derechos audiovisuales
Lo que se esconde tras la guerra del fútbol
Detrás de la suspensión decretada por la Federación hay un oscuro juego de intereses y enfrentamientos entre los estamentos del fútbol español
Veinte años ha tardado el fútbol español en conseguir una ley que regule la venta de los derechos televisivos para aumentar el dinero recaudado y conseguir un reparto más equitativo entre todos los clubes de Primera y Segunda división. Veinte años de guerras, en las que cada uno ha luchado por su cuenta -cuando no unos contra otros-, que parecía que iban a concluir con el decreto ley aprobado el pasado viernes. Sin embargo, nos encontramos en el escenario contrario: el fútbol español, si los convocantes no se echan para atrás, parará dentro de poco más de una semana. Las dos últimas jornadas de Liga, en el aire. Y muchos se preguntan: ¿Qué hay detrás de esto? Se puede explicar en cinco grandes claves:
1. El reparto del dinero televisivo
Aunque hay muchas otras razones, es evidente que la norma aprobada por el Gobierno no ha gustado a todo el mundo. De hecho, era de esperar que no gustara a todos. Cuando se reparte dinero, siempre va a haber algún sector que esperaba recibir más o que se siente agraviado. La Federación Española, pese a que sus ingresos van a aumentar exponencialmente, tenía unas expectativas más altas. Y además se queja de que no recibió el borrador del decreto ley hasta la víspera.
Desde el Gobierno, explican que si el legislador tuviera que consensuar cada ley con todos los afectados, jamás sacarían una norma adelante, y que no se dan los borradores de los decretos con antelación. Por su parte, la AFE quería un porcentaje directo y estar presente en los órganos de control. Pero lo cierto es que el decreto ley es bueno para los futbolistas, porque al crecer el dinero que perciben los clubes, los principales beneficiados serán logicamente los profesionales, que suponen en muchos casos el 70% del presupuesto de cada club. Además, los jugadores de Segunda B y las jugadoras de la Liga femenina estarán dados de alta en la Seguridad Social.
2. Un enfrentamiento personal
Es evidente que hay un problema de piel, de cuitas personales, sobre todo entre Villar y Tebas. El presidente de la Federación no le perdona a Tebas que acudiera a las elecciones de la Federación Española de Fútbol en la misma candidatura que su oponente en 2004, Gerardo González. El presidente de la Liga de Fútbol Profesional le reprocha que en las reuniones de su junta directiva siempre se refiera a él con insultos y descalificaciones.
Por el contrario, la relación entre Cardenal y Villar no fue mala al principio. Solo se tuerce cuando el presidente de la Federación cree que el secretario de Estado se alinea con las estrategias de Tebas de control económico del fútbol. Y después se termina de romper cuando Cardenal le exige a Villar cuentas sobre el dinero de las quinielas y con las auditorías. A partir de ese momento, la Federación rompe de manera abrupta con el Consejo Superior de Deportes y declara poco menos que «persona non grata» a Cardenal. Finalmente, también es tensa la relación entre Tebas y Rubiales , que al fin y al cabo representan a la patronal y al sindicato, respectivamente.
3. Las inspecciones de Hacienda
En su comunicado de ayer, la Federación Española vuelve a quejarse de las inspecciones de la Agencia Tributaria y de la Seguridas Social que, según la RFEF, «han obligado a abandonar sus puestos a una elevada cantidad de directivos modestos, alma máter de nuestro deporte». Sin embargo, el Gobierno niega que haya habido inspecciones contra el fútbol aficionado y asegura que no ha cambiado ninguna norma al respecto. Lo que sí está ocurriendo es que se está levantando a actas a futbolistas de alto nivel por el 15% de sus ingresos que cotizan a un tipo menor por el impuesto de sociedades. Este cambio de criterio de Hacienda sí que podría estar en parte detrás de la convocatoria de huelga de la AFE.
4. Elecciones municipales y autonómicas
Es evidente que si la Liga de Fútbol Profesional presionó al Gobierno para que sacara cuanto antes el decreto ley, con la amenaza incluso de parar la competición, era porque entendía que en un año cargado de citas electorales sería más fácil conseguir sus objetivos.
Del mismo modo, tanto la Federación como la AFE saben que paralizando el fútbol español la semana de antes de los comicios municipales y autonómicos se pone al Gobierno en una situación complicada, porque teóricamente esto podría perjudicar electoralmente a su partido. Sin embargo, tanto los futbolistas como la propia Federación serían, paradójicamente, los grandes perjudicados de un paro en este momento, pues obligaría a disputar la Liga en junio, cuando comienza el periodo vacacional de muchos jugadores y otros se marchan a la Copa América, y además la suspensión afecta también a la Copa del Rey, que organiza la propia Federación.
5. Los pulsos ganados por Villar
Lleva 28 años al frente de la Federación y es un experto en ganar pulsos a los secretarios de Estado. Si no, que se lo pregunten a Lissavetzky, que estuvo a punto de desalojarlo hace siete años. Villar acudió a Blatter para no tener que adelantar las elecciones, luego España ganó la Eurocopa y se terminó quedando. Tiene apoyo externo, de la FIFA, y un indiscutible apoyo interno. Pese a todas las dudas que genera su gestión, sobre todo en el aspecto económico, controla con mano de hierro las territoriales y los distintos estamentos federativos, y en muchos casos los ha nombrado él mismo. En esta situación, tiene la sartén por el mango y la llave de su propio futuro para seguir al frente de la Federación los años que él quiera.
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