Champions League
Noche para la épica en Múnich
El Bayern-Oporto pone a Guardiola contra las cuerdas, mientras Lopetegui lucha contra la autocomplacencia
La noche promete emociones fuertes en Múnich: el Bayern no sólo contra el Oporto, también contra la historia porque nunca ha remontado en casa dos goles en la máxima competición europea. Guardiola combate también consigo mismo, para intentar dar la vuelta a la mala imagen ofrecida hace una semana en el Estadio Do Dragao y no frustrar el sueño de la sexta Champions, verdadera obsesión para un club que no se conforma con estar por debajo del Real Madrid y del Milán en la lista de ganadores.
Así las cosas, el exentrenador del Barcelona se afana en transmitir un moderado optimismo, en vista de que la enfermería del Bayern comienza a vaciarse por fin. Sabe que todos los ojos están puestos en él y, por supuesto, prepara un asalto definitivo a la cita con la solidez que le otorga poder formar un centro del campo compensado tras recuperar a Lahm. Por delante de él, Xabi Alonso, Thiago y Götze, con los imprescindibles Müller y Lewandowski en la punta de lanza.
Es el momento crucial de la temporada y ya no hay más margen. El mensaje que traslada Pep al vestuario es que la ‘pájara’ de Oporto fue algo circunstancial, un tropiezo que puede subsanarse. Si vuelve a fallar, se resentirá su aureola de gran estrella y quedará tocado en su línea de flotación.
Su amigo Julen Lopetegui, en cambio, debe luchar contra el exceso de optimismo en el banquillo del Oporto. La concentración no puede bajar la guardia si el equipo pretende no quedarse en una sorpresa pasajera.
Danilo y Álex Sandro, dos bastiones en el partido de ida, están sancionados y la defensa tiene que recomponerse, aunque parece que Casemiro llegará a tiempo, garantía de una sobria labor de contención.
Con Tello todavía lesionado, el objetivo pasa por «poner en práctica todo lo que hemos planeado. Va a ser una tarea muy complicada, pero intentaremos crear ocasiones y hacer nuestro juego», ha declarado Lopetegui antes de concluir: «Estamos orgullosos de lo que hemos logrado esta campaña».
La capital del norte de Portugal quiere seguir haciendo honor a su sobrenombre, la ciudad invicta, porque el mismísimo Napoleón fue incapaz de conquistarla. Su resistencia está, por tanto, históricamente acreditada. Y ahora este Oporto desafiante se aferra a esa épica.
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