Barcelona
Los líos más sonados de Joan Laporta
La negativa a declarar en castellano es solo la última de las polémicas protagonizadas por el expresidente del Barça
La negativa a declarar en castellano es solo la última de las polémicas protagonizadas por el expresidente del Barça
1
Striptease en el aeropuerto de El Prat
Joan Laporta perdió los papeles en numerosas ocasiones durante su mandato como presidente del Barcelona, pero ninguna supera el esperpento que perpetró en el control de seguridad del aeropuerto de El Prat en verano de 2005, cuando llegó a quedarse en calzoncillos ante unos atónitos policías. El detector de metales sonó hasta tres veces al paso de Laporta, al que se le agotó la paciencia y comenzó a montar un show completamente fuera de lugar. Cansado de tener que volver a pasar por el detector, comenzó a gritar, incluso a insultar a los miembros de seguridad . Se sacó los zapatos y los lanzó al aire, para después quitarse los pantalones y quedarse en calzoncillos. La gente no daba crédito, pero la leyenda negra de Laporta alcanzaba su cénit.
2
El loro de Laporta
En 2008, el Barcelona atravesaba un mal momento deportivo. El equipo de Rikjaard estaba en plena época de autocomplacencia y Pep Guardiola aún dirigía al filial azulgrana. El club organizó su tradicional encuentro mundial de peñas en el mes de abril y Laporta, micrófono en mano, ante cientos de peñistas, no dejó títere con cabeza. «Al loro, que no estamos tan mal» , espetaba el ex presidente con una vehemencia fuera de lo común, antes de señalar a «hipócritas que dicen que son del Barça y no lo son, pero sino no los leería ni escucharía nadie» y hablar de «embaucadores». Laporta estaba en su salsa.
3
Duchas de champán en Luz de Gas
Los dueños de la discoteca Luz de Gas de Barcelona le deben mucho a Joan Laporta. El expresidente azulgrana hizo de la conocida sala de fiestas el centro de celebraciones de todos los títulos de su equipo. Una vez cruzaba la puerta, Laporta se desmelenaba. Valía todo. No era difícil cruzarse con él, siempre con buena compañía femenina, puro en mano y una copa de champán. Sí, champán, porque él siempre defendió beber champán y no cava catalán. Esas incongruencias de un independentista. La imagen de Laporta, mojado en champán, con un puro en la mano y cantando a viva voz , no son ningún secreto de estado. Durante un tiempo, era habitual escuchar en la grada del Camp Nou el cántico: «Hemos venido a emborracharnos, con Laporta en Luz de Gas». Un legado de lo más dudoso.
4
Una amante pagada por los socios del Barça
Las aventuras amorosas de Joan Laporta no son pocas y, casi todas, han acabado saliendo a la luz. Su afición por las mujeres le llevó a acabar divorciándose de su mujer, Constanza Echevarría, durante su mandato como presidente, lo que le abrió las puertas de su cielo particular. En 2009 le explotaba en las manos una bomba que había sabido contener hasta entonces en los mentideros del club. La brasileña Flavia Massoli demandaba al Barcelona por despido improcedente . Massoli fue colocada a dedo en el departamento de Protocolo por Laporta, su amante. Pero cuando se produjo la moción de censura impulsada por Oriol Giralt (2008), el presidente decidió borrarla del mapa para evitar suspicacias. El tiro le salió por la culata porque Massoli se paseó por todos los platós de los programas del corazón. La culata de Laporta está más que maltrecha.
5
Se niega a declarar en castellano ante un juez
Mientras deshoja la margarita para decidir si se vuelve a presentar a la presidencia del Barça en las próximas elecciones -todo apunta a que sí ya que las encuestas le dan como favorito-, Laporta entra y sale de la actualidad azulgrana debido a los numerosos casos abiertos que dejó su mandato. Todos, en formato judicial. El último, el que le obligó a ir a declarar por la demanda de 100 millones de euros que ha interpuesto MCM al club por un contrato que se firmó durante su época como presidente. La presencia de un abogado gallego (Mario Conde) en la sala, obligó al juez a pedirle a Laporta que declarara en castellano, a lo que se negó en rotundo. «Tengo todo el derecho a declarar en catalán, que es mi lengua y la de mi país» , replicó de malas maneras el ex mandatario azulgrana al juez. Todo un ejemplo de tolerancia.