Rakitic salva al Barça de otro mal viaje

Avisado estaba el conjunto de Luis Enrique, más aún después de perder hace una semana en casa ante el Málaga, de su particular dificultad para ser fiable a las cuatro de la tarde, pero aún así repitió gran parte de los vicios que se tradujeron en el tropiezo de diciembre en Getafe (0-0) o en la peleadísima victoria en Almería (1-2), ambas a la hora de la siesta. El Barcelona cumplió con sus obligaciones y resolvió en el Nuevo Los Cármenes, pero fue incapaz de gobernar contra un rival inferior. [Así hemos narrado en directo el Granada-Barcelona ]

Y eso que Xavi, suplente indiscutible desde el naufragio de principios de año en Anoeta, fue titular junto a Rakitic en la medular. El encuentro, disputado sobre un césped irregular indigno de la supuesta mejor Liga del mundo, pasó por encima del centrocampista egarense, teórico garante de cierto temple y criterio en la organización de líneas y espacios a través de la posesión de la pelota.

La irrelevancia del capitán, que acabó su participación en el minuto 65 para dejar paso a Rafinha, fue la mejor muestra (una más) para entender que el Barça disfruta a la velocidad que marcan los delanteros. Los azulgrana, incómodos cuando el escenario les pide paciencia, prefieren estirarse, sorprender a la contra e incluso propiciar, como sucedió con el Granada, que el oponente deshaga el repligue intensivo para atreverse más en ataque. Este planteamiento minimiza a Xavi y a Iniesta, pero potencia las virtudes de Ivan Rakitic, principal protagonista de una victoria mucho más provechosa a efectos prácticos que en lo que a brillantez se refiere.

Un gol de oportunista del croata en el minuto 25 rescató al Barça del mal viaje que estaba a punto de emprender de nuevo a las cuatro de la tarde. Jordi Alba, un motor incansable al que Neymar debería hacer más caso cuando le dobla por la banda izquierda, sirvió para un desmarque clásico de Suárez a la espalda de los centrales. El uruguayo disparó sin mirar, Cala rechazó horrible a pocos centímetros de la línea de gol y Rakitic, con el exculé Oier vendido, aprovechó el regalo desde la frontal. La superioridad le quitó problemas a Luis Enrique, pero no le brindó control al partido, que estuvo a punto de irse al descanso con empate a uno gracias a un tiro duro y colocado de Javi Márquez. Bravo, ágil y concentrado, hizo honor a su apellido firmando una de las paradas más difíciles que se le recuerdan este año. Abajo y tras bote. Sobresaliente el chileno.

El devenir de la primera parte, con el Granada preocupado por algo más que defender, ilusionó a Los Cármenes al descanso, pero Suárez se encargó de arruinar las expectativas nada más salir de la caseta. Abandonó por un instante la referencia ofensiva para apoyarse en el fino Rakitic y completó en la red una incursión vertical que pilló desprevenida a la zaga nazarí. El charrúa, lanzado esta semana tras su doblete en Manchester, finalizó con el exterior, como solía hacer el mejor Romário. En ese momento, aún con Xavi en liza, el partido se puso para que el Barça lo meciera hasta el final. No obstante, poco después del 0-2, Lass percutió por la izquierda, retrató a Alves y cuando disponía a hacer lo propio con Bartra le sacó un penalti de libro. La grada, que había reclamado otra pena máxima del central catalán en la primera parte, celebró la rúbrica de Fran Rico, que disparó genial.

Pese a contar con más de media hora de metraje por delante, el Granada se quedó sin fuerzas para reaccionar. Lo probó Abel Resino metiendo a Success y Rochina en punta, pero la zaga culé supo guardar a Bravo hasta que Rakitic, otra vez el exsevillista, oteó de nuevo a Suárez para que éste le entregara hecho el 1-3 a un Messi que paseó su versión más gris. Ni el argentino ni Neymar pudieron con Foulquier y Nyom, respectivamente.