Victoria de vanguardia ante el PSG

«Tampoco tenemos mucho con lo que sorprender», explicó Luis Enrique en la previa de la visita del poderoso París Saint-Germain al Camp Nou. Pues menos mal, ya que el asturiano, militante de las emociones fuertes, destrozó pronósticos y esquemas solo con anunciar su once inicial. El Barcelona salió a por la primera plaza del grupo F de la Champions sin laterales, con tres centrales, Messi ubicado en la mediapunta derecha y Pedro, la gran novedad, ejerciendo labores de Alves (sancionado) y preocupado por contener la libertad del astro argentino. Otra cosa no, pero «Lucho», en su eterna pelea por ser imprevisible, propone nuevos y elaborados escenarios. Y es imposible que Laurent Blanc, su homólogo francés, no se sorprendiera. Ahora bien, existe el problema de que de tanta sacudida afecte también a sus propios jugadores.

[Narración y estadísticas del Barcelona-PSG ]

Y precisamente eso es lo que le pasó al Barça, que por primera vez esta temporada compareció con una especie de 3-5-1. Poco importó que delante estuviera el PSG y la «importancia relativa» de evitar al Bayern o al Chelsea en octavos de la Champions . De entrada, a los azulgrana les costó funcionar contra un planteamiento francés basado en la versatilidad de su medular y en el inagotable repertorio del gran Ibrahimovic, que al cuarto de hora enchufó la primera que tuvo en el área de Ter Stegen. El punta sueco, que hasta la fecha nunca había marcado en Barcelona como visitante, aprovechó una dejada de Matuidi -un privilegiado, igual que Verratti- y materializó la momentánea incapacidad culé.

Y es que igual que en París, el Barça empezó perdiendo pronto. E igual que en París, empató prácticamente a la jugada siguiente. Todavía sin cuajo para plasmar sobre el césped las intenciones de su entrenador, los azulgrana encontraron el 1-1 en una acción de juego directo. Mascherano, desde su posición de tapón, colgó para Suárez, que corrió con fe al espacio y situó, casi sin querer, un balón que solo Messi acertó a ver como peligroso. El argentino, de olfato canino, se adelantó a la rutilante pareja de centrales parisina —Silva y David Luiz— y rescató a los suyos de un mal inicio contra un digno aspirante a la Champions.

Ese fue el punto de partida del mejor tramo de los culés, que primero avisaron a través de Suárez y luego, al borde del descanso, se adelantaron gracias a Neymar, que abandonó momentáneamente el rigor táctico. El paulista culminó, colocado y desde lejos, una acción propuesta por Iniesta y volvió a demostrar su especial propensión a aparecer en las grandes citas.

Le vino bien la media parte al PSG para secar el frenesí azulgrana, pero tras el descanso no supo volver a gobernar. Los de Blanc dieron un paso al frente, pero solo inquietaron seriamente con un tiro cercano que abortó Bartra sobre la línea. Mientras, el Barça, a quien Luis Enrique rebajó atrevimiento tras los cambios, se limitó a resistir hasta que Messi y Xavi cocinaron la sentencia, obra de Suárez, que aprovechó un despeje de Sirigu a tiro de Neymar. Misión cumplida.