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El mejor Barça vence a un desconocido Atlético
Los azulgranas ganan con goles de sus puntas de referencia. Polémico arbitraje que Undiano Mallenco, que falló en el penalti de Mandzukic y no pitó mano de Messi en el 2-0
Alegría merecida en el Camp Nou después de la semana más movida que se recuerda en mucho tiempo. Amenazaba el Atlético de Madrid con casi descartar al Barcelona en la lucha por el título de Liga y señalar todavía más a Luis Enrique después de la derrota de Anoeta y su posterior pique con Leo Messi, pero los azulgrana respondieron a la cita con grandeza y jerarquía. (Narración y estadísticas)
El técnico asturiano, que dispuso nada menos que su vigesimoséptimo equipo inicial en otros tantos partidos, trató de coger oxígeno, después de varios días de incendio, con la representación más política de su plantilla. «Con el once de los jugadores», dicho de otra manera. Así, sin experimentos, el Barça, el que viste de corto y no con camisa y corbata, entró en el choque con ganas de echarse el club a la espalda, de desvincularse de una debilidad institucional que no quiere que le represente. No le importó modificar su repertorio para superar el ultimátum deportivo que suponía la visita de un Atlético crecido tras su victoria copera ante el Real Madrid.
La necesidad de victoria culé se imponía por encima de cualquier tradición, de modo que Messi y compañía le cogieron el gusto a las transiciones en vertical, a las salidas rápidas a la contra, para hacerle daño a la férrea doctrina de Simeone como nunca desde el 4-1 de finales de 2012 . No en vano, solo en la primera parte de ayer el Barcelona tuvo más ocasiones claras que en los seis encuentros de la temporada pasada con Martino en el banquillo. Es más, en la primera semana con Luis Enrique oficialmente cuestionado, dio la sensación de que los azulgrana representaban más que nunca las ideas futbolísticas del gijonés.
Se le puso bien la faena al Barça cuando Neymar, en el minuto 11, empujó a la red un lío que nació, como casi siempre, alrededor de Leo Messi, que superó a Jesús Gámez como quiso. El ex del Málaga, que en la segunda parte forzaría un penalti inexistente en el área de Bravo, fue un caramelo para el argentino, que también sirvió el 2-0 de Suárez tras una gambeta brillante (precedida, todo sea dicho, por un control que pudo ser con el brazo). El «10» descolgó en el momento justo para el uruguayo, que definió con gusto ante un Moyà que sacó por lo menos dos manos de mérito aún en la primera parte: una a Jordi Alba y otra a Messi. También estuvo a punto de encajar en un cabezazo de Neymar (acabó con el tobillo ensangrentado por una entrada sin castigo de Giménez) que se fue desviado por poco. El Atlético, vestido de blanco en el Camp Nou, sufrió un vendaval poco usual para su costumbre. Tanto, que el 2-0 al descanso pareció un marcador corto. Los rojiblancos ni siquiera inquietaron a balón parado, ya que el balance defensivo del Barça cumplió a rajatabla la directriz de minimizar córners y faltas en contra.
Mejoría colchonera
El Barça jugó la mejor primera parte de la temporada, pero en la segunda pagó el esfuerzo realizado y sufrió los efectos de una decisión errónea de Undiano Mallenco , que señaló como penalti un robo limpio de Messi a Gámez. Pese a la pitada descomunal de la grada, Mandzukic no falló desde los once metros y recortó distancia para sufrimiento de los azulgrana, que perdieron continuidad y frescura ante un Atlético más presionante y que acabó el partido con tres puntas tras el ingreso de Torres. Por momentos, el sufrimiento se apoderó del Camp Nou, sobre todo cuando vio que el oxígeno no le daba a los jugadores (Luis Enrique no hizo cambios hasta el minuto 86). No hubo avisos serios por parte de los de Simeone, que sencillamente no tuvieron su noche, se picaron más de la cuenta con un a veces prepotente Neymar y merecieron perder. Del mismo modo, Messi mereció ser el autor de la rúbrica (3-1) que, definitiva y poéticamente, aflojó la soga que apretaba en el cuello de «Lucho».
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