Casillas-Mourinho
El reencuentro de egos que dividieron al Madrid
Casillas y Mourinho, ahora en Oporto y Chelsea, se cruzan en la Champions después de la tensa relación que ambos vivieron
![El reencuentro de egos que dividieron al Madrid](https://s1.abcstatics.com/Media/201509/29/mou-iker--644x362.jpg)
« Claro que le voy a saludar . Y no hablo más sobre este tema». Son las únicas palabras de José Mourinho sobre Íker Casillas en la víspera del crucial partido de Champions en casa del Oporto (20.45 horas, beIN). Reencuentro y morbo en el Estadio do Dragao. Todas las miradas están puestas en ambos, un reencuentro entre dos esferas del madridismo que dividieron al club. ¿Reflejarán la aversión mutua que sienten? ¿Se comportarán como dos caballeros y escenificarán que todo está olvidado?
El caso es que el desembarco del guardameta en el norte de Portugal hunde sus raíces en el largo enfrentamiento con el controvertido técnico, origen de una depresión futbolística y personal que desembocó en la salida del internacional español por la puerta de atrás del Bernabéu . Cierto que la lesión de Íker se metió de por medio y que Diego López le sustituyó de forma notable, pero el tema de fondo subyacía desde el verano de 2011. Mourinho llevaba toda esa temporada soltando por la boca sapos y culebras desde el banquillo del Madrid, especialmente cuando se las veían con el Barcelona.
Y eso que él mismo había trabajado en el Camp Nou como traductor en la etapa de Bobby Robson. Tal vez por esta circunstancia se empeñó en incendiar los clásicos para tensar la cuerda y contrarrestar a los imparables azulgranas de Messi como fuese, mostrando tal grado de ira que hasta fue capaz de introducirle el dedo en el ojo al malogrado Tito Vilanova (uno de sus más grandes errores, según admitió posteriormente).
Por eso, cuando los duelos echaban chispas, no le hizo ninguna gracia que Casillas realizase varias llamadas conciliadoras a Puyol y Xavi en su calidad de capitán de la selección española y amigo. El propio Del Bosque reconocía que los fuertes choques entre ambos clubes estaban afectando a la armonía del combinado nacional.
Pero no fue sólo este hecho. El portero aprovechó para manifestar a sus colegas y amigos catalanes que no estaba de acuerdo con la estrategia de la tensión auspiciada por el autodenominado «The Special One». Y ahí llegó la gota que colmó el vaso para Mourinho, quien le dejó todo el partido sentado contra el Galatasaray en el Trofeo Santiago Bernabéu.
Casillas, de récord
La guerra no había hecho más que comenzar, y la afición madridista se dividió entre los partidarios de uno y de otro . Se aguantaban mutuamente lo justo y, cuando Íker se recuperó de la lesión, continuó sentado en el banquillo. Aparecieron entonces los pitos de la grada, una de las cosas que más le dolieron al madrileño, que esta noche superará a Xavi con 152 partidos en la máxima competición continental . De récord.
Por su parte, Mourinho se planta en la que fue su casa (condujo al Oporto a su segunda noche de gloria europea en 2004) después de un aciago arranque en la Premier, donde el Chelsea sólo acumula ocho puntos y se halla en decimoquinta posición.
Todo lo contrario que Casillas, quien vive una segunda juventud en Oporto (líder de la Liga portuguesa), amplificada por lo bien que se han adaptado él y Sara Carbonero a su vida en la preciosa ciudad . Mientras se espera el saludo entre ambos, Mourinho altera la paz del mito del Real Madrid. Un reencuentro picante.
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