Fútbol

Un cáncer, el último obstáculo en la dramática vida de Wilfred Agbonavbare

Un excompañero en la selección de Nigeria pide ayuda para el carismático exportero del Rayo, sin recursos desde que gastó sus ahorros en intentar salvar a su mujer de otra grave enfermedad

Un cáncer, el último obstáculo en la dramática vida de Wilfred Agbonavbare @TWITTER

JORGE A. MORENO

Futbolísticamente era conocido por la afición española como Wilfred, pero en Vallecas, donde dejó un gran recuerdo deportivo, pero sobre todo humano, todos le llamaban «Willy». Guardameta del Rayo durante seis temporadas, la vida vuelve a jugar una mala pasada al nigeriano. Después de gastar todo el dinero que ahorró como profesional para ayudar a su mujer, que finalmente falleció al no poder superar una larga enfermedad, y verse obligado a trabajar como mensajero y mozo de carga para sobrevivir, el exportero lucha ahora contra un cáncer en un hospital de Alcalá de Henares (Madrid).

Apartado del fútbol después de su paso por el Rayo y una breve estancia en el Écija, Wilfred Agbonavbare (Lagos, 5-10-1965) hizo grandes amigos durante los años que se mantuvo en activo. Uno de ellos, Augustine Igbinobaro, ha sido el que ha dado la voz de alarma al desvelar que «Willy» se encuentra ingresado en un hospital, donde lucha contra el cáncer. Su excompañero de selección también ha reclamado oraciones y ayuda económica para que el exportero pueda afrontar el tratamiento que necesita seguir luchando por salvar su vida.

Y es que Wilfred hizo amigos pero no fortuna en el fútbol.El dinero que pudo ahorrar después de ocho años jugando en España (seis temporadas y una en el Écija) lo empleó infructuosamente para intentar que su mujer superara otra grave enfermedad. Ahora es él quien necesita ayuda. En la imagen de él que ha dado a conocer Augustine Igbinobaro apenas se le puede reconocer.

Su enfermedad es la última zancadilla en la vida de Wilfred, que después de consumir sus ahorros se vio obligado a trabajar como repartidor de una empresa de mensajería y más tarde llevando maletas a los pasajeros en el aeropuerto de Barajas. Pese a las adversidades, nunca borró la sonrisa que tantas veces exhibió sobre los terrenos de juego.

En los futbolines de los bares de Vallecas

Como en la vida, en el fútbol tampoco lo tuvo nunca fácil y todos sus éxitos fueron a base de esfuerzo. Su última experiencia con el balón fue en un modesto de la Comunidad de Madrid, el Coslada, donde fue entrenador de porteros en la etapa en la misma etapa en la que trabajó como mensajero. Su días más felices como guardameta los disfrutó en el Rayo, donde se convirtió en un ídolo. En aquellos años no era nada extraño encontrar futbolines en los bares de Vallecas con la cara del portero pintada de negro, un guiño al guardameta nigeriano.

Mundialista en Estados Unidos 1994, su trayectoria en la selección de Nigeria es otro reflejo del sufrimiento de Wilfred. Debutó muy joven con el equipo absoluto, cuando tenía 18 años, pero lo que parecía una carrera prometedora defendiendo el escudo de su país se truncó en su tercer partido con el equipo de las «águilas». Los nigerianos sufrieron un duro varapalo ante Togo después de que el guardameta fallara en los cinco goles de aquella dolorosa derrota (5-2). El castigo para él comenzó aquel día y en su país muchos le cambiaron el apellido: de Agbonavbare pasó a ser «Agbonavbasket». No perdió la sonrisa por esas burlas ni tampoco la esperanza de regresar a su selección, en la que tardó diez años en volver a aparecer.

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