Tercera división

Culebras, un veterano de Primera convertido en ángel de la guarda

El defensa del Almazán explica cómo se vivieron los angustiosos minutos después de que el meta del Atlético Tordesillas se golpeara la cabeza contra el palo

Sergio, del Atlético Tordesillas, y Culebras, del Almazán

Jorge Abizanda

Este domingo, y esta temporada ya van muchas jornadas que se repite la imagen, volvían a ponerse de manifiesto las limitaciones que rodean al fútbol modesto español . Después de permanecer casi veinte minutos tendido sobre el césped esperando una ambulancia tras golpearse la cabeza contra el poste, un guardameta de Tercera división era evacuado del terreno de juego sobre la camilla empleada en el vestuario para dar masajes . Una angustiosa situación que vivió en primera persona José Antonio Culebras , profesional durante trece temporadas que ahora disfruta del fútbol de barro en el conjunto soriano de la SD Almazán . Pero no siempre porque, según explica, situaciones como la vivimos ante el Atlético Tordesillas «invitan a una profunda reflexión». Él ha vivido las dos caras del fútbol y explica a ABC sus diferencias.

Culebras sabe bien los «lujos» que conlleva jugar en la élite porque ha pisado los campos de Primera y Segunda división defendiendo los escudos del Numancia, Levante y Tenerife . Ahora viste la camiseta del modesto CD Almazán, un club humilde en el que la amistad, el compañerismo y la ilusión son señas de identidad. Una entidad que representa fielmente ese otro fútbol en el que no mandan los presupuestos «y en el que incluso está permitido saltarse algún entrenamiento porque el trabajo y los estudios son lo primero». El veterano defensa ha vivido grandes experiencias en templos como el Santiago Bernabéu, el Camp Nou o el Vicente Calderón , ninguna tan amarga como la que le tocó sufrir este domingo en La Arboleda ante el Atlético Tordesillas. «Estremece ver a un rival tumbado casi veinte minutos sobre el césped esperando una ambulancia». Se refiere a Sergio García, guardameta del conjunto vallisoletano que se golpeó la cabeza contra el palo y posteriormente contra la hierba tras evitar un gol con una acrobática intervención. «Se levantó, pero estaba mareado y él mismo se sentó en el césped antes de tumbarse», explica Culebras.

Como suele ocurrir en este tipo de situaciones, el nerviosismo cundió rápido. «Nuestro fisio corrió rápido hacia el portero. Afortunadamente, los padres de nuestro compañero Anto, que estaban en la grada y son médicos, también saltaron para echar una mano. Su ayuda para tranquilizar fue fundamental». El domingo les tocó a ellos. Hace solo unas jornadas, en Almería, fue un entrenador el que salvó la vida a un rival después de un brutal golpe. Cada estadio de un club modesto parece estar custodiado por un ángel de la guarda. Camilo, jugador del Cristo Atlético , otro conjunto del Grupo VIII, también tuvo la suerte de que hubiera un médico en la grada cuando chocó contra un rival. Hoy puede contarlo gracias a él .

«Problema de difícil solución»

«Es un problema difícil de solucionar y no podemos ser egoístas», reconoce Culebras a este periódico. «En Tercera división, y por supuesto en las categorías inferiores, los presupuestos son muy pequeños y resulta imposible tener a disposición una ambulancia. Piensa la cantidad de partidos que se juegan cada jornada, y no solo de fútbol. También hay otros deportes de contacto en los que la asistencia sanitaria también sería imprescindible».

El domingo, tras el susto inicial y los veinte minutos de angustia hasta la llegada de una ambulancia, Sergio fue trasladado al Hospital Santa Bárbara de la capital soriana, que se encuentra a 30 kilómetros de Almazán. Allí se le realizó un TAC que permitió descartar lesiones más graves. El guardameta no estuvo solo en esos difíciles momentos. Compañeros del Atlético Tordesillas, y también Culebras, estuvieron haciéndole compañía . No dudó en separarse unas horas de su familia para ejercer de capitán y atender a un rival en una situación complicada. «En estas categorías no tenemos los medios suficientes, eso es verdad, pero yo creo que estos gestos de compañerismo son los que engrandecen al fútbol de toda la vida. Me gustaría que se preocuparan por mi si alguna vez me pasara algo así», reconoce.

El Atlético Tordesillas agradeció públicamente en las redes sociales el trato y la entrega del Almazán, especialmente de Culebras así como de Ana Tabernero y Narciso J. Ibáñez, los padres de Anto, con su portero. En el club vallisoletano son conscientes, y también sufren, de las limitaciones de la categoría. «Si el percance hubiera ocurrido en nuestro campo, probablemente hubiera pasado lo mismo. Evidentemente, el Almazán hizo lo que pudo y tenía en su mano y se lo agradecemos », explican desde el conjunto rojiblanco a este periódico.

«Que en cada equipo haya gente que tenga mociones básicas de primeros auxilios puede ser fundamental para actuar con rapidez y poder salvar una vida», afirma Culebras, que con 38 años sigue con la misma ilusión por jugar al fútbol que cuando empezó. «En el Almazán soy feliz. Mi familia y mi trabajo están aquí y no puedo pedir más», añade el defensa.

Sergio García no olvidará nunca la atención prestada por Culebras y por el Almazán. El guardameta, tras ser dado de alta, abandonó el hospital portando un collarín como medida de precaución acompañado por el segundo entrenador de su equipo, Antonio Ruiz, y su compañero Juanmi, que regresaron en coche con el portero a Valladolid. Como ocurre como los futbolistas profesionales, él también está deseando ya jugar el siguiente partido.

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