cercana y cariñosa con sus hijos y su marido. Jamás tuvieron una discusión.
«Mi padre Giuseppe fue mi primer líder. él me enseñó lo que es el respeto, la lealtad y el sacrificio. Iba a la granja a trabajar a las 4 de la mañana y regresaba a las 8 de la tarde»
-¿Qué es el liderazgo tranquilo?
-Es la manera de manejar a las personas que trabajan conmigo. Tengo un carácter tranquilo, nunca me pongo nervioso ni agresivo. Sea la situación que sea. Lo aprendí de mi padre y creo que de este modo me ha ido bastante bien en la vida.
-En su libro dice que el liderazgo de Vito Corleone es una referencia.
-Me encanta el cine, y Robert de Niro. Su papel en «El cazador» representa a la perfección dos de los valores con los que yo más me identifico. Amistad y confianza mutua en situaciones extremas. En «El Padrino», De Niro da vida a un personaje con un fin canalla y criminal con el que, lógicamente, no me siento en ningún momento representado. Pero sí que me gusta el liderazgo sereno y respetado que tenía Vito Corleone.
-La relación que mantiene con sus jugadores se sale del patrón de su gremio. Hasta copas se toma con ellos.
-Antes que pensar en el futbolista hay que pensar en la persona, y vicecersa. Si ellos tienen clara mi posición y mi estatus, yo siempre estaré encantado de ofrecerle mi amistad. No es fundamental, pero ayuda. ¿Por qué un futbolista y un entrenador no pueden ser amigos? Eso no lo pone en ningún sitio. Por ejemplo, no veo nada de malo en irme a cenar y luego de copas con los jugadores, como la noche que me anunciaron mi despido del Chelsea. Terry, Drogba y Lampard fueron los promotores de aquello, y lo pasamos bien.
-En el fútbol, ¿cómo se logra el equilibrio entre trabajo y ocio?
-Son los jugadores los que plasman en el campo mi idea de fútbol. Si ellos están contentos y se sienten identificados con su entrenador, habrá más opciones de que las cosas salgan bien. Yo quiero que los futbolistas amen su profesión y estén a gusto. Con esa base se trabaja mucho mejor.
«Obviamente, no comparto su fin canalla y mafioso, pero me gusta el liderazgo sereno y respetado de Vito Corleone»
-No le falta razón. Ibrahimovic, Ronaldo, Maldini, Beckham… son muchos los grandes futbolistas de la historia que hablan maravillas sobre usted.
-Son muy amables y les agradezco lo que han escrito de mí en el libro, pero soy yo el que solo puedo decir cosas buenas de ellos. Por ejemplo, Ibrahimovic. La gente tiene una imagen de él que no es real. Zlatan es el jugador menos egoísta que he conocido.
-Cierto. En su libro desmiente muchas leyendas urbanas de algunas estrellas. También dice que hay tres cosas en el fútbol que no puede controlar: los medios, la afición y los presidentes. Y en este último caso, quien sale peor parado es Abramóvich…
-Abramóvich es un tipo tímido. Estuve bien con él y estoy muy agradecido de la oportunidad que me dio de entrenar a un gran club como el Chelsea. Pero eso no quiere decir que durante las dos temporadas que trabajé allí no tuviéramos nuestras discusiones, pero ya es tema pasado. Prefiero recalcar lo bueno, como con el resto de presidentes que he tenido.
-¿Qué recuerdo tiene de Florentino Pérez?
-Bueno. También le estoy muy agradecido por la oportunidad que me dio.
«Mi obra en el Madrid no fue inacabada. El objetivo era la Décima. Y se logró. Estoy muy muy satisfecho de lo que hice allí»
-Algunos dicen que su obra en el Madrid está inacabada.
-No lo comparto. Es cierto que en la segunda temporada no conseguimos alcanzar los objetivos, pero la obra ya acabó con éxito cuando ganamos la Décima. Ese era el objetivo principal del club y el mío, y se logró a la primera. Estoy muy muy satisfecho de lo que hice en el Real Madrid.
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-¿Volverá algún día a entrenar en Valdebebas?
-Por qué no. Me encantó la ciudad, la gente, la afición, la comida, el club… En el futuro, ni siquiera yo sé qué puede pasar.
-¿Cómo ve a su discípulo Zidane?
-Es el mejor entrenador que podía tener el Real Madrid. Es historia del club y tiene carisma y personalidad de sobra. Lo está haciendo fenomenal. Mañana puede lograr su tercer título y aún no ha cumplido un año como entrenador. Eso lo dice todo.
«Por historia, carisma y personalidad, Zidane es el mejor entrenador que podía tener el Real Madrid»
-¿Ser un futbolista de élite garantiza el éxito en el banquillo?
-No. Ser un jugador de éxito solo sirve en parte para ser un buen entrenador. Por ejemplo, en las relaciones con los futbolistas ayuda mucho para saber qué están pensando ellos cuando tomas ciertas decisiones. Pero el trabajo es distinto. Futbolista y entrenador son profesiones parecidas, pero muy distintas a la vez.
-«Bomber» (bombardero en italiano, que es como llamaba cariñosamente Ancelotti a Cristiano) acaba de ganar su cuarto Balón de Oro. ¿Merecido?
-Totalmente. Ha ganado los dos títulos más importantes de este año, tanto a nivel de clubes como de selecciones.
-El Real Madrid juega mañana la final del Mundial de Clubes, el principio del fin de su era en el club blanco.
-No son situaciones comparables. Cuando nosotros ganamos el Mundialito, el equipo tuvo una plaga de lesiones y eso redujo el nivel técnico. Fueron muchos de los futbolistas más importantes de la plantilla los que cayeron lesionados a partir de enero. Pero hubo un componente de mala suerte elevado. Es complicado que se repita.
-¿Cómo le va en el Bayern?
-Es un nuevo proyecto en el que estoy muy ilusionado. Estoy feliz en Múnich. La ciudad es preciosa, el ambiente es fantástico y la gente está muy cerca del club y del equipo. No puedo pedir más de momento.
«Me dan igual las comparaciones con Guardiola. Quiero hacer mi historia en el Bayern»
-Algunos intentan minusvalorar su trabajo comparando su Bayern con el de Guardiola. ¿Le molesta?
-Me dan igual las comparaciones con Guardiola. Él hizo un gran trabajo en el Bayern, ganando tres Bundesligas, llegando a tres semifinales de Champions, y la afición y el club valoran mucho su paso por Múnich, pero espero que con el paso del tiempo también aprecien mi trabajo. He venido a Múnich a establecer la racha triunfal más exitosa y larga de mi carrera, y ojalá sea así.
-¿Cómo es su relación con los jefes del Bayern?
-Tengo buena sintonía con Rummenigge y con Hoeness. Me siento muy cómodo con ellos. Beckenbauer lleva ya un tiempo fuera del club y solo lo he visto una vez, pero fue un encuentro muy cordial. El Bayern es un club que te hace sentir como en casa desde el primer día.
-¿Sigue fumando en Múnich o ya por fin lo ha dejado?
-Sigo fumando. Imagino que algún día se me pasarán las ganas y dejaré de fumar, pero de momento es imposible. Es cierto que ahora fumo muchos menos cigarillos que hace unos años, pero en algunos momentos me viene bien para relajarme. Todos los días algún miembro de mi familia me dice que pare, pero aún no les hago mucho caso. No es fácil (risas).
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